Corazón Ajeno.

(Deemar Makris)

No entiendo, como mi amada esposa puede estar discutiendo acaloradamente conmigo, por culpa de su hermana, si después de estos casi 8 años que tenemos de estar casados he procurado darle todo lo que ella pide.

Sé que nos casamos muy jóvenes, ella tenía 21 años y Yo 23 aún estábamos estudiando, pero quisimos casarnos, porque estábamos convencidos de qué queríamos pasar la vida juntos.

Por eso es que nos casamos, a pesar de que sus hermanos en especial Alexio Harizon, hizo hasta lo imposible por detener nuestra boda.

El lo hacía por puro egoísmo, es un hombre ambicioso de poder y de dinero, más dinero del que ya tiene.

Él cree que todo mundo es como él, que aunque tenga mucho, jamás se conforma y quiere más y más.

Pero le demostré que a mí no me importa el dinero de los Harizon.

Yo tengo mi propia y exitosa empresa, claro que mi Padre me la heredó; pero yo la he llevado más lejos, de lo que jamás mi Padre pudo imaginar.

Industrias Makris es la más exitosa empresa de cosmética en todo el mundo.

Nuestros productos vanguardista son lo mejor, así que mi fortuna es más grande que la de los Harizon y es que, que mujer del planeta no usa maquillajes y mi marca, es la mejor.

Pero parece, que mi esposa no le importa nada, ella solo quiere sentirse sin responsabilidad,

mi hermosa Camila está olvidando la promesa que hicimos de amarnos hasta el final de nuestra vida.

Ahora está aquí, diciendo que su vida no es lo que ella esperaba y que necesita un respiro.

Yo entiendo, que existe eso que llaman depresión posparto y que es posible que eso le esté afectando, pero si fuera eso, le empezó a afectar desde antes del parto, porque tiene 8 meses con la misma cantaleta.

—Ya no pelees conmigo Amor y menos por las ideas que tu hermana plástica, te mete en esa hermosa cabecita.

Camila, tu hermana Samantha no es feliz y no le gusta que tú lo seas; siempre que viene a esta casa, hace que Tú y Yo terminemos discutiendo,

No vale la pena discutir, por un viaje que después podremos hacer juntos.—Le digo a mi esposa Camila.

—Deem, a veces pienso que Samantha tiene razón, no viví la vida, no disfruté de mi juventud, nuestra primera hija ya tiene 6 años y yo tengo 29.

Eso quiere decir que no disfrute nada, me gradué y qué hice, tener hijos, quedarme en casa, cuando pude haber disfrutado de viajar, vivir nuevas experiencias, divertirme.

Samantha, tiene 31 años, y no piensa en hijos, ella quiere vivir y disfrutar, algo que yo no puedo hacer.

—Eso quiere decir que estás arrepentida de tener a Daysi y a Deemarito.

Me duele saber que te arrepientes de ser Madre.

Mira Camila, Yo no debería decirte estó, pero te dije que nos cuidáramos, para no quedar embarazados tan rápido, pero tú insististe en tener un bebé.

Ahora sales con esto.

Mira Camila, míralos, allí están...

Te arrepientes de Daysi...

Es la niña mas dulce e inteligente que puede existir, te ama y te admira, ella quiere parecerse a Ti, aunque tu no le prestas tu atencion, aun así te ama.

Mira a Deemarito, es el bebé más hermoso...

Te arrepientes de Él, de ese angelito que copio tus ojos bellos; te arrepientes de Deemarito.

Ellos son lo más bello que tenemos, son tuyos y míos, amor...llevan nuestra sangre.

Cami, amor de verdad no te entiendo.

No entiendo por qué te pones así, por un viaje, pero si quiere ir ve, ve a divertirte con tu hermana.

Tampoco es que te tenga amarrada, tu eres libre.—Le digo a mi esposa al verla sentada observando las fotografías de nuestros hijos.

—No Deem, perdóname, lo siento... siento mucho ser tan estúpida y dramática, perdóname y no, no me arrepiento de mis hijos, no debí decir todo lo que dije.—Me dice mi esposa reflexionando.

—Ay cami, por favor linda, ya no le hagas caso a las tonterías de tu hermana.

Y si yo te digo, que no vayas a ese viaje, no es porque te quiera tener esclavizada como dice ella, es porque nuestro hijo solo tiene dos meses, y todavía lo amamantas, pero si tú quieres dejar de amamantarlo ya, está bien, ya el doctor nos dio la fórmula que sustituirá la leche materna.

