A veces, la vida nos juega una mala pasada. Nos hace probar el dulce néctar del amor, para luego arrebatárnoslo como si fuera una burla. Ésta historia le pertenece a ellos, aquéllas dos almas condenadas a amarse eternamente, Ace e Isabella.
—¿Seguirás amándome en la mañana?.
—Toda la vida, mi amor...
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Capítulo 19
Désde ese entonces, he estado regresando al pasado incontables de veces.
No importa cuántas veces lo intente, Ace siempre muere en todos los futuros.
Aún que diga que son incontables, en realidad, llevo la cuenta muy clara.
Ciento noventa y nueve veces.
He visto morir a Ace, ciento noventa y nueve veces.
No importa cuánto intente que sobreviva, nunca lo logro.
No importa cuánto piense que finalmente tendré mí final feliz, siempre acaba con Ace en un cajón.
Ahora mismo, volví al pasado pero, me veo más joven de lo usual y, aún vivo en la casa de mis padres.
Tengo quince años de edad.
Todavía faltan cinco años para conocer a Ace pero, no pienso perder el tiempo, no de nuevo.
Recuerdo la escuela secundaria a la Ace iba.
Así que le supliqué a mí padre que me cambiara de colegio.
Él se negó, claro, pero luego de meses de súplicas, finalmente accedió.
Así fue como dejé atrás a mis amigos.
Pero, ¿Qué importa? Todo se vale en el amor y en la guerra.
Así que, aquí estoy, caminando a mí nuevo salón de clases, en mí nueva escuela.
Buscando al amor de mí vida.
Por desgracia estamos en clases separadas pero, no es un inconveniente para mí.
El problema es que a ésta edad, él estaba enamorado de Angélica.
Pero, no importa, haré todo lo posible por tenerlo.
Incluso si eso significa ser una perra.
Comencé las clases en mí nuevo colegio.
Las horas pasaron rápido y el receso finalmente llegó, caminé rápidamente hacia el patio.
Recuero que en algun futuro, Ace me contó que jugaba baloncesto todos los días en la escuela, así que debe estar cerca.
Al llegar a la cancha, lo busqué atentamente.
Efectivamente si, había chicos jugando ahí, pero no encontraba a Ace.
No fue hasta que vi a un pelirrojo encestar, era Jake.
Si Jake está aquí, significa que Ace también.
Observé atentamente y si, ahí estaba, mí Ace.
Estaba todo sudado, charlando con una chica rubia, estaba con Angélica.
Decidí poner en práctica mí plan, y caminé hacia ellos.
Cuando estuve lo suficientemente cerca, fingí tropezar y caí al suelo.
Solté un jadeo de dolor fingido, y sostuve mí rodilla.
Ace y Angélica se acercaron rápidamente.
—¿Estás bien? Fue una caída muy fea. –Comentó Angélica, tomando mí mano para ponerme de pie–.
—Estoy bien, sólo tropecé... —Respondí sonriendo–.
—Tienes un raspón. –Señaló Ace–. ¿Quieres que te lleve a la enfermería? –Indagó observándome–.
—Nah, no es necesario, estoy bien. –Sonreí–. Soy Isabella. –Me presenté–.
—Soy Ace. –Sonrió–.
Lo sé, amor mío, lo sé.
—Soy Angélica. –Intervino con una sonrisa–. ¡Wow! ¡Tienes un color de ojos muy bonito! –Señaló asombrada–.
—Gracias, también tú. –Le devolví la amabilidad–.
—¡Ningún color de ojos es tan bonito como el mío! –Una voz masculina intervino, volteamos y era Jake–. ¡El color de ojos café es el mejor! –Presumió–.
Angélica rodó los ojos.
—Si claro, el color excremento es fantástico. –Comentó sarcástica–.
—¡¿Ah?! –Jadeó indignado–. ¡¿Cómo te atreves?! —Jake comenzó a perseguir a Angélica, quien rápidamente huyó del lugar–.
Fue una vista graciosa.
Y pensar que en todos los futuros esos dos terminan juntos.
Veo como Ace los observa sin diversión, quizás estaba celoso.
Porque a ésta edad, su mente estaba llena de Angélica.
