¡Promesas! Promesas que se vuelven tristezas... El amor no se basa de un día..
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Capitulo 4
Eriberto – bueno comamos.
Almorzamos en completo silencio.
Matilde – Kira, ¿puedes hablarme un poco acerca de tu familia?
Kira – señora, no sé lo que hice, pero si falle en algo le pido perdón y no me despida, necesito el trabajo, soy el único ingreso en mi familia.
Matilde – querida, ¿acaso he dicho que te despediría?
Kira – Bu…….. No….
Matilde – solo me gustaría saber sobre tu familia.
Kira – bueno, soy huérfana de padres, vivo con mi abuela y mis dos hermanos, eso es todo señora… - le digo agachando la cabeza.
Matilde – lo siento mucho, no lo sabíamos, no quería incomodarte, solo….. No me hagas caso… - lo dice sonriendo.
Eriberto – la razón del por qué te hemos hecho pasar por esto, - señalando la mesa. Es porque queremos ayudarte.
Kira – no, no le entiendo señor.
Matilde – sabemos que eres una muchacha muy noble, educada y de buenos valores, también sabemos que no culminaste la universidad, por lo quiero pedirte que nos permitas ayudarte.
Kira – es una broma ¿verdad?
Matilde – claro que no, todo lo que te decimos es verdad.
Kira - no puedo aceptarlo, es demasiado.
Matilde – acéptalo por favor.
Kira – no puedo, de verdad les agradezco pero no puedo aceptarlo, lo siento.
Sebastián – ya que la señorita no quiere aceptar, que les parece esta propuesta.
- Hablo el joven que estaba muy callado todo el tiempo.
Eriberto – te escuchamos hijo.
Sebastián – si no quiero aceptar su ayuda, entonces que trabaje para mí en la empresa y con su sueldo se pagara la universidad.
Matilde – estupenda idea.
Kira – gracias joven pero estoy bien con mi trabajo.
Sebastián – no seas tan modesta y aprovecha esta oportunidad, además te pagare muy bien, no solo te servirá para la universidad, piensa en tu pequeña familia; es más ahora mismo te apunto cual sería tu sueldo.
Me entrego un papel.
Kira – e….e….e…… todo esto? No, es demasiado dinero por ir a limpiar una empresa como la suya?
Sebastián – quien hablo de limpiar? Tu puesto será como mi asistente.
Kira – qu….. Que?
Matilde – magnífica idea cariño, acéptalo muchacha, no seas tonta.
“Con esta cantidad de dinero podría pagar la deuda del banco y no pasaríamos necesidades”
Kira – está bien lo acepto.
Sebastián – muy bien, hare que mi secretario prepare todo y pase por ti, te espero mañana en la mañana en la empresa, sino hay más que decir, me retiro.
Eriberto – hijo, puedes pasar al despacho un momento?
“No sé qué hice, pero de lo que sí sé es que podre darles una vida mejor a mis hermanos y a mi abuelita”
Matilde – querida ve a preparar tus cosas que desde hoy dejas de trabajar para mí.
Kira – señora le puedo preguntar ¿Por qué hace todo eso por mí?
Matilde – tú me recuerdas mucho a como era mi vida antes de ser quien soy ahora, yo también fui una simple sirvienta y tu mi niña tienes un futuro por delante, no te desanimes y lucha por tus sueños.
Kira – señora no sé qué decirle.
Matilde – no digas nada, me basta con que aceptes un mejor trabajo y salgas adelante. – tomándome de las manos.
Kira – muchas gracias señora.
Al rato los señores vuelven al jardín y el joven solo me observa y se va.
De regreso a la cocina.
Rosa – ¿cómo te fue? ¿Aceptaste? – ella es Rosa una persona de edad muy buena y como una segunda madre.
Kira – tú lo sabias?
Rosa – pues claro niña, hace mucho nos preguntó por ti y nos alegra que hayas tomado esa decisión de cambiar el rumbo de tu vida, con tu inteligencia no sería justo que te la pasaras lavando platos y limpiando pisos.
Olga – eres una muchacha muy buena, estoy segura que tu nuevo trabajo te ayudara a salir adelante y sobre todo ayudaras a tu abuelita que tanto te necesita. – ella es Olga un buena amiga.
Pablo – eres joven mi niña, cumple tus sueños. – él es Pablo el jardinero y como un padre para mí.
Kira – gracias a todos por su apoyo y ayuda en el poco tiempo que llevo aquí. – les respondo al borde de las lágrimas dándoles un abrazo a todos.
Carola – no sé por qué estan tan felices por esta, quien sabe que artimañas utilizaría para embobar a los señores.
Rosa – basta Carola, sino tienes nada bueno que decir, será mejor que te ocupes en la lavandería.
Carola – no la defiendas tanto, estoy tan segura que una campesina como ella tiene sucios trucos bajo su manga y no me sorprendería que lo haya utilizado en los señores o en el joven para que le haya propuesto semejante oferta o ya te revolcaste con él? – me dice acercándose.
Kira – ya basta – propinándole una bofetada, - ya me tienes cansada, te la pasaba por que necesitaba el trabajo, pero ahora no y puedo hacerlo libremente.
Carola – me las vas a pagar estúpida, - intentando devolverme la bofetada, pero una mano l adetuvo.
Eriberto – pero que crees que estás haciendo?
Carola – señor yo…………..
Eriberto – no me interesa saberlo, en mi casa no voy a permitir este tipo de tratos entre ustedes, asi que recoge tus cosas y te largas ahora mismo, - Pablo asegúrate de que la señorita haya abandonado la mansión.
Pablo – si seño.
Carola - señor no me despida le prometo que no volverá a ocurrir.
Eriberto – eso debiste pensarlo antes de abrir tu boca.
Sin más el señor dio la vuelta y se fue.
Pablo – ya escuchaste al señor, ahora vete de aquí.
Carola – me las van a pagar, juro que me las pagaran muy caro.
Salió hecha una furia…..
Me despedí de todos y partí a mi hogar.
SEBASTIAN.
Ante la insistencia de mi abuelo tuve que hacer un espacio libre e ir ha almorzar con ellos, pero no tenía ni la menor idea de lo que realmente tenían en mente, hasta después de que fuimos al despacho.
Flashback.
Sebastián – dime abuelo para que me pediste que venga.
Eriberto – te gusta esa muchacha verdad?
Sebastián – no entiendo de lo que hablas.
Eriberto – puedo ser viejo pero no tonto. Vi como la mirabas desde que volviste.
Sebastián – no te puedo engañar verdad?
Eriberto – si tu padre no pudo engañarme, no creo que tú puedas hacerlo, ahora dime, es por esa razón que le ofreciste trabajo?
Sebastián – no fue esa siempre tu idea? O ¿acaso no me llamaste con insistencia solo para hacerme ver como la invitaban a sentarse a la mesa?
Eriberto – ja ja ja muy astuto hijo, quien diría que en parte nos parecemos.
Sebastián – bueno, creo que es hora de irme, si no hay nada más, me iré.
Eriberto – una cosita más hijo, si la piensas cortejar, no la hagas sufrir.
Sebastián – no te preocupes abuelo.
Fin del flashback
¡Mi asistente! quien diría que después de 15 años nos volvemos a ver y ahora será mi asistente, definitivamente esta oportunidad no la voy a dejar pasar.