Traicionada por su Prometido, Gana un Presidente

"¿La persona que estaba contigo hace un momento... dónde está?", preguntó Lia, fingiendo despreocupación.

"En el coche. ¿Por qué?", replicó Bara, sorprendido.

"¿Vino contigo?"

Bara asintió levemente, "Hmmm."

"Así que están juntos. Lo dejaste en el coche." Lia murmuró.

"¿Por qué?"

Lia negó rápidamente con la cabeza. "Ya... vete a casa. Hablaremos mañana."

"¿Mañana?"

"Sí, hay algo que quiero hablar contigo. Pero, creo que no es el momento adecuado. Vete a casa." Lia evitó la mirada de Bara.

"¿Para qué mañana? Ahora o mañana es lo mismo," dijo Bara tercamente. "Ahora mismo. Ya estoy aquí." La miró fijamente a los ojos, haciendo que la chica se pusiera aún más nerviosa.

Finalmente, Lia se armó de valor. Con la mano temblorosa, le mostró la prueba de embarazo. Dos líneas rojas. Prueba irrefutable.

"Estoy... estoy embarazada, Bar," su voz era ronca. Bara observó el objeto plano y alargado en su mano. "Solo lo hice contigo. No quiero estar embarazada sola, ni dar a luz a este hijo sin un marido..."

Lia respiró hondo. Estaba preparada para el rechazo, para ser reprendida, para ser abandonada.

"Quería reunirme contigo por esto, es nuestro. Yo... Pensé que tú también debías saberlo...."

Lia no pudo continuar su frase. "Si... Si más adelante lo aborto...."

Pero, inesperadamente, Bara se acercó y la besó profundamente. Hasta que los ojos de Lia se abrieron desmesuradamente.

"Sí, tengo que saberlo. Esto..." susurró tocando el vientre de Lia, "Es mío," su voz sonaba temblorosa, pero de felicidad. Miró a Lia como si la chica fuera su mundo.

"¿Lo aceptas? Yo... Yo tampoco tengo el valor de abortarlo..."

Ahora fue el turno de Bara de abrir los ojos como platos. "¿Qué dijiste? ¿Abortar?" dijo con la mandíbula tensa. "¡Ni se te ocurra pensar en hacerlo!"

Lia solo miró.

"Casémonos," dijo Bara de repente, "¡Esta misma noche!"

"¿Qué?"

Bara tomó la mano de Lia y luego caminó.

"¡Espera! ¡Espera!" Lia tiró de su propia mano hasta soltarse. "¿A dónde vamos?"

"A casarnos."

Lia se quedó sin palabras. Miró a los ojos del hombre frente a ella como si estuviera buscando algo. Sin embargo, lo único que encontró fue sinceridad.

"¿Esta noche?"

"Sí, cuanto antes mejor," dijo Bara, con los ojos brillantes.

Lia se quedó boquiabierta. Todo esto estaba un poco fuera de sus expectativas. Bara le propuso matrimonio rápida y fácilmente. "Ah, ¿en qué estoy pensando? Él también fue el primero que me propuso matrimonio. Pero, yo lo rechacé con arrogancia. Ahora mira quién pone excusas."

Bara volvió a tomar la mano de Lia, hacia la puerta.

"¡Espera!" dijo Lia sobresaltada.

Los pasos se detuvieron. Bara la miró.

"No podemos salir por la puerta."

"Es cierto, por la ventana."

Los ojos de Lia se abrieron de inmediato, su cuerpo se sobresaltó cuando Bara cambió y la llevó hasta la ventana. Bara saltó primero hacia afuera. Luego extendió su mano.

"¡Vamos!"

Lia dudó, había un obstáculo. Bebby. Esa mujer. Lia bajó la cabeza, su voz interior se rebeló, para traicionar o lastimar el corazón de otra mujer. "Quiero conocer a... Bebby," dijo en voz baja.

Bara frunció el ceño. Bara miró a Lia durante mucho tiempo, sintiéndose muy raro y sospechoso.

