SOLO MÍA

En el apartamento de Melisa, se encontraba la hermosa castaña Rachel explicándole a su amiga el porqué había terminado con James.

Dos meses atrás

"Rey, el nuevo profe de matemáticas te mira como si le gustaras, es un bombón" Dijo Adriana.

"No dañes mi cabeza Adri, primero tengo novio y segundo la seriedad de ese hombre me recuerda a mi padre y si le llamas bombón mucho más, mi madre suele llamarlo así" Dijo Rachel

"¡Ay por Dios! No me recuerdes a tu padre, es tan hermoso aun a pesar de su edad es un madurito rico" Dijo Adriana riendo.

"Adriana podría ser tu padre y mi madre te sacaría los ojos" Dijo Rachel.

"No es mi padre, pero tu mamá si me da temor, ella es terriblemente hermosa, demasiado para mis ojos y con ese don que tiene de saberlo todo me asusta que se dé cuenta de que observó a su esposo" Dijo Adriana con temor.

Rachel conversaba con su amiga y reía por sus ocurrencias, nunca había notado que el profesor la mirara de manera diferente, reconocía que era un pelinegro hermoso que habitaba en un aura oscura y temible, pero que estuviera interesado en ella era otra cosa. La hermosa castaña mientras escuchaba a su amiga hablar volteó a mirar a su profesor, efectivamente este la observaba y al ser atrapado se espantó y siguió con sus calificaciones.

Rachel estaba en problemas nunca había estado pendiente a otro hombre diferente a James, ahora por culpa de Adriana no iba a poder sacar esa mirada sexy y oscura de su cabeza.

"Señoritas Lombardi y Kurt, espero estén atentas a la clase, las conversaciones pueden esperar hasta su descanso" Reprendió Maximiliano Brown profesor de matemáticas.

Nuevamente, las miradas se cruzaron causando un escalofrío en ambos, Maximiliano de 30 años de edad era un estricto profesor que había sido contratado como reemplazo de la antigua profesora de matemáticas, el hombre no era millonario y tampoco venía de una familia reconocida, sus logros los había alcanzado con esfuerzo y trabajo y a lo largo de su carrera había obtenido grandes reconocimientos en esta área, era soltero, sus relaciones fallidas lo habían vuelto bastante desconfiado y la alta sociedad le parecía superficial.

Había notado a una hermosa alumna que a su parecer era infantil, caprichosa, altiva y saboteadora, siempre había guardado distancias entre profesor y estudiante era demasiado profesional, pero con esa niña no podía ser indiferente era demasiado hermosa, su rostro cuerpo y los gestos que hacía al hablar, todo le resultaba llamativo.

Las mujeres al escuchar la voz gruesa del profesor guardaron postura y estuvieron atentas a la clase.

Pasaron los días y Rachel no lograba sacar a Maximiliano de su cabeza, había notado que el hombre no reía, no hablaba con nadie y eso lo hacía ver realmente atractivo, no creía que estuviera interesado y si lo estaba era muy culto.

Rachel era como su madre decidida, no refrendada su lengua, era intrépida y astuta, ella quería saber más del misterioso profesor que había acaparado una cuarta parte de sus pensamientos.

"Profe Max ¿Le puedo llamar así?" Preguntó Rachel entrando al aula era la primera en ingresar.

"Profesor Brown, para usted señorita Lombardi" Dijo seriamente Maximiliano.

"No me disculparé, lo más probable es que accidentalmente lo llame Max mientras me acostumbro" Dijo Rachel haciendo un gesto adorable, heredado de su madre.

Maximiliano frunció el ceño creyó que la niña lo provocaba, pero la verdad es que Rachel únicamente quería saber si el hombre tenía sentimientos hacia ella.

"Srta. Lombardi, le agradezco que nuestra conversación sea estrictamente académica" Dijo el profesor, sin dejar de mirarla, era realmente hermosa.

Maximiliano salió del retardo de mirar los ojos de la pequeña mujer, cuando escucho el resto de alumnos ingresar por la puerta, Rachel notó algo en el misterioso profesor y sonrió, la sonrisa dejó aún más perplejo a Maximiliano, quien quiso nalguearla por alterarlo.

Pasó un mes, el misterioso profesor ocupaba mucho más de la mitad de los pensamientos de Rachel, ella quería verlo en todos los lugares de la escuela y cuando no tenía clases en su aula le pedía Adriana que la ayudara a buscarlo en cualquier aula. Los fines de semana eran una tortura anhelaba que fuera lunes para ver a su guapo profesor.

La mujer salía a bailar con su amiga mientras James se ocupaba de sus labores, este había descuidado un poco a su pequeña novia y por su cabeza nunca pasó la idea que la niña que tanto lo busco y lo acosó estuviera pensando en acosar a otro.

"Me gusta y quiero que lo sepa" Dijo Rachel a su amiga en el descanso.

"¡Rey! ¿Te enganchaste con el profe?" Preguntó Adriana.

"Es tu culpa, nunca lo hubiese notado si no me metes esas ideas en la cabeza" Defendió Rachel.