—¿Estás bien? –Fingí interes–. Parece que tu novia se fue a jugar.
—No es mí novia. –Comunicó–. En fin, ¿Isabella dijiste? –Preguntó y asentí–. Iré a comer, ¿Vienes? –Sonrió–.
—Seguro.
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Así comenzó todo nuevamente.
Ace, Jake, Angélica y yo, nos volvimos muy buenos amigos.
Debo reconocer que Angélica es muy buena amiga.
Nunca quise acercarme a ella porque era la ex novia de Ace en las antiguas líneas temporales pero, ahora me doy cuenta que es una persona extraordinaria.
Entiendo porque a Ace y Jake les gustaba.
En éste nuevo tiempo, han pasado dos meses.
No hay nada realmente interesante que decir.
Ciertamente sólo nos la pasamos haciendo cosas de niños.
Ya saben, jugar videojuegos, hacer pijamadas, faltar a clases, etc.
Quizá debí haber esperado a la universidad pero, lo hecho, hecho está.
Jake también es muy buen amigo, aún que es muy problemático y Ace no se queda atrás.
Ambos están constantemente compitiendo por la atención de Angélica.
No puedo decir que me moleste, físicamente tengo quince años. Pero mentalmente tengo como trescientos, si no es que más.
He regresado tantas veces que ya no recuerdo mí edad original.
Además, no debo molestarme, ni tampoco sentir celos.
En primer lugar, porque soy una mujer adulta en el cuerpo de una niña.
Y, en segundo lugar, en todas las líneas temporales, Angélica termina casándose con Jake. Así que, no debo preocuparme por nada.
Ahora mismo sólo son niños jugando a enamorarse.
Pero, en el futuro, serán hombres dándolo todo por los respectivos amores de sus vidas.
—Isabella. –La voz de Jake me sacó de mis pensamientos–.
—¿Mm? –Lo observé–. ¿Qué pasa, pelirrojo? –Indagué–.
—Éste fin de semana tenemos planeado ir al cine, ¿Quieres acompañarnos?
—Mm... –Pensé un momento–. Primero debería preguntárselo a mí papá. –Suspiré–. Te lo confirmaré ésta tarde, ¿De acuerdo?
—Seguro. –Se encogió de hombros–.
Aún que quisiera decir simplemente <>, no podía. Ahora era una niña y, necesitaba la autorización de mí padre.
—Ojalá puedas venir, Isabella. –Comentó Angélica, apoyándose en mí hombro–.
Era una niña muy pegajosa, siempre estaba abrazando a todos los que la rodeaban.
—Sí, ojalá puedas venir, será divertido. –Intervino Ace, bebiendo una cajita de jugo–.
—Sí, ojalá. —Asentí–.
Al salir de la escuela, fui a casa.
Al llegar, el lugar estaba vacío, como siempre.
Una cosa es segura, no importa cuántas veces regrese al pasado, mis padres siempre actúan igual.
Mí mamá se fue hace mucho tiempo.
Tenía cuatro años cuándo se divorció de mí padre.
Resulta que papá un día llegó temprano del trabajo y, encontró a mamá en la cama con mí tío, el hermano menor de papá.
Luego de eso, se divorciaron, lógico.
Mamá renunció a mí custodia y tuve que quedarme con mí padre.
No me quejo, él es un muy buen padre.
Al menos lo es si de lo económico se trata.
Papá es abogado, uno muy bueno.
Por eso siempre está trabajando.
No me falta nada material, eso seguro.
Recuerdo que en la primer línea temporal, anhelaba tener de regreso a mí padre amoroso. Pero, aquél padre amoroso desapareció luego del divorcio. Y se convirtió en un hombre serio, frío y calculador.
No ha salido con nadie desde que se separó de mí mamá.
Tampoco me importa eso, porque apenas cumpla los 18 años me iré de ésta casa, como en todas las demás líneas temporales.
Papá y yo no tenemos una relación estrecha.
Y, tampoco deseo tenerlo.
¿Por qué? Simplemente porque en todos las líneas temporales en donde Ace murió, mí padre nunca estuvo ahí para acompañarme.
Entonces, ¿Qué se supone que debo esperar de un hombre que ha abandonado a su hija en su momento más difícil incontables de veces?