La princesa reencarnada, ayuda a un malhumorado príncipe en su venganza...
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Tierras del Reino de Oro
Días después, una rutina extraña se daba entre Vitorio y Bella, durante el día no se veían demasiado, a veces compartían el desayuno o la cena, pero generalmente él volvía para compartir su habitación.
- Si quieres ver a los niños esta bien, no es necesario que duermas aquí.
- …
- Y si te vas a quedar deberías tener tu propia habitación.
- Anoche, me decias que querías mas, mas, mas… y hoy no me quieres aquí.
- Bueno, eso era … no quiero estar embarazada de nuevo, ya sé, que esos te horribles no funcionan siempre.
- Es mi semilla la fuerte, nada hará que no te embaraces de nuevo.
- Muy bien, señor humilde, no tendrá derecho a este cuerpo, hasta que resolvamos eso.
- Me buscarás mujer, tu cuerpo huele a mi, reacciona ante mi voz y mi toque.
- Este cuerpo recordará cada día lo mal que lo paso, cuando estuvo embarazada y se le pasarán todas las ganas.
- ¿lo pasaste muy mal?
- Eh, bueno si… mi poder me ayudo los primeros meses, pero después fue difícil, mi barriga era gigante y esos niños me pateaban a diario, si no hubiese sido por las personas de este lugar, no habría podido sola.
- ¿Quién? Las cocineras y el granjero.
- La señora Amelia tiene conocimientos de enfermería, la señora María me consentía en todo y Manuel ayudaba con las cosas de fuerza, son buenos amigos, porque…
- No vuelvas a mencionar a otros hombres, cuando compartes la cama conmigo.
- Mira principito, eres el padre de mis hijos, pero no eres mi dueño, soy una mujer soltera, joven, con ganas de…
Vitorio salió del lugar y ella pensó que había ganado la discusión, pero a los minutos entró nuevamente.
- Vistete saldremos de aquí.
- ¿Qué? No puedo y mis hijos.
- Las cocineras los verán, ya les pague por eso.
- Pero…
- Hazme caso ahora mujer, vístete o te llevaré en camisón.
- Pero… ¿A dónde vamos?
- Mujer…
Bella se puso un vestido sencillo y una capa, y cuando se dio cuenta, se habían teletransportado a un lugar en ruinas en lo alto en de unas montañas.
- ¿Dónde estamos?
- Estas sobre las ruinas de mi palacio, en las tierras del reino de oro donde nací.
Vitorio, se agachó y jugo un poco con la tierra del lugar.
Bella estaba sin palabras, nunca le había visto tan sincero y en calma, que prefirió guardar silencio y solo tomar su mano, cuando él se levanto y recorrieron el lugar. Despues de unos minutos, Vitorio se le acercó.
- Sabes ¿Por qué estamos aquí?
- Lo he pensado, y si llegamos tan rápido, es porque tenías un marcador de sangre en el lugar, por lo que supongo que has venido antes, asi que supongo, que quieres construir un nuevo palacio aquí.
- Buenas deducciones, si construiré un palacio, pero… mírame por favor…
- …
- Aquí debajo de mis pies, esta la sangre de mi linaje, lo más importante y sagrado para mí, por eso te traje, porque… (poniendose de rodillas)
juro mi lealtad a ti Bella Carter, en esta y en todas las vidas que recuerdes, en este momento… te tomo como mi única mujer, frente a mi pasado y tú siendo mi futuro… juro que eres mi esposa, frente a los dioses y a mi familia, mis hijos, nuestros hijos, ya tienen mi sangre y el legado Volt con ellos y juro darte el cielo si me lo pidieras…
- Vitorio…
Por el rostro de ella, comenzaron caer unas lágrimas, mientras sentía como los brazos del príncipe la tomaban de la cintura y la teletransportaban a una cabaña en la mitad de una montaña cercana al reino de hielo, donde vivieron una especial noche de pasión.
