Endemoniadamente Peligrosas

Elena:

Estaba que no podía calmarme, Bastian abrió la puerta cediendo el paso, caminé apresurada hacia lo primero que vi arrojando mi portafolio, negué con la cabeza dando media vuelta mirando directo hacia Bastian.

Bastian: Bastante te contuviste.

Cerré mi puño apretando con todas mis fuerzas, hasta mis uñas traspasaban la piel de la palma de mis manos, pero así como estaba ni sentía que me dolía.

Elena: La tuve tan cerca, pero tan cerca que ganas no me faltaban para arrancarle la cabeza a la muy traidora.

Bastian: Entiendo tu molestia, pero sabes que no puedes hacerlo.

Elena: Aja, ¿a que vino? ¿Por qué contigo?

Bastian: Te lo dije que iba a llevar este caso.

Elena: NO… nunca me dijiste.

Bastian: ahh, claro, la ultima vez que hablamos te recuerdo que saliste furiosa dejándome con Guido.

Rodé los ojos tratando de tomar aire, me hacía falta y mucho, no era fácil de haberla tenido frente a mi y no poder tomar venganza. Se acercó Bastian, apretó suavemente mis hombros sin hacerme daño, cerré los ojos sosteniéndome de sus manos, en verdad que me hacía mucha falta mi ambiente laboral, había estado por mucho tiempo alejada de todo esto, sentir la tensión de las sentencias, escuchar los testimonios de gente inocente queriendo tener justicia, yo, solo podía tenerlos a ellos en este momento. Abrí mis ojos tan ardientes por las lagrimas que se iban reteniendo.

Bastian: Dina no tiene donde pelear por sus hijos.

Elena: Que no se le ocurra.

Bastian: Se lo hice saber, ella faltó a Guido.

Entreabrí los labios, ¿Qué estaba diciendo Bastian? Me soltó apartándose de mi, caminaba directo a la mesa donde habían muchos papeles encima, claro que me interesaba saber, así que fui tras él, mi corazón latía tan fuerte al ver unas fotos sobre la mesa. Reposé las manos encima de la mesa observando cada una de las fotos.

Levanté la mirada de Bastian, él solo sonrió señalando que tenía las pruebas que harían dudar sobre el amor maternal que tenía Dina, más bien que decía tener. Abrió el cajón de su escritorio regresando a mi lado, traía un sobre, justamente lo que vine a buscar, eso es lo que creo.

Elena: Guido ¿sabe de lo que ha hecho todo este tiempo Dina?

Bastian: No, cuando me dijiste que querías venir por los permisos que necesitan para los nuevos centros de los Italianos, se me ocurrió darte el mismo día de la cita de Dina, así tendrías de primera mano todo lo que necesitas.

Sonreí mordiendo mi labio inferior, no podía con tanta felicidad, me iba sentando lentamente sin dejar de mirar las fotos.

Elena: Así que la Dina se hizo pasar por muerta para tener sus días felices. Vaya, eso no me lo esperaba, ¿entonces por que quiere estar con Guido?

Bastian: en el giro que ahora te manejas deberías saberlo. Guido es la entrada para nuevas franquicias, nuevos aliados y nuevos tratos que no cualquier persona puede llegar.

Di varios brinquitos emocionada mientras bailaba de la emoción, tenía que hacérselo saber a Guido.

Bastian: Elena, como comprenderás.

Elena: Ya sé, ya sé… Mi matrimonio con Guido puede mantenerse.

Bastian: Legalmente no, pero igual ante la ley se toma quien haya hecho la falta primero, así que puedo ver la manera que ya no exista ante la ley el matrimonio de Dina, claro que tiene que ser con el consentimiento de Guido.

Elena: él no dudará. Lo aceptará.

Bastian: Háblalo bien con él, conoces los términos, Dina no va a ceder, pero por el momento levantaré las ordenes necesarias y las restricciones por Gian y Dilan, a este punto y de ver la manera que piensa provocar a Guido, será mejor que los niños no sepan de la existencia de su madre.

