Desconocido

Rocío permaneció en casa de su madre, los días que le habían ofrecido. Dante continuo con su trabajo, pero se le notaba triste y decaído. Había bajado de peso y se observaba la falta de sueño.

- ¿Cómo estás, amigo mío?

- No muy bien. La extraño. No verla me derrumba.

- Mañana regresará a trabajar, no te des por vencido. Si renuncia significa que no le interesas.

- No sé, nunca me dijo que le interesaba o algo así. Solo me demostraba que me quería como amigo.

- Bueno mañana conoceremos la verdad.

Al día siguiente Rocío empezó a trabajar. Su oficina estaba lejos del alcance de Dante. Así que el único que tenía contacto con ella, era Jean. En las horas de comer, Dante prefería quedarse a comer en su oficina.

Él sabía que debía cumplir su palabra. Su corazón le gritaba qué la buscará, pero su mente lo detenía. Estaba lleno de pensamientos negativos.

- Jean, necesito que le pidas a Rocío, unos documentos. Mañana debo viajar y no estaré aquí en una semana. Necesito averiguar un caso y me tomaré mi tiempo para organizar las ideas.

- Está bien.

- Necesito que Rocío venga a esta oficina y arregle estos documentos para archivarlo. Después que me vaya le podrás decir, que sepa que no estaré aquí y pueda estar tranquila.

Pasada las horas, llegaron los documentos a la mano de Dante. Todo estaba bien organizado y clasificado. Nunca dudo de las habilidades de Rocío en el trabajo.

- Gracias, Jean por los documentos. Tienes el carro listo.

- Sí, antes de irme necesito que vayas a la constructora Net y le hables de los detalles para la nueva planta.

- Está bien.

Cuando llego el momento de salir, miraba con tristeza hacia donde estaba la oficina de Rocío.

- La extraño tanto. Quisiera poder llevarla conmigo a todas partes. Quiero verla sonreír, conversar con ella, observarla mientras lee una novela.

Siento el vacío de su ausencia. De solo imaginármelo una parte de mí quiere correr hacia ella, pero no puedo. Ella necesita mi distancia y es lo único que puedo hacer.

Camino a la puerta principal, donde estaba su carro y se marchó.

- Hola, Rocío. El director necesita que vaya a su oficina y archives los documentos.

- ¿Estará él ahí?

- No se preocupe, él no estará por una semana. Así que puede tomarse su tiempo para organizar y guardar los documentos.

- Entiendo.

Rocío se dirigió a la enorme oficina, cuando entro se desplomó en la entrada.

- Lo extraño tanto. Se siente el aroma de él en esta habitación. Aún no sé qué hacer. A pesar de que estuve una semana sin trabajo, no he podido organizar mis ideas.

Se levantó y empezó a organizar todo. Era difícil porque cada lugar de la oficina le recordaba a Dante.

De pronto sobre la mesa encontró una foto de los dos. Y debajo de la foto una nota.

"Mi primer amor"

El corazón le salto, sentía que se le iba a salir por la boca. A pesar de todo, Dante siempre fue cariñoso y muy amigable con ella. Necesito conversar con él...