Luca y Dimitri han estado colaborando durante años, formando un lazo inquebrantable entre las dos mafias. Pero cuando una nueva amenaza surge de una facción rival que podría destruirlos a ambos, se ven obligados a tomar medidas extremas para fortalecer su alianza: un matrimonio entre Luca y Anya. Luca no está interesado en casarse con la "niña malcriada" que siempre le ha causado molestias, pero Dimitri insiste en que es la única manera de unir las familias y evitar el desastre.
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Capítulo 13 : El Peso del Silencio
La villa estaba sumida en un silencio inquietante cuando Luca regresó. Sus pasos resonaban en los pasillos, pero no había nadie para recibirlo. El aire era pesado, cargado de un dolor invisible que envolvía todo el lugar. Aunque Luca sabía que Anya estaba en algún lugar de la casa, el espacio entre ellos siempre se sentía abismal. No compartían cuarto; ni siquiera se tocaban más allá de los saludos formales. Entre ellos existía respeto, sí, pero nada más. Al menos, no todavía.
Luca no podía negar que últimamente su percepción de ella había comenzado a cambiar. Ya no veía en Anya a la niña malcriada que había creído en un principio. Ahora, había algo diferente, algo más fuerte. No era amor, ni mucho menos, pero empezaba a verla como su mujer. Aún así, las emociones estaban tan mezcladas con la realidad de lo que acababa de suceder que ni él mismo lograba descifrar lo que sentía.
Esa noche, no podía escapar del peso de sus decisiones. Sabía que Anya ya estaría enterada de la muerte de su hermano, aunque ninguno de los dos lo había hablado abiertamente. Después de todo, era inevitable. Dimitri había cruzado una línea que no podía ser ignorada. Luca hizo lo que debía hacer para mantener la paz entre las familias, pero eso no le quitaba el peso de la culpa.
Mientras caminaba por el corredor, notó la tenue luz encendida en el cuarto que ocupaba Anya. Sabía que estaba despierta, aunque probablemente no querría hablar con él. Pero tenía que hacerlo, aunque solo fuera para explicarle lo que había pasado.
Se detuvo frente a la puerta y tocó suavemente. No hubo respuesta inmediata, pero después de unos segundos, la escuchó.
"Adelante."
Luca entró, encontrándose con Anya sentada en una pequeña silla junto a la ventana. Miraba hacia afuera, las luces de Nápoles reflejándose en sus ojos apagados. No lo miró al entrar, pero tampoco le pidió que se fuera. El aire entre ellos estaba tenso, lleno de palabras no dichas.
"Sabes lo que pasó," comenzó Luca, su voz calmada pero firme. "Dimitri…"
"No tienes que decirlo," interrumpió ella, con un tono que intentaba sonar frío, aunque su voz temblaba. "Sé lo que hiciste. Sabía que esto iba a pasar."
Luca respiró hondo. "Lo hice por nosotros. No solo por la familia De Santis, sino por ti. No había otra opción."
Anya finalmente lo miró, sus ojos cansados y llenos de una tristeza que no había mostrado antes. "No te culpo, Luca. Sé que mi hermano eligió su destino… Pero eso no hace que el dolor desaparezca. Él era todo lo que tenía antes de todo esto, antes de ti."
Luca se quedó en silencio por un momento, sin saber cómo responder. Sabía que, aunque no lo culpara directamente, la pérdida de Dimitri la marcaría para siempre. Y, de alguna forma, él también sentía el peso de esa marca.
"Lo siento," murmuró, aunque sabía que esas palabras no eran suficientes.
Anya apartó la mirada nuevamente, volviendo a observar la ciudad. "¿Y ahora qué? ¿Qué se supone que hagamos después de esto?"
Luca la miró, con los brazos cruzados sobre su pecho. No tenía una respuesta clara. Había esperado que las cosas entre ellos siguieran siendo estrictamente formales, que todo se tratara de un acuerdo. Pero ahora, algo dentro de él empezaba a cambiar, aunque no supiera cómo manejarlo.
"Seguimos adelante," dijo, con la misma firmeza que siempre había mostrado en sus negocios. "Tú y yo… Tenemos un acuerdo, un pacto. Esto es lo que somos ahora. Pero si necesitas tiempo, te lo daré."
Anya se quedó en silencio, procesando las palabras de Luca. Sabía que la relación entre ellos nunca había sido realmente personal, que todo se trataba de una fusión entre familias para mantener la paz. Sin embargo, con Dimitri fuera del panorama, ese pacto adquiría un nuevo peso. Por primera vez, Luca no era solo el hombre al que se había visto obligada a casarse; ahora era lo único que le quedaba.
"No es tiempo lo que necesito," dijo al fin, sin mirarlo. "Es encontrar la forma de seguir, sabiendo que lo que pasó era inevitable."
Luca se acercó un poco más, deteniéndose a unos pasos de ella. "No tienes que hacerlo sola."
Anya lo miró, sorprendida por esas palabras. Luca no solía mostrar ese tipo de vulnerabilidad, y aunque no era un gesto romántico, había algo genuino en lo que decía. Era un paso pequeño, pero suficiente para que ella supiera que Luca estaba dispuesto a estar allí, de alguna forma.
"Lo intentaré," respondió con suavidad, aunque su corazón aún dolía.
Luca asintió, dándose cuenta de que, por primera vez, había logrado una conexión con ella, aunque fuera mínima. No había amor entre ellos, ni siquiera algo cercano, pero había algo diferente ahora. Algo que podría ser el comienzo de algo más.
Sin decir más, se dio la vuelta y salió de la habitación, dejándola sola nuevamente. Sabía que las heridas tardarían en sanar, pero también sabía que, poco a poco, Anya empezaba a ocupar un lugar más importante en su vida, incluso si todavía no lo comprendía del todo.
Amor de Madre y fiereza de una Reina. Es una barbaridad./Rose//Rose//Rose/
Guauuuu. Palabras llenas de amor y una pasión a punto de estallar.