Seré Feliz En Este Mundo.

Seré Feliz En Este Mundo.

Acepto

En una noche donde la caída de las gotas de lluvia eran lo único que se escuchaban, junto a los truenos que la acompañaban, una joven corría por una calle solitaria, solo se podía ver qué llevaba una maleta pequeña.

—¿A dónde te diriges a estás horas querida?— una anciana preguntaba, la había detenido y solo en donde estaban paradas, la lluvia no caía.

—Señora, no tengo tiempo ahora, debo seguir mi camino— trataba de soltarse de la mano de aquella anciana que ya la había agarrado con fuerza

—¿Y si te dijera que hay un mundo al que puedes ir y ser feliz?— su sonrisa daba miedo, aunque aquello interesó a la chica

—Eso sería algo fantástico, si pudiera, me iría allá sin dudarlo— comenzaba a relajarse un poco, olvidando el motivo de su escape

—Si aceptas, puedo enviarte a aquel lugar. Tendrás una mejor vida y prometo que no te arrepentirás— sonreía, mientras de entre su túnica, sacaba un libro viejo, con diferentes símbolos

—Que sea rápido, no debo estar aquí— nerviosa pidió

Fue aquel momento en el que la anciana hizo aparecer bajo los pies de la chica un símbolo rojo en forma de flor y entonces comenzó a perder el conocimiento.

—Vaya, creí que tardarías más en encontrar a una mujer dispuesta a tomar mi vida en el otro mundo— era la misma chica, pero al parecer había sido cambiada su alma

—Mi niña, espero que sea lo suficientemente bueno como para que la haga feliz— observaba su cuerpo.

 —Bien, ahora ya puedes largarte, no te voy a necesitar más, además no quiero tenerte a mi lado, tu presencia realmente me desagrada— cruel le decía a la anciana.

—Como digas mi niña, si esa es tu voluntad. Espero que seas muy feliz en este mundo. Adiós— la anciana se despidió y poco a poco desapareció.

Pronto se hizo presente una patrulla a lado de aquella mujer que acababa de deshacerse de la anciana.

—Lola Antía, queda detenida por el homicidio de su esposo, tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga puede usarse en su contra, tiene derecho a un abogado, si no puede pagar uno, el estado se lo proporcionará. ¡Llévensela!— ordenaba uno de los oficiales que habían llegado a detener a la mujer.

Aquella chica no entendía lo que estaba pasando, se suponía que había llegado a ese mundo para ser feliz, pues le había costado escapar de su mundo antiguo.

—«Maldita bruja, no solo me enviaste a un mundo mucho mejor, sino que te encargaste de que no pueda ser feliz, espero te pudras en el infierno»— se oía en sus pensamientos

La chica que habían mandado a un mundo diferente, escapaba por el delito que había cometido, pues se deshizo de su esposo, después de sufrir maltrato tanto emocional como físico, pero en realidad nadie lo sabía, ya que aquel esposo no dejaba que eso sucediera. Ahora la que sería encarcelada, sería Lola, pero en ese cuerpo ya no habitaba la verdadera sino que era alguien que si se merecía realmente aquel castigo, por haber hecho sufrir a personas que la querían en su mundo.

—Ya despierta, estamos en casa— se escuchaba la voz de un hombre

—¿Dónde estoy?— preguntaba la verdadera Lola, pues después de perder la consciencia apenas la estaba recobrando

—¿Dónde más?, estamos en casa. No debiste intentar huir Sophia, jamás te he tratado mal, nunca te he puesto una mano encima. Desde el principio aclaramos los términos de nuestro matrimonio. Esto solo durará un par de años más, te pido que aguantes, si no lo haces, tendré que mantenerte encerrada, pues no habrá problema ya que no tienes nadie que pueda visitarte— molesto, pero también preocupado, hablaba aquel hombre

—Yo… yo… ¿lo lamento?— su sorpresa era obvia, pero sabiendo lo que aquella anciana le había dicho, quizás si fue cierto eso de viajar a otro mundo. Cómo hubiese sido, pudo escapar de la policía y del castigo que le impondrían por asesinar a alguien. —Le prometo que no volverá a suceder— trataba de ponerse de pie, pero ahí se dio cuenta que estaba muy mal, tanto que ni podía pararse sola.

—Ya mandé por el doctor, espero que ahora sí cuides de ti misma, no puedo confiar en ti, por eso durante mi expedición en las fronteras, dejaré a cargo al mayordomo, tienen que tratarte bien, pero no podrás salir de esta casa— fueron sus últimas palabras y salió de aquella habitación.

Más adelante un hombre adulto entró a la habitación y se presentó como el doctor. —Señora, creo que está vez tuvo mucha suerte, no es muy común que la gente salga viva de aquel bosque— platicaba mientras aplicaba un tratamiento a los pies de la mujer, después de haberlos lavado.

—Tiene razón, tuve mucha suerte. Debo estar agradecida con el hombre que me salvó— intentaba sacar información de alguna forma.

—El duque, es un hombre bueno. Parece ser duro y que a veces no tiene sentimientos, pero le puedo decir que es un gran hombre. Por favor obedezca sus órdenes y no lo haga enojar, pues si hace eso, no habrá poder humano que la salve de su ira— terminaba de vendar los pies de la mujer. — Todo quedó listo, ahora me retiro— se despidió

Lola, ahora Sophia se había quedado sola, en aquella habitación grande y muy ostentosa.

—«Debo estar feliz, solo me defendí y no creo que eso sea algo malo»— su cuerpo comenzó a sudar muy frío.

—¿Así que sigues viva?— era una figura la que hablaba, por supuesto asustó a la mujer. —Soy la anciana que te trajo a este mundo. Escucha muy bien lo que te voy a decir, no tengo mucho tiempo— le costaba mantener su forma.

—La escucho, adelante puede hablar— aún asustada, dejó que la anciana hablara

—Tu nombre es Sophia, eres la única hija de los marqueses Brunet, ellos pactaron un trato con el duque para casarte durante tres años, solo para que él no pierda su reputación. No tienes una buena relación con tus padres y tu esposo te daba miedo y asco, además tu pureza sigue intacta y pensabas escaparte con un hombre que te prometió el mundo entero, Ahora que tienes la vida de mi niña, cuida de ti, yo ya no podré hacer nada, si ella me creó, solo ella podía hacer que desapareciera— comenzaba a desvanecerse

—Entonces, ¿Sophia siempre fue una buena persona?— aún le preocupaba un poco lo que pudiera pasar con esa chica en la tierra

—Ella nunca supo amar ni ser buena, solo quería tener siempre la razón y no le importaba pasar sobre quién fuera, Yo que fui su creación, tuve que servirla sin poder decir algo al respecto, ahora ella será feliz y todos aquí podrán descansar de ella— sus palabras le dolían, pero era la verdad. Con eso aquella figura de la anciana, terminó desapareciendo.

—Ja, será todo, menos feliz.— Se lamentaba falsamente, la nueva y renovada Sophia. —Lamentablemente para ti el ser importante para alguien será imposible, mis condolencias querida, pero ahora estoy yo en tu lugar, aprovecharé esto— se regocijaba dando vueltas en su nueva cama.

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Comments

M@rin

M@rin

Al principio me revolvi...
pero después entendi un poco mas claro....
seguiré leyendo....suena interesante

2024-05-14

0

Savina Luna

Savina Luna

huy pobre Sofía

2024-05-17

0

💞💫♣💞

💞💫♣💞

La verdadera Sophia va a aprender a valorar lo perdido, porque feliz, en la cárcel, no creo.

2024-04-10

3

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