¿Cuál Es La Verdadera Cara de Julieta Sanz?
Julieta Sanz una joven que ha vivido su vida bajo el control de su madre y religión. Aparentemente teniendo la vida perfecta, con el novio perfecto siendo incluso admirada y envidiada por la máscara perfecta que lleva consigo.
Todo eso cambia cuando conoce a Magnus, un hombre que cambia por completo su vida.
Israel es un viejo amigo de Julieta que ahora es policía y se ve involucrado en la historia cuando una llamada lo despierta en mitad de la noche.
¿La verdadera cara de Julieta, será realmente la de un mounstro o la de un simple humano?.
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Capitulo 23: Inocencia.
Sentí como me tomaba entre sus brazos y me cargaba como si se tratara de una pluma. El olor de su perfume aún no se desvanecía por la lluvia por lo que fue fácil saber quién era.
— ¡¿Quien te hizo esto?!— pregunto lleno de preocupación al sentir mi piel helada.
Sus manos cálidas rosaban mi cuerpo, transmitiendo un poco de calidez.
—Magnus, tengo demasiado frío, no puedo moverme — Musite viendo su rostro mortificado.
Me subió a su auto, y a juzgar por mi estado quería llevarme a un hospital.
— ¡Un hospital jamás!— dije exclamando con fuerza.
— ¡¿Por qué no?!— preguntó Magnus realmente molesto.
— Odio los hospitales — contesté.
Ante la gran negativa de Julieta, Magnus que veía su cuerpo semidesnudo no la expondría a ese tipo de humillación, no frente a personas que no la conocían.
Magnus decidió correr el riesgo y llevarla a su departamento. La sentó bajo la regadera con agua caliente esperando que su cuerpo pudiera agarrar algo de calor, vió ante sus ojos una imagen demaciado dolorosa y difícil de procesar : La mujer que había comenzado a amar estaba inmóvil con la mirada perdida y llorando.
Ella no solo lloraba por la humillación que había recibido por parte de su madre y Joshua, si no por que había llegado un punto en el que ya no soportaba esa miseria, está vez su madre había ido demasiado lejos.
— Quiero matarlos— susurró Julieta.
Magnus entendió por completo que las personas que la habían dejado en ese estado, eran su madre y su prometido. Y un odió enorme comenzó a crecer hacia ellos.
— Primero debo calentar tu cuerpo, después podremos matarlos — trató de calmarla.
El agua caliente no podía calentar su cuerpo, ella seguía temblando y su piel seguía helada. Magnus la saco de la regadera, y le hizo ponerse su ropa interior.
— No me dejes de abrazar — pedía ella sin soltarlo.
Parecía como si ella estuviese en algún trance, pues ni siquiera le importaba dejar sus pechos al descubierto. Magnus no siquiera le interesaba verlos, no cuando Julieta se veía tan mal.
— Julieta, todo va a estar bien— dijo llevandola a la cama.
Julieta asintió con la cabeza.
Magnus se quitó la playera, y la envolvió entre sus brazos, transmitiendole su calor corporal. Sus cuerpos estaban rozandose así que después de varios minutos, Julieta pudo calentarse y caer profundamente dormida, sin importarle estar desnuda frente a un hombre por primera vez. Magnus también terminó dormido al ver qué Julieta se encontraba estable y profundamente dormida abrazada a su cuerpo.
Desperté por el inmenso calor que sentía, lo primero que vi al abrir los ojos, era la mirada de Magnus sobre mí.
— Tal como lo pediste, no deje de abrazarte toda la noche— susurró sin soltar mi cuerpo.
— ¿Dónde está el vestido que me compraste? Le pregunté safandome de sus brazos y poniéndome de pie.
Realmente fue lo primero que se me vino a la mente,al recordar sobre la noche anterior.
— Debiste preguntar sobre tu sujetador primero — contestó intentando desviar la vista de mi cuerpo.
