Alessia Von Hasen fue exiliada por intentar asesinar a la actual prometida del príncipe, la protagonista de aquella historia de fantasía y amor. Todos la acusan de atentar contra la vida de la inocente joven debido a sus celos, ya que antes, el príncipe era su prometido, y este la abandonó tras conocer a aquella joven de noble corazón, pero, nada está cerca de la realidad.
Alessia en realidad es una reencarna y, a diferencia de la verdadera, que fue juzgada como una villana celosa de la mujer que se robó el amor de su prometido. Esta Alessia acepta el exilio con orgullo, para así poder vivir tranquilamente en las tierras del norte. Y así era hasta que el ex prometido de la protagonista, Ritter Escalante, se cruza en su camino y después de una apasionante noche juntos, ambos deben aliarse en una lucha contra el rey demonio, quien busca eliminar a ambos.
¿Por qué el rey demonio los quiere muertos?
¿Podrán estos antiguos rivales trabajar juntos para salvar sus vidas?
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capítulo 7- trato...
Jonathan, el mayordomo de Ritter pidió permiso para pasar a la oficina y le hizo entrega de una carta, esta venía con el sello del condado de Adilia, cosa que le sorprende al albino, así que no demora en abrirlo, era una dirección y hora, no decía nada más, solo terminaba con la firma de Alesha, lo que le hace suponer que quiere verlo. En realidad no esperaba recibir una invitación de parte de Alesha después de los sucedido en ese breve encuentro. Ordena a Jonathan cancelar las reuniones que tenga pendientes y se marcha de ahí, pero sin llevar un solo guardia.
— ¿a donde va tan de prisa?— se pregunta Marius.
— tal vez debe verse con la condesa de Adilia, se fue tan pronto leyó la carta de la joven.— responde Jonathan.
—¿que? Creí que no se soportaban...¿acaso a nuestro amargado jefe finalmente le llego el amor?— se pregunta.
— tal vez solo es una aventura como las otras veces. Siento pena por la joven.— Jonathan se lamenta.
Sabe que su señor no mantiene una relación formal y la única que tuvo, fue porque era un compromiso obligatorio.
Ritter llego a un restaurante, donde dio su nombre y fue guiado a una sala privada donde hay una mesa para dos personas, Ritter entra y Alesha ya esperaba ahí mientras bebe té.
— por un momento creí que sería plantada.— menciona Alesha sin levantar la vista.
— una invitación a última hora no es muy eficaz, tiene suerte de que no tuviera otro compromiso.— Ritter toma asiento.
Las dos meseras le sirven el té y toman la orden de ambos, para después retirarse. Alesha bebe un poco del té, pero levanta la vista hacía el albino.
— debo de ser una mujer con demasiada suerte entonces.— responde.
— quizás, pero, ¿por qué me ha hecho venir? No creo que sea porque deseaba mi presencia.—
— es obvió que se ha dado cuenta que soy esa mujer con quien paso la noche, no tengo porque negarlo, sin embargo, espero haya discreción.—
— de mi parte, no me interesa divulgar mis encuentros pasionales, así que no diré nada, pero quien tendría problema más adelante es usted, si desea unirse en matrimonio, sabe que...—
— si, conozco los prejuicios de los hombres. No me importa, no estoy interesada en casarme y no hay hombre en este mundo, que cumpla con los requisitos para ser mi esposo.—
— comprendo y me disculpo por lo que paso, no fue mi intención perjudicar su vida...— agacha un poco la cabeza.
— ¿por qué se disculpa?, ambos la pasamos bien. Dígame, ¿con cuantas mujeres suele acostarse durante la semana?— pregunta observando la reacción de Ritter.
— ¿que clase de pregunta es esa? ¿Por qué le interesa? ¿Cree usted yo le haya contagiado alguna enfermedad? No soy tan promiscuo como cree...—
— eso no responde mi pregunta, vaya responda lo que pregunto y no haga preguntas innecesarias.— agrega Alesha.
Ritter solo trata de mantenerse tranquilo, no puede creer que Alesha haga esa clase de preguntas.
