Esta es la historia de Elena y Aarón.
Ambos ya enfrentan una dura situación, en donde una hija y su amor serán los motivos por los que ellos pelearan.
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Estoy feliz.
Elena.
Efectivamente, hoy domingo, henos en España. El hotel es una maravilla y la suite presidencial lo es más. Llegamos a eso de las nueve de la mañana y desde entonces, he estado nerviosa, nerviosa porque sé que en este mismo hotel está Aarón.
Tuve que fingir como la buena actriz que he sido estos últimos días y hacer como que he venido a disfrutar con mi esposo. Salimos a pasar todo el día, ninguno de los dos frecuenta el país, pero ambos tenemos un poco de conocimiento sobre la ciudad, así que no tuvimos problemas en salir solos.
La rabia que tuve por un momento fue cuando un par de paparazzi nos fotografiaron, trato de ignorarlos, pero James no pierde la oportunidad de agarrar mi mano y besarme para que salga en todos lados "lo feliz que somos". Hijo de puta, si supieran lo bestia que es.
Regresamos al hotel a eso de las diez después de cenar y agradezco que esté agotado, porque no tengo ganas de pasar la noche íntimamente con él. En el cuarto de baño, le mando un mensaje a mi hermano diciéndole que ya estoy aquí, pero no lo ve. Me pregunto si ya se ha encontrado con Aarón.
Después de ducharme, noto que sin maquillaje se ve solo un pequeño moretón en mi ojos, sonrío porque efectivamente, la crema que me dió Lau si es buena.
Me acuesto y finjo estar dormida hasta que él lo esté completamente, cuando siento su respiración más pesada e inclusive me da la espalda, me levanto con cuidado. Algo a mi favor es que James tiene el sueño algo pesado y más cuando se acuesta agotado.
Tomo mi celular y miro la hora, ¡ya son la una! Estoy pensando si dejarlo o traerlo conmigo, pero decido traerlo, no vaya a hacer que se despierte e imaginé cosas. Si me llama, le diré que no podía dormir y que salí a caminar por el hotel, es peor si se despierta y no me puede contactar.
Me pongo las pantuflas, tomo la bata de mi pijama y con cautela, salgo de la habitación y posteriormente de la Suite-P.
Juego con la tarjeta llave en mi mano y camino hacia el elevador, no sé en que habitación se está quedando así que puedo rogar en recepción para que me lo digan, solo espero que no haya venido con... Esa mujer.
Cuando el elevador baja al primer piso, en cuanto abre sus puertas mis ojos chocan con unos oscuros , tan profundos que me dejan hipnotizada.
- ¿Elena? ~me mira de pies a cabeza~
- Hola... ~sonrío nerviosa~
Tomo su antebrazo y tiro de él antes de que las puertas vuelvan a cerrarse, lo veo presionar un botón y ahora subimos a su piso en silencio. Bueno, hasta que el habla.
- ¿Qué haces aquí? ~me pregunta sin verme~
- Yo... Estoy aquí por ti ~me giro y lo miro fijamente~
- ¿Has venido con tu esposo por mí? ~pregunta con burla~
- Sí... Tuve que engañarlo y arriesgarme a ser descubierta solo por verte ~le digo molesta~
Me mira y se queda en silencio, de pronto se lanza contra mí reclamando mis labios y pegándome a la pared del elevador. Sé que soy una mujer casada, ¡pero al diablo!, nunca he apoyado las infidelidades, pero este hombre es el amor de mi vida, el hombre al que mi cuerpo ha estado aclamando por cuatro largos años.
Enredo mis brazos en su cuello y profundizo el beso, nuestras lenguas se enlazan, nos saboreamos y siento como aprieta mi pequeño cuerpo al suyo, hasta tengo que ponerme de puntitas.
Sus labios hacen que mi cuerpo se siente derretido, siento una explosión en mi boca y en mi cabeza, no había tenido un buen beso en años, su sabor... Como extrañaba esto. Tiene un leve sabor a alcohol, pero sigue siendo exquisito.
Las puertas se abren y nos separamos de golpe, quedo un poco desorientada por lo que me sostengo de la pared para no caer y a la vez trato de parecer normal. Creo que el par de personas que entran lograron ver algo porque nos miran con picardía.
Aarón se mantiene serio mirando al frente mientras que yo lo miro de reojo, luce tan sexy. Las personas bajna y volvemos a quedarnos solo en el lugar que siento más reducido de lo que es.
- Benedict y yo acabábamos de hablar ~dice y sonrío~
- ¿Y qué tal las cosas entre ustedes?
- Bien... Todo está bien.
- Me alegra mucho... De verdad.
Llegamos al penúltimo piso y él sale del elevador, se gira y nos miramos fijamente, este es el piso de las dos únicas suite, el último piso abarca toda la suite presidencial y es justo donde me estoy quedando.
Antes de que se cierren nuevamente las puertas, las detengo con mi mano y salgo, me quedo frente a él y lo veo suspirar; parece que le alivia que haya salido.
