Cómo Proteger Al Protagonista

Volviendo en sí, Dorian corresponde el saludo con una breve reverencia. Pero por ningún momento, dejó de observarla.

“es ella... La persona que desea ayudarme y que aparece en mis sueños. Equivocarme es imposible, es igual, más sus ojos azules que guardan un ligero brillo puro."

— su majestad. Es un placer por fin conocernos.— comentó ella. Ya que el silencio se estaba volviendo pesado.

Solara se despide para dejar a las individuos seguir con esta conversación. Dorian habla con la misma seriedad de siempre.

— el placer es mío. Uno de mis guardias me avisó que quería hablar conmigo con urgencia.

— si. Es algo que tiene que ver con el bienestar de todo el imperio.

Dorian está vez dejó su semblante tranquilo y la observó muy sorpresivo. Sin embargo, el emperador pide que se siente amablemente. Esto sería una larga conversación.

— yo... Hace unas semanas atrás, tuve un sueño, o mejor dicho, una revelación Observé el futuro donde el imperio de Heine era sumergido en la miseria por culpa de alguien que conozco, mi media hermana Miranda.

— ¿Cómo sucede eso?— preguntó, muy curioso.

— casándose con usted.

— ¿Que?

— sí. Ella de una y mil maneras busca la forma de que se fije en ella y así ganarse su confianza. Hasta que lo consigue. El destino que veo en mis sueños es catastrófico. Por eso he decidido venir a avisarle que no se acerque a Miranda Cauciel. Rechacela con su autoridad, por favor. Es por el bien del imperio y de usted.

Dorian no sabía que decir, realmente supo cómo callarle la boca y eso era lo difícil en él, dejarlo sin palabras. Pero aquella mujer de semblante determinante le aclaró lo siguiente.

— no soy quien para decirle que hacer a la estrella de la nación, pero debe elegir bien a su futura esposa, de ello dependerá como influya en el imperio. Una que no sea corrompida por la ambición del poder. Su majestad.

— lady Cauciel. si revelación es algo muy profundo y detallado. Pero de todo, yo le creo.

— ¿Ah?— Diana se impresionó de una manera elegante, evitó hacerlo como antes lo hacía.

“¿Cómo es posible que me creas tan rápido?... Eres alguien que no confía ni en su sombra"

— yo también he tendido ese tipo de sueños... O ahora que me doy cuenta por usted es que son visiones. Por alguna razón, siempre aparecía dos mujeres, su rostro y el de otra mujer pelirroja.— Diana ahora es quien se sorprende. Él continúa.— ella destruye todo mientras que usted me ayuda a levantarme.— la mira directamente a los ojos— no se qué clase de juego del destino es este, no creía en mi sueños hasta que apareciste y me dices sobre el futuro del imperio. No creerte y hacerme el tonto sería el peor de los casos.

— el futuro será terrible si se casa con Miranda. Aún tengo más que decirle sobre el futuro. Pero creo que llegué en un momento lleno de trabajo para su majestad.

Diana comentó eso porque ve a un grupo de eruditos asomarse por el jardín en busca de su emperador. Dorian se da cuenta de ello y le ofrece disculpas, no pensó que lo buscarían de esa forma interrumpiendo la conservación.

— no he de preocuparse, su majestad, esperaré su llamado para seguir hablando sobre el bienestar del imperio Heine.— se levanta y le ofrece una reverencia.

— lady cauciel.— detuvo él.

— ¿Si?

— ¿Puede venir mañana?

— si no interrumpo en nada a su majestad, por supuesto. Fue un placer haberlo conocido.

Diana le ofrece la última reverencia y se marcha al punto de ya no verse más. Dorian aún si palabras, quedó perplejo de aquella mujer. Sus sueños no eran simples viajes oníricos, sino, el futuro de él y del país.

— ¡Su majestad!... Por fin lo hemos encontrado. La reunión acaba de comenzar, falta usted, hay mucho que los consejeros quieren discutir.

En eso, Dorian asiente y se marcha con ellos pero aún con el dilema sobre el por venir.

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En la residencia Cauciel.

Suaves rizos rojizos que caían en cascada sobre sus hombros, sus ojos color miel pero que brillaban en algún punto de oscuridad, su piel, de un tono marfil pálido, contrastaba maravillosamente con la intensidad de su pelo y la profundidad de sus ojos, creando una armonía visual cautivadora pero peligrosa.

Si. Así era descrita Miranda Cauciel en la novela. Tan sublime como preciosa es aquella dama. Su elegancia era herencia de su madre, el saber vestir era unos de sus fuerte más ambiguos. Su belleza no era solo física; emanaba una aura de misterio y encanto, una presencia que atraía la mirada y cautivaba el alma.

Esta manera de describir a la villana era totalmente del libro. Aquel relato favorecía mucho a la joven Miranda que hacía que todo se viera a su favor.

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— madre... Mi nuevo vestido ¿Llegó?

— no, aún no. Pero no pienses mucho. Ya estará listo y pronto te lo entregará, madame Cristal es la mejor confeccionista de la capital. Lucirás encantadora con ello.

— te lo agradezco. No sería nada sin tí.— la abraza y con cariño le pide.— ¿Por qué no mejor vienes conmigo está noche a una reunión? Puedes encontrar una nueva pareja. Esta casa es tan grande que resulta difícil vivir solo.

— quizás te acompañe. Hace poco fue la muerte de tú padre. ¿Qué dirán de mí?... Una viuda en buscar de esposo. Es difícil ¿Sabes?

Miranda chasquea la lengua, habla en tono de fastidio y molestia.

— no es difícil, solo hay que saber involucrarse con los hombres. Además, se que la viudez para una señora es más complejo que para el hombre. Te casaste rápido con padre, puedes hacerlo otra vez con otro.

— ay, Miranda. Dame tranquilidad por un momento por favor.

— solo es un consejo.

“ no importa la muerte de mi padre. Era cáncer, al final, nada lo podía salvar. Pero nos quedamos con la fortuna de él."

— voy a arreglarme madre.— le da un beso en la frente y se va a su habitación.

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Muchas gracias por leer, no olviden dejar su preciado me gusta en el capítulo 💕