"En esta cautivadora novela, se teje una trama intrigante cuando un acaudalado hombre de negocios se une en matrimonio con una caprichosa heredera. De esta unión nace Helena, un personaje que emerge como el catalizador de una venganza destinada a desentrañar secretos, deslealtades y dolores ocultos. Con giros inesperados y personajes complejos, la historia nos sumerge en un viaje emocional donde el resentimiento de Helena se convierte en un hilo conductor que revela la complejidad de las relaciones familiares y los intrincados laberintos del poder."
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Capítulo cuatro
Durante un mes estuvieron de viaje de luna de miel por diferentes ciudades, también había coincidido con algunas reuniones de trabajo de Maximus y mientras él se encontraba trabajando. Eleonora realizó diferentes compras, había que reconocer que Maximus era extremadamente generoso, y muy apasionado en el dormitorio, pero después de eso ellos no tenían nada en común.
Y la noticia más esperada finalmente llegó al cumplirse el mes de casado. Esa noche se encontraban en París. El portero acababa de llevar un descapotable plateado hasta la puerta principal, que se estaba abriendo en aquellos momentos. Maximus salio del hotel ataviado con un esmoquin negro, con la pajarita desatada. Su guapísima esposa salió a su lado, enfundada en un vestido plateado maravilloso.
Eleonora estaba embarazada— Agapi mou esta noticia me complace enormemente, propongo un brindis por eso.
— A mí también dijo ella, en nueve meses podría perderlo de vista.
En agradecimiento por la noticia Maximus le compro una gargantilla de diamantes. Finalmente tendría un heredero.
¿Para qué servía trabajar tanto si no tenía un heredero al que dejárselo todo? ¿Y qué mejor manera de tener un hijo que heredase su imperio? Había visto muchos matrimonios destrozados o amargados, había oído demasiadas historias de hijos traumatizados por la ruptura de sus padres.
El testamento del padre de Eleonora le daba la oportunidad de evitar todo eso y también de ahorrarse la presión de hacer promesas a una mujer.
Un matrimonio de conveniencia y un hijo antes de un civilizado divorcio era la situación perfecta para él.
Durante los primeros seis meses vivieron entre Londres, Paris y Atenas. Maximus debia controlar las empresas.
Cuando cursaba el mes siete de embarazo ellos regresaron a la isla, ya que Maximus deseaba que su hijo naciera en ese lugar.
— ¿Y si es una niña?, pregunto Eleonora mientras cenaban en silencio.
Maximus la observó en silencio — Preferiría que fuera un niño, pero será bien recibida.
—Hay que preparar una habitación y sus cosas, dijo Eleonora.
— ¿Sigues con la idea de marcharte en cuanto nazca?, pregunto él.
— Por supuesto, odio este lugar, pero vendré y seguiré manteniendo las apariencias respondió ella.
— Está bien, buscaré a alguien que se ocupe de todo.
Maximus contrato un decorador para preparar la habitación del bebé lo realizaron en colores neutros, también busco dos niñeras para qué se ocuparán de atenderlo.
Maximus se encontraba de viaje en Atenas cuando Eleonora entró en labor de parto.
Ella fue llevada al hospital, Maximus emprendió su viaje de regreso, cuando llegó al hospital, el parto ya había terminado el médico lo acompaño a ver a su hija.
Maximus observó a su hija en silencio.
— Es una niña sana, si todo sigue como hasta ahora la daremos de alta en dos días le dijo él médico.
— ¿ Cómo se encuentra Eleonora?, pregunto él.
— Bien, se ha negado a alimentar a la niña así que le darán el biberón.
Maximus no dijo nada, sabía que a Eleonora poco le importaba esa hija. Luego de hablar con el médico se dirigió a la habitación de su esposa.
— ¿ Cómo te sientes?, pregunto él.
— Feliz ya cumplí mi parte del trato y podre irme dijo ella.
— Sí es lo que quieres no te lo impedire. ¿ Has pensado en el nombre de nuestra hija?, pregunto él.
— La verdad que no, eligelo tu a mi me da igual dijo ella...
Dos días después ambas fueron dadas de alta, las niñeras se hicieron cargo de la pequeña.
Maximus volvió a salir de viaje, estaba en New York cuando le avisaron que su esposa había abandonado la isla habían pasado veinte días desde el nacimiento de Helena. Él regreso a la isla una semana después. su pequeña tenía un mes.
Eleonora retomo su vida, viajes, fiestas. Cuando era necesario se reunía con Maximus en alguna ciudad, para mantener las apariencias, pero a su hija no la volvió a ver.
saludos