JADE

Diez años después

Jade se despertó, como lo había hecho muchas veces, y descubrió que Braxton ya no estaba a su lado en la cama. Extendió la mano y puso la palma junto al lugar donde él se había quedado dormido. En los primeros días de su matrimonio, cada vez que esto sucedía, ella a menudo sentía un presentimiento, pero con el paso de los años eso había cambiado. Recordó que el día de San Valentín se había despertado y Braxton no estaba allí porque le había estado preparando el desayuno en la cama. Lo mismo para sus cumpleaños y Navidades.

A Braxton le gustaba cuidar de ella. Esto también había sido nuevo para él. No estaba acostumbrado a querer cuidar de nadie. Durante su primer embarazo, él se negó a separarse de su lado, para gran disfrute de Jade. Aunque Braxton la mantenía, tenían esta casa increíble y ella sabía que no tenía que trabajar, y aun así lo hizo. A ella le encantaba trabajar.

Después de su primer hijo, no volvió a trabajar durante varios meses y, cuando lo hizo, eran jornadas a tiempo parcial. Con su segundo hijo, sus horas se redujeron aún más. Cuando tuvo su tercer hijo, ella ya no trabajaba y se convertía en ama de casa. Ahora que estaba embarazada de su cuarto hijo, no había trabajo.

Se sentó y no tuvo que esperar mucho antes de escuchar el ruido de pies. Sus hijos entraron al dormitorio y se apoderaron de toda sensación de silencio. Braxton les pisaba los talones, llevando una bandeja.

“Te preparamos el desayuno”, dijo Gary, su hijo mayor.

“Desayuno en la cama”, dijo Jade, sonriendo a su marido. Puso la bandeja en su regazo y luego la agarró por la nuca y la besó.

“Buenos días, hermosa”, dijo.

“Rompí los huevos, mami”, era Bethany, su segunda hija.

Miró hacia Braxton con sensación de pánico. Bethany a menudo rompía mal un huevo mientras horneaban o cocinaban. Jade tenía que quitar constantemente la cáscara de los cuencos. Braxton sacudió la cabeza.

Las náuseas matutinas ya habían aparecido y desaparecido y estaba cerca del tercer trimestre.

Con sus hijos saltando en la cama, suplicándoles que fueran hoy al parque temático, Jade miró hacia su marido, su hombre, su amor. Él asintió y los niños salieron corriendo para prepararse.

“Los malcrías”.

“Y puedo mimarte, y ese es mi objetivo”. Él tomó su rostro y la besó. “Ahora come.”

“Siempre eres tan mandon”, dijo.

“Y te encanta. Creo que mi lado mandon es la razón por la que conseguimos a Gary, Bethany, Ian y ahora a este pequeño. Te encanta cuando te doy órdenes.

Ella no podía negar eso. A Braxton le gustaba ser mandón en el dormitorio, pero en cualquier otro lugar era el perfecto caballero para ella.

“¿Estás feliz?” dijo Braxton.

“Más de lo que puedas imaginar”, dijo Jade y sonrió.

...El fin

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Muchas gracias a todos por sus lindos mensajes, me motivan a seguir haciéndolo.

Espero que no les moleste la falta de algunos capitulos. Muchos besos y abrazos para todos.