Thailor Brown es un joven omega que trabaja en la empresa del prestigioso CEO, Dimitrei Uvarov. Él es un alfa imponente que llevó a la cima a su empresa desde muy joven, pero su padre, al estar enfermo, exige que este contraiga matrimonio pronto.
Al conocer a Thailor, Dimitrei decide usarlo a él para que finja ser su pareja y si el joven no acepta amenaza con arruinar su carrera dentro de la empresa, así que Thailor no tiene más opción que aceptar el trato.
¿Podrá esta relación ir más allá de un contrato?
NovelToon tiene autorización de Josh27 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
3
Dimitrei Uvarov, un hombre cuya presencia imponente irradiaba poder, caminaba con paso decidido a través del vasto vestíbulo de la empresa. Su porte distinguido, acompañado por una elegancia natural, capturaba la atención de todos. Aunque era el CEO, Dimitrei rara vez visitaba la sede de Nueva York, prefiriendo operar desde su tierra natal, Rusia. Sin embargo, aquella ocasión era diferente. Una reunión de vital importancia lo había traído de regreso.
Al cruzar las puertas del imponente edificio, el ambiente se tensó de inmediato. Todas las miradas se posaron sobre él, admirando la seguridad con la que caminaba. Su autoridad era palpable, y quienes lo conocían sabían que era el tipo de alfa que no toleraba errores. Su reputación precedía a su llegada, y ese día, todos los altos ejecutivos esperaban ansiosos por lo que estaba por venir.
Thailor, un omega de carácter reservado que trabajaba en el departamento de finanzas, estaba al fondo del grupo de jefes de división que lo aguardaban. Al ver a Dimitrei, su corazón comenzó a latir más rápido. Era la primera vez que lo veía en persona, y aunque había oído historias sobre su intimidante presencia, enfrentarse a ella en la realidad era algo completamente distinto.
Intentando mantener la calma, Thailor inclinó la cabeza en señal de respeto, imitando a sus compañeros. Sabía que cualquier error podría costarle caro, así que siguió las indicaciones de su superior inmediato con total concentración.
Cada paso de Dimitrei hacía que el nerviosismo de Thailor aumentara. Había escuchado sobre cómo los empleados sentían una presión insoportable cuando estaban cerca del CEO, y ahora lo entendía perfectamente. La energía que Dimitrei emanaba era casi tangible, una mezcla de carisma y poder que dominaba el espacio.
Cuando llegó al grupo, los jefes de división lo saludaron respetuosamente. Ese día no era como cualquier otro, sabían que Dimitrei estaba allí para tomar decisiones cruciales, y cada uno de ellos estaba preparado para respaldarlo sin dudar.
Sin perder tiempo, Dimitrei se dirigió hacia los ascensores, dispuesto a subir al décimo piso, donde se encontraba la sala de reuniones principal. Los altos ejecutivos, incluidas figuras claves de la empresa, lo siguieron en silencio. Entre ellos estaba Thailor, quien no tenía otra opción más que acompañarlos, ya que su jefe le había ordenado estar disponible para cualquier requerimiento.
El ascensor estaba cargado de tensión. Nadie se atrevía a hablar, y Dimitrei, conocido por su carácter reservado, no rompió el silencio. Thailor se mantenía quieto, sin atreverse a levantar la mirada.
Al llegar al piso diez, las puertas se abrieron con un suave "ding", y Dimitrei salió primero. Su paso firme y decidido marcaba el ritmo del grupo que lo seguía de cerca. Sin embargo, de repente, Dimitrei se detuvo abruptamente, y en su distracción, Thailor, que caminaba justo detrás, no pudo reaccionar a tiempo.
Chocó directamente contra la espalda del alfa.
El tiempo pareció detenerse para Thailor, quien maldijo para sus adentros. Sabía que ese primer encuentro con el CEO no estaba yendo de la mejor manera. Su respiración se aceleró, intentando calmarse antes de que las cosas se salieran de control.
Dimitrei giró lentamente. Su mirada afilada se posó en Thailor, quien, con la cabeza aún baja, intentaba evitar cualquier contacto visual.
—Lo siento, señor —se disculpó Thailor, con una voz controlada pero cargada de nerviosismo. Sabía que Dimitrei no toleraba la falta de respeto, así que, recordando el protocolo, levantó la mirada rápidamente para encontrarse con los ojos penetrantes del alfa.
El silencio era ensordecedor. Nadie osaba moverse mientras el CEO observaba al omega. Dimitrei lo miró sin prisa, como si estuviera evaluando cada detalle de la situación.
—¿Cómo te llamas? —preguntó Dimitrei, con esa voz grave y autoritaria que resonaba como una orden. Su tono tenía el peso de alguien acostumbrado a dar instrucciones sin réplica.
Thailor sintió un escalofrío recorrerle la espalda. El corazón le latía desbocado, pero hizo un esfuerzo por mantener la compostura, enfrentando la intensa mirada de su jefe.
—Mi nombre es Thailor, señor Uvarov. Trabajo en el departamento de finanzas —respondió con una mezcla de seguridad y respeto. Aunque internamente el nerviosismo lo consumía, sabía que cualquier muestra de debilidad frente a Dimitrei no sería bien recibida.
El silencio volvió a reinar. Nadie en la sala se atrevía a interrumpir el tenso intercambio entre ambos.
De repente, Dimitrei dio un paso más cerca de Thailor. El omega contuvo la respiración cuando el alfa se inclinó ligeramente hacia él, sus labios peligrosamente cerca de su oído.
—Me gusta tu aroma —susurró Dimitrei, su voz baja pero cargada de una intensidad que hizo que el cuerpo de Thailor se tensara. El inesperado comentario lo tomó completamente por sorpresa. Su corazón latía desbocado, y la ansiedad que sentía se convirtió en una mezcla de sorpresa y desconcierto.
Thailor trató de controlar su respiración mientras sentía cómo el calor subía por su cuello. No había esperado que su primer encuentro con el CEO tomara un giro tan inesperado.
Dimitrei se enderezó lentamente, alejándose del omega, y sin decir una palabra más, continuó su camino hacia la sala de reuniones.
El jefe de división, John, notó el estado de shock de Thailor y le tocó el brazo suavemente, indicándole que debía seguir a Dimitrei. Aún aturdido, Thailor lo siguió, intentando procesar lo que acababa de ocurrir mientras entraban juntos en la sala de conferencias.
.....