"No, eres una calenturienta Rey, ese profesor no te da la hora, una cosa es que te mire, eres bella, pero otra es que te diga algo, eso es diferente" Dijo Adriana.

Adriana supo que se había metido en problemas, conocía a su amiga y no lo dejaría pasar, así había pasado con James y ella ¿Qué le diría a James? Que influenció el engaño, "señor ayúdame" pensó Adriana.

"Profe Max, disculpa, Maximiliano, no, Profesor Maximiliano o Brown, Soy olvidadiza no sé cómo referirme a ti" Dijo Rachel como una pequeña.

"No me tutee, no somos iguales" Dijo enojado Maximiliano.

"Me gusta Sr. Brown ¿Así está bien?" Preguntó divertida Rachel.

"Haré de cuenta que no escuche eso, teniendo en cuenta que es usted una pequeña estudiante caprichosa" Advirtió Maximiliano.

Rachel se puso roja de coraje, torció un poco su boca mordiendo el interior de sus mejillas con fuerza, gesto que no pasó por alto el profesor, le pareció adorable y tentador.

"No soy caprichosa, tampoco una niña y mucho menos pequeña, así que estoy en todo mi derecho de decir que me gustas Maximiliano" Dijo Decidida Rachel.

"¿Qué diría el Sr. Alcázares de esto? Su novia confesando sus sentimientos a otro hombre, eso es un engaño y también un capricho, si tiene una relación lo mejor será que la respete" Dijo Maximiliano firmemente, la mocosa ¿por quién lo tomaba?.

Rachel se sintió atrapada, el acaso ¿Había averiguando su vida? si lo había hecho tal vez le atraía, entonces dijo "Mi querido Max lo tomaré como un ataque de celos"

A Maximiliano le sorprendieron las palabras de la mujer, efectivamente había averiguado sobre la famosa Lombardi, quien tenía una relación de más de un año con James Alcázares y vivían juntos, nunca se metería con una estudiante y menos comprometida.

Después de esto Maximiliano ocupaba el 100% de los pensamientos de Rachel, cuando tenía sexo con James no sentía lo mismo y cuando la besaba su estómago no revoloteaba, la niña no sabía que hacer y cuando fue a visitar a su madre está le comentó todo, buscando un consejo, pero dijo que era una amiga, la astuta Luisa supo inmediatamente que su hija tenía sentimientos encontrados.

PRESENTE

"Desde hace semanas he estado pensando como decirle a James que nos diéramos un tiempo, metí las patas lo reconozco, pero me gusta Max" Confesó Rachel.

"Lo importante es que no has tenido nada como el profesor, por lo tanto no hay engaño y según lo que dices ese Maximiliano no quiere nada contigo, eres una niña para él" Dijo Melisa.

"Mis padres, mis tíos y mi hermano no me lo perdonarán" Dijo Rachel casi a punto de llorar.

"No te justifico, pero no has engañado a nadie, Terminaste con él justo a tiempo ahora piensa bien las cosas, no vayas a dañar la carrera del profesor con tus arrebatos, eres hermosa Rachel tanto como tú madre, por eso tu padre y hermano te cuidan, no los defraudes" Dijo Melisa.

"Gracias Mel, eres la mejor, ahora se porque mi hermano y tu no han dado ese paso, los admiro su amistad perdurará por siempre, no como la de James y la mía, acaba de romperse" Dijo Rachel.

Melisa no supo que decir, estuvo a punto de caer en los brazos de su jefe, aún sentía sus besos recorrer su piel y sus manos fuertes tocar sus partes más sensibles, no quería perder la amistad de Alexander por un arrebato de una noche, agradeció al cielo que las cosas no hubiesen pasado a mayores.

"Descansa Cheli, lo mejor será que te quedes es muy tarde para salir" Aconsejó Melisa.

El teléfono de la rubia timbró, el la pantalla se reflejó "Llamando Jefe idiota " Si el hombre lo supiera, era mujer muerta.

"Hola Mel" Dijo el empresario aun palpando la prenda de encajes en sus manos.

"Hola Xander ¿Cómo está Jam?" Preguntó Melisa.

"Se quedó dormido después de beber, si no fuera mi hermana Mel..." Dijo Alexander con enojo.

"Calma, lo único que te puedo decir es que ella no lo ha engañado con nadie, esta confundida" Dijo Melisa.

"¿Hay alguien?" Preguntó Alexander.

"Si, pero el tipo no le presta atención, ella lo que no quiere es mentirle a James" Dijo Melisa.

"Con esto sabes que..." Dijo Alexander siendo interrumpido por Melisa.

"Lo sé, no queremos terminar como ellos, seguiremos siendo amigos pervertido" Dijo Melisa riendo.

La llamada terminó y Alexander aún con la prenda en sus manos, llevándola a la nariz una vez más Murmuró "¿Amigos? eso seguiremos siendo, mientras tu te quedas conmigo" dijo esto el hombre mordiendo la brag

Maximiliano Brown