Entre el Amor y la Cordura

Me desperté con ruidos de mensajes en mi celular, miré y era un montón de mensajes de Erick, le envié un mensaje avisándole que estaba bien y que no se preocupara. Escuché ruidos de la ducha encendida y me levanté con un poco de dificultad, pues tenía todo el cuerpo dolorido y fui hasta el baño y ¡guau! qué visión tuve, me quedé parado mirándolo hasta que él, de espaldas, me dice:

Álvaro _ ¿Estás seguro de que solo vas a quedarte mirando?

Sé que estoy rojo, pues mis mejillas ardían. Él se volteó hacia mí, yo no resistí, me quité la camisa, pues era lo único que estaba usando, y entré a la ducha, él me abrazó y me besó.

Álvaro _ ¡Buenos días! cerecita.

Lian _ ¡Buenos días!

Él me volteó y me penetró una vez más, sentí un dolorcito no como ayer, pero sentí, e hicimos el amor de nuevo y después de un tiempo terminamos de ducharnos, salimos del baño y él y yo nos arreglamos. Bajamos hasta la sala y él pidió el café y tomamos un silencio que me dejó incómodo hasta que me armé de valor y hablé.

Lian _ Álvaro, sé lo que estás pensando y quiero decirte que está todo bien, no necesitas estar así.

Él da una sonrisa y me mira fijamente por un momento antes de hablar.

Álvaro _ ¿Sabes lo que estoy pensando? Entonces dime pequeño, ¿qué estoy pensando?

Lian _ Que después de ayer voy a estar pegado a ti. No voy a poder estar tranquilo, sé que estás casado, sabía exactamente dónde me estaba metiendo.

Álvaro _ ¿Entonces sabes exactamente dónde te estabas metiendo, Lian? Entonces sabes lo que va a pasar de ahora en adelante.

Yo sinceramente estaba aguantando mi llanto, no quiero llorar frente a él.

Lian _ Sí, lo sé. Estás casado y sé de tu vida, entonces cada uno, vuelve a su vida. Está todo bien.

Él me mira y se levanta y enciende un cigarrillo, yo ni siquiera sabía que él fumaba, por cierto, ¿qué sé yo de su vida?

Álvaro _ Entonces déjame decirte lo que va a pasar ahora, cerecita.

Él da una calada al cigarrillo y habla.

Álvaro _ No voy a poder renunciar a ti pequeño, te quiero y no voy a dejarte libre.

Cuando él me dijo eso mi corazón casi se detiene ¿entendí bien? Él quiere quedarse conmigo.

Álvaro _ No puedo separarme, no ahora, necesito un tiempo. Pero no quiero dejarte libre.

Lian _ ¿Quieres que sea tu amante? No, yo no puedo.

Álvaro _ ¿Me amas?

Lian _ Yo... yo amo sí (ya digo con los ojos ardiendo y lagrimeando, ¡maldición!)

Álvaro _ Entonces quédate conmigo por favor, sé que al principio va a ser difícil pero voy a dar mi manera de dejar a mi esposa.

Lian _ No sé, yo nunca quise esto para mí, pero tampoco nunca sentí lo que siento por nadie, lo que siento cuando estoy contigo, necesito pensar.

Álvaro _ Todo bien, voy a esperar el tiempo.

Él me dio un beso y salimos del apartamento, seguimos todo el camino en silencio, él me dejó frente a mi edificio y siguió su camino, yo me quedé mirando el carro de él alejarse y yo comencé a llorar.

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