Al haber sufrido violencia durante toda su vida, Lola decidió terminar con su agresor, después de perder al bebé que venía en camino, gracias a una golpiza puesta por su esposo. Al intentar huir de la familia de su fallecido esposo, se encontró con una mujer extraña y le habló sobre un mundo diferente, donde ella podría vivir feliz y en paz. Lola decidió ir a ese mundo creyendo en la palabra de la extraña, sin embargo no debes creer todo lo que te dicen, nunca debemos confiar en simples extraños.
Un nuevo mundo, ¿Una nueva vida?
Quizás la persona que una vez existió en el mundo moderno, también dejó de existir en el mundo al que llegó. Lola ya no es la misma, ahora su personalidad dominante ha despertado.
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Trato terminado
—Se los agradezco— tomó una de las bolsas más pequeñas y sacó varias monedas —esto es por su tiempo— les entregó diez monedas de oro a cada hombre, aunque querían negarse, Sophia no se los permitió
Pronto todos los empleados de la mansión supieron lo que hizo la duquesa, y comenzaron con los chismes, pues pensaban que esa era su nueva forma de intentar sobornarlos para poder huir de nuevo, por lo que todos se molestaron con los guardias que aceptaron aquel dinero.
—¿Puede pedir que ya nadie haga mi comida?— se dirigía al mayordomo
—Eso será algo bueno para las cocineras, ¿no le gustan sus comidas?— se burlaba de ella.
Después de haber premiado a los guardias por supuestamente vender sus pertenencias, ella comenzó a recibir comida fría, luego muy poca. Los últimos días la comida sabía mal, como si la hubieran dejado por días y después se la enviaron a ella. Claro que todo era un complot porque pensaban que podría hacerle daño a su señor.
—Creo que será mejor que yo cocine mis propias comidas. En realidad no necesito a nadie, puedo sobrevivir sola, sin embargo estoy en este lugar por órdenes del duque, no me interesa hacerle la vida imposible a nadie, aunque creo que ustedes intentan que yo no lleve una vida tranquila aquí. Si así se van a comportar, no tengo ningún problema, simplemente pido que no se interpongan en mi camino, les dejo clara una cosa, cumpliré mi trato y no dejaré está mansión hasta que el duque regrese— casi lo estaba gritando para que todos los que estuvieran cerca escucharan
—Entiendo. Seré feliz y estaré tranquilo hasta que ese día llegue duquesa, además dudo mucho que usted pueda sobrevivir sin la ayuda de nadie, nunca tuvo que mover sus dedos. Cuando quiera venir y pedir ayuda, nadie ira, pues lo tendrán prohibido— seguía burlándose, creyendo que aquella Sophia era la misma.
Claro que dejarían que Sophia hiciera lo que quisiera, pues no podían permitirse prohibirle algo además de salir. Pero esperaban un rotundo fracaso.
A partir de ese día, aquella mujer se preparaba sus comidas, luego pasaba el día entero en la biblioteca y no volvían a saber nada de ella. Ocupaba dos días para hacer sus quehaceres, los cuales incluían, limpiar su habitación por completo y lavar cada prenda que utilizaba, incluso las sábanas y las cortinas.
Cada acto de Sophia dejaba asombrados a los empleados, pues no creían que aquella mujer que siempre demostró ser déspota y calculadora, fuera capaz de hacer algo con sus propias manos, sin embargo ninguno daría su mano a torcer, el orgullo podía más que todo y dejaron que así continuaran las cosas.
El tiempo pasaba, pero para Sophia era agradable. Estaba aprendiendo mucho de su nuevo mundo, que era algo parecido al anterior, aquí los países eran imperios, los presidentes eran emperadores y el resto de la población se dividía de la misma forma, clases altas y bajas, además de un pueblo, a quienes llamaban plebeyos. También existían magos y brujos, cuando supo eso, pudo recordar a la mujer que la había enviado a aquel lugar y se pudo dar cuenta que era una bruja. A pesar de investigar, no encontró lo suficiente como para lograr saber más sobre el tema, pero algo si pudo encontrar entre las cosas en su habitación. Era aquel libro que tenía aquella anciana a la hora de su traslado a la tierra. Así que decidió leerlo cientos de veces hasta que un día, pudo comprender, entender y crear hechizos, los que estaban escritos en el grimorio. Eran demasiados, pero también se dio cuenta que no todos eran buenos, así que separó los hechizos oscuros, de los demás, que incorporaban, hechizos de defensa, creación de objetos a través de dibujos, protección, entre otros.
Con el paso del tiempo pudo mejorar y eso la hacía muy feliz, jamás había experimentado ese tipo de libertad, así que estando ahí, hacía lo que ella quería.
Pronto llegó el momento que todos los empleados esperaban, aunque a Sophia le daba igual, en realidad solo vio a su esposo una vez y no pensaba en enamorarse en algún momento, su prioridad ahora era ella.
—Señora, el duque llegó. Pide verla en su despacho— le informaba una de las sirvientas
Sophia dejó de leer su libro y se dirigió al despacho del duque. —Bienvenido duque, espero que todo haya salido bien en su expedición— saludó sin hacer una reverencia
—¿Sabes que día es hoy?— sentado detrás de su escritorio, le preguntó
—Hoy se acaba el trato de nuestro matrimonio— respondió
—Estos son los documentos, tus padres ya lo firmaron, solo hace falta tu firma y daremos terminada la relación que nunca tuvimos— entregó varias hojas de papel
Sophia sin pensarlo, solo se acercó y firmó sobre el documento, tenía algo seguro y era que quería ser feliz, sin estar atada a nadie.
—Muy bien, la compensación por nuestra separación, te la darán antes de irte está tarde, espero que mil monedas de oro sean suficientes por tres años de tu vida— serio le decía
—Por favor, envíe la mitad a mis padres. Estoy segura que de alguna forma ellos hicieron esto por dinero, la mitad es buena ganancia por el negocio que hicieron con su hija. Le agradezco por todo, espero que alcance la felicidad— lo decía con honestidad, pues por como trataban de protegerlo sus empleados, sabía que era un hombre cabal y bueno.
—De eso debes estar segura, traje desde hoy a la mujer que será mi esposa— por primera vez, sonrió
—Entonces recogeré mis cosas y me iré de su casa ahora mismo. Con permiso— se despidió
Subió a su habitación y como ya estaba preparada, nuevamente con una pequeña maleta, salió de aquel lugar, de todos los libros leídos, solo se llevaba el grimorio, que aunque ya se había aprendido cada hechizo, al intentar destruirlo no lo logró, por eso decidió llevarlo consigo, pues era algo peligroso en manos equivocadas.
Bajó las escaleras y por primera vez todos los empleados estaban reunidos para despedirla.
Ahora se enfrentarán a los soldados para poder ir a su casa, ojalá y lo logren🤔