"¿Por qué?" dijo finalmente.

"Yo... Yo..." Lia dudó. "No puedo traicionar y lastimar a Bebby," pensó.

"¿Por qué quieres conocer a Bebby?" insistió Bara, con ojos penetrantes.

"Yo... Hay algunas cosas que quiero hablar con ella."

"¿Qué? Dímelo a mí. ¿Por qué tienes que hablar con ella? No tienes ninguna relación con ella."

"Esto también tiene que ver con ella. En cualquier caso, quiero reunirme con ella," dijo Lia, que no quería explicarle a Bara. Estaba segura de que Bara no lo entendería.

Bara miró durante mucho tiempo, con una mirada... ¿Enfadada?

"Por favor," rogó Lia con cara de súplica.

Bara sacó inmediatamente su teléfono móvil y llamó. "Beb, ven aquí."

"¡Espera! ¿Ahora?" Lia se sintió aún más angustiada. Su corazón latía rápido. No esperaba que Bara se pusiera en contacto directamente con Bebby. No estaba preparada para enfrentarse a la 'otra mujer' de Bara.

"¿Le estás diciendo que venga ahora?"

"Sí, está esperando en el coche. Así que ya de paso," respondió Bara despreocupadamente.

La boca de Lia se abrió... "¿Por qué siempre hace lo que quiere? ¿Acaso no puede respetar a las mujeres?" pensó.

Se sorprendió, porque Bara volvió a entrar de repente por la ventana.

"¡Dios mío! ¡Qué haces!"

Al poco tiempo, se escucharon pasos ligeros. Luego, desde el alféizar de la ventana, apareció la figura de Bebby... Sí, un hombre de rostro dulce con el pelo largo.

Lia abrió los ojos como platos, "¿Bebby?"

Un joven, guapo, con el pelo largo hasta los hombros, saltó adentro con naturalidad. "¿Por qué me llamaste?"

Lia parpadeó, aún sin poder creerlo. "¿Eres Bebby?"

Bebby asintió, sonriendo amistosamente. "Hola, señorita Lia."

Lia no pudo decir nada. Su boca se abrió, y luego se cerró de nuevo.

"Él es Bebby, mi secretario."

"¿A ti es a quien llaman beb?"

Bebby miró a Bara, Bara solo arqueó una ceja. Él mismo también estaba confundido.

"¿No eres una mujer?"

"Eeeeiiiihhh, señorita... ¿Qué clase de pregunta es esa? ¡Soy un hombre, de verdad!"

Lia todavía no podía creerlo, "¿Así que tú eres el que rompió la ventana?"

"Sí, lo siento por eso, él..." dijo Bebby señalando a Bara. "Él me lo dijo. Así que, por obligación. ¿Me llamaron para romper la ventana?"

"¿De verdad te llamas Bebby? ¿No eres otra mujer de Bara?"

Bebby se quedó en silencio un momento, como si estuviera procesando. Luego se echó a reír. "Dios mío... ¿Así que pensabas que era una chica?"

Las mejillas de Lia se pusieron rojas. Estaba muy avergonzada.

Bebby sacó su tarjeta de visita. "Esta es mi tarjeta de visita," dijo mientras se la entregaba a Lia.

"¿Bebby Fernando?" Lia miró a Bebby después de leer la tarjeta de visita de Bebby.

"Ese es mi nombre."

Bara se rió suavemente, se acercó y abrazó a Lia por el costado. "Así que... ¿Nos casamos esta noche?"

Lia sonrió irónicamente. "¿Por qué se siente tan raro..."

"¿Qué es lo raro?"

"Siempre he imaginado una boda hermosa, y una propuesta romántica... Pero, parece que, tengo que hacer las paces con la imagen."

Lia miró el cielo oscuro desde la ventana que estaba abierta de par en par, incluso sin marco.

"Traicionada... Luego embarazada... Sin un marido... Y ahora... Una boda sin fiesta..." murmuró sonriendo con amargura.