Sin pensar, me pongo de puntitas y lo beso. Lo extraño mucho, pero demasiado, y me encanta que el parezca igual de urgido por sentirme. Sin dejar de besarnos y a tropezones, llegamos a su suite, con dificultad abre la puerta y dejamos las tarjetas llaves y mi celular sobre una cómoda cerca.
Me alza entre sus brazos y enredo mis piernas en su cintura mientras camina a la habitación. Me deja en el suelo al pie de la cama y cuando creo que me volverá a besar, solo se dedica a acariciar mi mejilla y mirarme fijamente.
Lo veo fruncir levemente el ceño y mira fijamente un lado de mi ojo. Oh oh...
- Elena... ¿Qué es esto?
- No... No es nada, me di un pequeño golpe con la puerta, pero mira que no es grave ~sonrío nerviosa~
- ¿Golpe con la puerta? ~se ve que no me cree~
- Sí...
Lo abrazo y sin poderme contener comienzo a llorar. Pensé que nunca volvería a tener un momento como este, estuve soñando con esto durante meses. Por fin tengo así de cerca al amor de mi vida, por fin vuelvo a probar sus labios después de años. Lo extraño como una loca, no deseo salir nunca de esta habitación, deseo no volver a separarme nunca más de él. Ya no quiero regresar con James y vivir ese infierno, quiero volver al paraíso con el hombre al que abrazo y al que le lloro como una niña pequeña. Quiero volver con él y con nuestra hija.
- Perdóname... Perdóname por irme, lo siento tanto, Aarón... Nunca, nunca quise...
Antes de continuar hablando entre lloriqueos, él toma mi rostro entre sus manos y limpia mis lágrimas con sus pulgares. Me besa lentamente y obviamente le correspondo.
Con algo de miedo de que me rechacé, comienzo a quitar su ropa y muero de felicidad cuando él comienza a quitar mi pijama. Ya desnudos, me deja caer suavemente en la cama.
Besa mi cuello y acaricia mi cuerpo, yo no pierdo el momento y apego su cuerpo al mío. Quiero sentirlo, quiero fundirme con él porque no sé cuando tendremos este momento nuevamente.
Con delicadeza se adentra en mí y lloro de nuevo porque mi cuerpo ansiaba esto, no tengo que imaginar, no tengo que cerrar los ojos para pensar en él, no tengo que fingir mis gemidos ni nada de eso porque él está aquí conmigo.
Mi cuerpo se eriza estremeciéndose cuando comienza un vaivén lento pero preciso, no me lastima, no piensa solo en su placer sino también en el mío, cosa que James no hace... Me besa y aprieta mi cuerpo contra el suyo, como si tuviera mi mismo pensamiento de querer fundirnos.
Se puede sentir la gran diferencia de hacer el amor con Aarón y el intento de sexo de James, mi cuerpo solo lo aclama a él, solo puedo sentir placer con él. Como quisiera que esto nunca acabará.
Nos miramos fíjate y el besa delicadamente mis ojos húmedos por las lágrimas y luego mis mejillas, sigue con mi nariz, mi frente y por último mis labios. Enredo mis manos en en su cabello y gimo un poco más fuerte cuando sus emb*stidas comienza a hacer más profundas haciendo que esté a nada de alcanzar mi org*smo.
***
Aprovechamos tanto el momento que no perdimos el tiempo en hacer el amor durante toda la noche y si por mí fuera, hubiera continuado toda la mañana.
Está dormido, luce tan bello que mis ojos no pueden evitar cristalizarse. Tengo que regresar a mi suite con James por mucho que quiere quedarme aquí.
- Te amo ~le susurro~
Acaricio su mejilla y besos sus labios con cuidado de no despertarlo. Me pongo la pijama y camino despacio hacia la salida.
Tomo mi tarjeta llave y mi celular y salgo. Suspiro cuando veo que no tengo ni una llamada de James. Al entrar, todo está en silencio, voy a la cocina y suspiro. He tenido la mejor noche de mi vida después en años y con el mismo hombre con el que tuve la última.
- Despertaste antes ~dice James apareciendo~
Por suerte decidí salir en pijama y no con ropa, debe pensar que acabo de despertar. Básicamente así fue, pero no en nuestra cama. Sinrío por ese hecho.
- Sí, pensé en preparar algo de café antes de ir a la ducha ~miro la hora en mi celular. 6:06 AM~
- No... Volvamos a la cama, estamos de vacaciones por petición tuya ~me carga y nos lleva a la habitación~
Quisiera ducharme, pero ya qué, también tengo sueño. Sonrío con las imágenes en mi cabeza, tanto así que hasta ignoró que ha rodeado mi cintura con su brazo.
Estoy feliz... Después de tanto... He vuelto a ser feliz y aunque solo fue por unas horas, eso fue suficiente para iluminar la oscuridad en la que estoy metida.