Negué con la cabeza, me levanté dejando las fotos sobre la mesa, Bastian asentó el sobre siguiéndome con la mirada, apreté con todas mis fuerzas el respaldo de la silla. Lo miré negando rotundamente la cabeza.

Elena: Lo siento Bastian.

La sonrisa de Bastian se le iba borrando poco a poco, sonreí algo triste, pero las cosas tenían que hacerse bien.

Bastian: ¿Qué sucede? Todo esto lo he hecho por que sé que quieres a los hijos de Guido como tuyos.

Elena: Lo son, pero no quiero mentiras, no sabemos como pueda reaccionar Dina más si le dijiste que no tenía derechos sobre ellos, sé que ellos me han abierto el corazón y me aceptaron como su madre, pero no quiero mentirles en que no sabía de que su madre está con vida, no quiero esa mentira entre ellos.

Respiró profundamente negando con la cabeza, sé que Bastian ve las cosas como deben ser legalmente, pero son personas que tienen sentimientos… no podría causarles ningún daño.

Bastian: Ellos deben entender…

Elena: Claro que lo van a entender, pero no ocultándoselo, ellos son adolescentes, lo menos que quiero es que piensan que por el poder que tenemos tengamos que hacerlos a nuestra manera, no voy aceptarlo, hablaré las cosas con Guido y lo mejor es hacerles saber que su madre está con vida, si ya ellos quieren estar con ella, adelante, pero…

Bastian: Pero… si se quieren ir con ella. ¿Qué harás?

Jalé la silla sentándome, reposé los codos sobre la mesa juntando mis dedos entrelazados en mis labios, cerré los ojos con el dolor de una madre que sabía que en cualquier momento las cosas se pueden poner en mi contra, pero era mejor que ellos decidieran antes que ponerlos en mi contra. Abrí los ojos mirando hacia Bastian, reposó sus codos sobre la mesa mirándome de reojo.

Bastian: Si le abres una puerta a Dina, ella no lo va a desaprovechar.

Elena: No quiero odio en ninguno de ellos, Gian es un jovencito estupendo, siempre me dice que le hubiera encantado que fuera su madre, lo abrazo y le dejo un beso en la mejilla haciendole saber que lo soy, Dilan, Dilan es más serio, pero me dice lo mucho que le alegra que sea la que esté como su madre. ¿Cómo ocultar algo que sé que les lastimará?

Tragó saliva mirando hacia el frente, sonrió dejando caer su espalda en el respaldo empujando un poco la silla para quedar de frente a mí.

Bastian: Has madurado y por mucho Elena, es sorprendente la manera que ahora te manejas y en verdad eso es gracias a las vivencias que has tenido, eres de las mujeres que puedes decir a otra, ven te presto mis zapatos para que te sumerjas a jugar un rato en las mismas aguas donde me ahogue.  Ven te presto mis zapatos para que camines la vereda de mi vida y tal vez puedas comprender. Ven te presto mis zapatos vive lo que yo he vivido y dime si aun te molesta mi proceder.  Ven ponte mis zapatos siéntete como me he sentido y entonces me cuentas si aun puedes ser tan cruel. Nadie sabe la verdad más que solo una parte de tu la historia y juzgan desde lo que pueden ver. ¿quieren tener el panorama completo? Les tienes que prestar tus zapatos caminar tu trayecto y luego saber si les duelen sus pies.

Asentí con la cabeza, tan cierto que agradecía a Dios por contar con Bastian en estos momentos.

Elena: Deja que lo haga a mi manera.

Suspiró asintiendo con la cabeza, creo que esta parte él sabe que no es fácil tener que ceder… rodó los ojos negando con la cabeza, sostuvo el sobre entregándomelo, lo sostuve llevando a mis labios, dejé un buen beso en el sobre abrazando…

Bastian: Los permisos y todas las certificaciones ya están liberadas.

Abrí el sobre sacando los documentos que teníamos que esperar muchos meses, pero con Bastian y Lucio esto se haría mucho más rápido.