Mire mi reflejo en el espejo.
— ¡No me veas!— grité agarrando una playera de Magnus y vistiéndome enseguida.
— No lo haré, tengo que controlarme por el bien de los dos— Advirtio cerrando los ojos.
La tela era grande y cómoda, y me sentí un poco más protegida al cubrirme con ella. Sin embargo, la vergüenza seguía presente, y no podía evitar recordar lo vulnerable que había estado la noche anterior.
— Gracias, realmente moría de frío— Agradecí con el rostro totalmente rojo— lamento haberte hecho pasar por esto.
—Mi recompensa fue grande— dijo Magnus, con un tono de voz suave y comprensivo— Pude abrazarte toda la noche.
Me volví hacia él, y por un momento, nuestras miradas se encontraron. Había algo en su mirada que me hacía sentir segura, a pesar de la tormenta emocional que aún llevaba dentro.
— ¿Dónde está mi vestido? — repetí, intentando cambiar de tema y distraerme de la incomodidad.
— Lo dejé secando, estaba empapado. Pero no te preocupes, te lo devolveré — respondió, intentando hacer una broma para aliviar la tensión
—Realmente quise evitar que se mojará — contesté apenada — Es algo muy valioso para mí, por qué tú me lo compraste.
— Aun así, podrás usarlo nuevamente y solo frente a mi — Contestó levantándose de la cama con el abdomen expuesto.
No pude evitar sonreír, a pesar de todo. Magnus siempre tenía una manera de hacerme sentir mejor, y mis hormonas comenzaban a levantar mi animo decaído.
Camine a un lado de él, siguiéndolo por inercia, sin dejar de observar su espalda tonificada.
— Si quieres tocar mi espalda hazlo — dijo sintiendo mi mirada en cada uno de sus músculos.
— ¿Puedo?— pregunté un poco emocionada, quería saber que textura tenía la piel de su espalda.
— Pero habra un precio— contestó.
Imaginé que seria una de sus bromas, así que lo toque suavemente con las palmas de mis manos.
— ¿Y ese precio que tan alto es?— le pregunté con sarcasmo.
— Tocaré una parte de tu cuerpo en cambio— dijo volteando a verme con una mirada pícara.
Realmente pensé que bromeaba, hasta que se dio la vuelta y extendió la mano hacia mí.
— Elige que parte de tu cuerpo debo tocar — sonrió mirándome con deseo.
Tomé su mano y la puse en mi cabeza.
— Si hubieras escogido el cuello, ambos estaríamos de regreso a la habitación — contestó.
Al principio no entendía lo que decía, hasta que imaginé lo que realmente decía. Lo miré sorprendida tapando mi boca.
— Para escribir novelas para adultos eres bastante inocente— Río mientras caminaba hacia la cocina.
Tenía toda la razón, era bastante inocente.
—Debe ser difícil para ti, salir con alguien que no tiene experiencia — contesté, después de todo el era un experto en cada cosa que hacía.
—Me gusta eso de tí, que aun sin tener experiencia hagas que todo el tiempo piense en tí— contestó mientras preparaba el desayuno.
Por primera vez me sentí suficiente para alguien, y esa persona era alguien que amaba. Sin embargo estaba comprometida y romper ese compromiso sería más difícil de lo que creía.
— Debo volver a casa— .
— Quisiera que no volvieras a ese sitio o matare a cada uno de ellos, cada una de las personas que te hace daño— dijo intentando no levantar la voz — Además necesitas comer algo.
Sabía que si mi aspecto mejoraba después de comer, mi madre sospecharia que alguien estuvo cuidandome toda la noche.
— Tengo qué irme— Dije caminando alrededor del departamento buscando el vestido que llevaba la noche anterior— Si no algo más feo puede pasar.
Antes de irme, Magnus me hizo prometer que no dejaría que me hicieran algo así de nuevo, sin embargo no podía prometerlo de corazon
Continúaraaa.