Yo puedo hacerme cargo de ellos, mientras tú viajas con Samantha.

Además, Marinita está aquí, ella lo sabe todo, ella me cuido a mí de niño, imagínate la experiencia que tiene arreglando desastres.—Le digo a mi esposa para hacerla reir.

—Deem, no sé que hice para merecerte, eres asombroso.—Me dice mi esposa metiéndose a la cama, lista para dormir.

—Pues no sé, quizá me enamoraron tus preciosos ojos y tus labios, tu cabello y tu cuerpo.

Te amo Cami... Y te necesito... Dime ya podemos salir de está cuarentena.

Deemarito ya tiene más de dos meses y Tú, no quieres dejarme amarte.

Ya amor, te necesito...

Quiero hacerte el amor... por favor, déjame amarte.—Le digo en un ruego a mi esposa.

—Aun no estoy lista, Deem, pero prometo que al venir del viaje que harás mañana, haremos el amor.—Me dice, haciendome recordar que tengo una gala en Washington DC, y luego viajaré a Grecia, mi país de origen, por 3 días.

Insistí a Camila que viniera conmigo, pero se negó, y es por eso que no entiendo que pasa, pues con su hermana si quiere viajar, pero conmigo no, pero sé que después del parto ella está con altibajos, y Yo debo comprenderla, Camila es fantástica, solo está pasando un mal momento.

—Cami, mejor hagamoslo ahora mismo, mañana es lunes y yo vendré el viernes es mucho tiempo sin tí.

Esta cuarentena está muy larga y Yo muero de ganas, tocame, mira como estoy de duro... no seas mala conmigo.—Le sigo insistiendo, mientras beso su precioso cuello.

Pero, cuando creo que empezaremos la acción, Camila se levanta y se va al baño, después de unos minutos viene y se acuesta sin decir nada.

A mi no me queda otro remedio, más que ir a darme una ducha de agua fría.

Pues, por lo que veo mi hermosa Cami, no tiene deseos por mi...

...La noche paso lenta, a mi me costó mucho dormir, al contrario de Camila que se durmió muy rápido.

Me levanto temprano, me doy un baño luego me pongo una ropa ligera, solo para ir a desayunar con Daysi y cargar un rato al bebé, para que no me extrañe tanto; despues regresaré a vestirme, pues tengo que ir vestido de gala de una vez.

De regreso en mi habitación, Cami está en el baño.

Me preparo, para la gala, luego saldré para Grecia, tengo negocios en mi tierra natal y tengo que ir, por asuntos urgentes.

—Buenos dias, me dice mi esposa Cami.— sin siquiera notarme

—Buenos días, casi estoy listo, ya Daysi se fue al colegio, salí a despedirla, recuerda su horario para que vayas por ella o si quieres puedes mandar a la niñera con Erick el chófer.

Marinita, se está encargando de Deemarito, ya le dije que le empiece a dar la formula, para que tú descanses y te relajes un poco.—Le digo ante su mirada intensa.

Sé que mi ropa, le llama la atención, verme vestido de blanco, siempre le ha gustado, aunque no me lo diga.

—Te ves muy bien.—Me dice.

Yo me veo en el espejo.

Pues, pareciera que ya no te gusto como antes; pero aunque no me disfrutes, yo soy tuyo ...

Y Tú también estás preciosa.—Le digo viéndola arreglada.

—Gracias por verme siempre hermosa y por decirmelo.—me dice mi esposa.

—Bueno te lo digo porque es la verdad.

¿Vas a Salir? amor.—Le pregunto.

—Si, iré a Harizon.—Me contesta.

—Por favor cuídate mucho, los niños están a cargo de Marinita, así que tranquila y por favor descansa, que el viernes no creo, que yo pueda seguir esperando, al venir te haré el amor, unas 5 veces consecutivas, sabes que desde ya te extraño.—Le digo.

—Te amo Deem y perdóname, sé que a veces me comporto como una niña caprichosa, pero no sé que me está pasando, es algo raro, tengo sentimientos revueltos.

Pero prometo, que el viernes estaré lista para tí...—Me dice dándome un beso.

—Rogaré porque llegue rápido, el viernes.—Le digo y salgo rumbo al aeropuerto, pensando en mi vida soy un hombre muy exitoso, soy un feliz Padre, pero mi esposa no parece ser tan feliz.

Debo hacer algo, pues no dejaré que la nefasta de Samantha, siga metiendo sus narices en mi matrimonio.