Bastian: La zona corresponde a las que Dylan pidió, así que no creo que tengan problemas, los oficiales encargados de peinar la zona ya saben que procederán los nuevos centros.

Elena: Han percatado señal de distribución de Vogre.

Bastian: No por el momento, pero me imagino que al saber que serán de los Italianos entrarán de lleno.

Elena: Haremos un buen trabajo.

Me levanté de inmediato, Bastian hizo lo mismo señalando todo lo que podía llevarme como evidencia.

Bastian: ¿Segura como lo vas a manejar?

Guardaba las fotos en mi sobrecito, hasta los documentos que Bastian me entregaba, claro eso si antes él los leía, quitaba algunos y los otros me los daba.

Elena: Es lo mejor para todos.

Bastian: Elena.

Elena: ¿Si?

Bastian: ¿Cómo te has sentido con respecto a tu hija?

Un fuerte dolor estremeció mi corazón, quedé frente a él mirándolo, rascaba un poco la cabeza dándose cuenta que no lo debió preguntar, negó con la cabeza…

Bastian: Perdón Elena.

Sonreí con el corazón destrozado, no quería que se sienta culpable de mis emociones, él solo quería saber que estaba bien.

Elena: Pueden venir más hijos, a veces se logran, a veces no, no… no… es algo que tenga que aferrarme para que no se pueda.

Bastian: Elena, eso me preocupa, por que no acudes con Alana, Eva ahora estudia para psicóloga lo han estado trabajando muy bien.

Elena: Tendré que pensarlo, ya tengo que irme que los Italianitos ya deben estar esperando en la zona los permisos.

Me acerqué a Bastian quedando de puntillas, le di un beso en la mejilla y él me abrazó con todas su fuerzas, cerré los ojos no queriendo derramar una sola lagrima.

Bastian: No me gusta el dolor que llevas por dentro, te conozco Elena, esa sonrisa que tienes no es de felicidad.

Tragué saliva apartándome de él, asentí con la cabeza, levantó mi rostro haciendo que lo mirara.

Elena: Estoy bien, solo… es cuestión de dejar pasar los días, el tiempo todo lo cura.

Bastian: No en las circunstancias que pasó.

Apreté su mano tomando mi sobre, sonreí dando un empujón en forma de juego.

Elena: Tengo a un semental, sé que pronto llegará el próximo.

Sonrió asintiendo con la cabeza, di la media vuelta apretando la quijada, si tan solo supiera que no quiero más hijos, que ya no deseo pasar por un dolor que nadie se merece… tomé mi portafolio saliendo de la oficina de Bastian, respiré tan profundo tomando mi celular.

Llamada:

-        Eyy…

-        ¿Cómo que Eyyy?

-        Perdón, estamos viendo todo lo relativo al nuevo centro.

-        Ya conseguí los permisos, me los acaba de entregar el buen Bastian. Ahora que llegue les contaré con lujo y detalle lo que pasó.

-        ¿Estas bien?

-        Si mi amorcito, tan bien, que brinco de felicidad.

-        Te estoy esperando.

-        Guido.

-        ¿Si?

-        Te amo, eso no lo olvides.

-        Gracias por ese sentimiento que me das. Es mutuo.

Terminé la llamada mirando el celular, hasta el día de hoy no he buscado la manera para decirle que no quiero más hijos, espero que entienda que no sería fácil para mi volver a pasar un difícil proceso de embarazo sin recordar que apenas tuve a mi hija la asesinaron. Una madre, no debe pasar por ese dolor y jamás quiero volver hacerlo… mandé un mensaje…

“Hola Siena, hoy pienso pasar a revisarme y ver lo de mi OTB”

“hola hermosa, ¿segura? Elena sabes que no pienso llevarte la contraria, pero al menos debes decirle a Guido”

“No, esta vez no pienso decirle, no quiero negativa de su parte y creo que es lo mejor”

“Te espero”

Ya estaba decidido no iba a dar marcha atrás, para mi era mejor pedir perdón antes que permiso.  

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