— es muy raro que yo busque a una mujer y si lo hago, me aseguro de que un médico especialista la revise para saber si esta sana, soy muy cuidadoso con esos detalles, usted fue la excepción.—
Alesha se mantuvo observando a Ritter y todo lo que decía, no parecía ser mentira.
— bien, le tengo una propuesta, no vea a otras mujeres, sea mi compañero de cama por un tiempo.— suelta Alesha sin rodeos.
Ritter estaba pasmado ante tal propuesta, no era algo que una mujer de la nobleza dijera.
— ¿por qué propone algo así? No es muy ventajoso para usted.—
— si es respecto al matrimonio, ya le dije que no me interesa, pero como cualquiera, tengo necesidades físicas y usted ha demostrado que las pueda satisfacer.—
— si acepto, ¿que condiciones se deben cumplir? Imagino que si me pide ser exclusivo, usted también lo será, ¿cierto? No puedo arriesgarme a las enfermedades.— se encoge de hombros.
Alesha no dice nada, pero el albino esta en lo cierto, en ese mundo no se puede arriesgar a tener a otros hombres cuando no existe una forma segura para no contraer enfermedades, incluso el mismo Ritter lo dijo hace un momento, él se asegura de que un médico revise a las mujeres con quien planea estar.
— exactamente, es así como funciona, ambos seremos exclusivos, hasta que usted o yo, digamos que es suficiente y lo dejáramos sin reclamos, ni problemas.—
— entonces, ¿debo acudir a usted cada vez que lo solicite o puedo buscarla si soy quien desea hacerlo?—
— acordemos los encuentros, tal vez dos o tres veces por semana, ¿o no puede seguir ese ritmo?— Alesha sonríe ladina.
— tal vez sea usted quien no aguante mi ritmo, lo de la noche pasada, solo fue porque estaba cansado.—
— vaya ego...— responde Alesha.
Alesha le pasa un contrato, donde menciona que si uno de ellos rompe el trato, deberá pagar cierta cantidad de dinero y de una vez el acuerdo quedará roto, pues ella no piensa arriesgarse a contraer alguna enfermedad. En el documento menciona los días en los que pueden encontrarse y si por alguna causa, no puede acudir, debe avisar con tiempo, también menciona que tanto ella como él, pueden pedirle ser su acompañante en algún evento si es necesario. Para Ritter ese trato es bueno, a veces tiene ciertos eventos y le vendría bien tener una acompañante para que otras chicas no lo molesten, ahora que esta soltero, le han llegado varías propuestas de matrimonio y si ahora se enteran que es cercano a Alesha, esas propuestas pueden parar.
— debo decir que sigo sorprendido por esta propuesta.— Ritter firma dicho contrato y se lo regresa a Alesha.
— también lo estoy, pero aunque no me agrade, debo decir que tiene sus ventajas.—
Alesha dobla aquel documento y lo guarda. La cena no demora en llegar, las mesera sirven todo y se retiran.
— me han dicho que este lugar es muy bueno, espero sea verdad.— Alesha corta un pedazo de la carne y se lo lleva a la boca.
Pero antes de poder comerlo, Ritter le detiene la mano.
— no le recomiendo que lo haga...el aroma que tiene ese plato, es distinto al mío.— y es que les han servido el mismo platillo.
Alesha puede notar la expresión sería de Ritter mientras observa la puerta, debido a eso, Alesha deja el cubierto sobre el plato, supone que el platillo debe de tener algo extraño.
— parece que ya se hizo de enemigos por aquí.— menciona Ritter.
— no me extraña. Pero el restaurante no es tan bueno, no es cuidadoso con los empleados que contrata.— de ninguna manera planea volver a ese sitió.
— es mejor irnos, mi mansión no queda muy lejos, podemos cenar ahí y después comenzar con el contrato.—
Ritter se puso de pie ofreciendo su mano a Alesha, ella duda un poco, pero finalmente se pone de pie tomando la mano del albino. Ambos se salen del restaurante, mientras que es uno de los sirvientes de Alesha quien se asegura de pagar la cuenta. Alesha sube al carruaje y ordena seguir al albino, quien va a caballo.
...