Luciana, una mujer que es maltratada y humillada por su marido conoce a un inversionistas que lleva su marido a casa, toman hasta que el marido queda dormido, el inversionistas la busca en su habitación y tienen sex* ¿ que pasara con Luciana y el inversionistas?
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MI HIJO
Magalis se fue no muy convecida, sabía que algo no andaba bien pero no se imaginó ni un poco de que podía ser, salio junto a su esposo a visitar una fundación que tenía y dejó a su hijo a solas con su nuera para que hablaran tranquilos, a su regreso se enteraría lo que pasaba.
Luciana saliendo del baño, dejo a Yoimar detras de ella y segura de lo que iba decir pronuncio:
LUCIANA: no pienso renunciar bajo ningún motivo a mi hijo.
YOIMAR: ¿De tu hijo? ¿Entonces yo no pinto nada en todo esto Luciana?
LUCIANA: ¡No cuándo lo único que quieres es deshacerte del problema sin plantearte siquiera lo que eso puede significar! yo no lo busqué, pero ya esta.
YOIMAR: ¡Lo habíamos hablado Luciana!, ¡Sabías perfectamente que no era mi deseo, ¡no lo quiero!
Ella esperaba esa reacción de parte de él, era consciente de todo lo que le decía, ella se acercó a él y dijo:
LUCIANA: precisamente había evitado contártelo hasta el último momento, por esto, pero yo tampoco me lo esperaba, también me asusta, pero es un ser inocente, podemos darle todo nuestro amor, tu sabes lo que es tener padres y que estén ausentes, no repitas lo mismo con tu hijo.
Ella necesitaba comprender hasta que punto era su rechazo por su hijo, y si éste estaba por encima de ella, no iba a obligarle a ser padre si no quería, pero tenía que saberlo, debía tomar una decisión si él no estaba dispuesto a intentarlo.
El la miró, no dijo nada y salió, después escuchó salir el auto y tomo su huida como una respuesta, allí pensó que el problema de Yoimar debía ir mucho más allá para que ni tan siquiera se conmoviera con la idea de que iba a convertirse en padre de un ser tan inocente, ella también se culpo por todo porque habia dejado de tomar los anticonceptivos, se le habian olvidado por completo, pero ya no podia hacer nada, se convenció que todo le pasaba porque el destino asi lo queria porque se había caprichado con ella; así lo había decidido, aunque ella guardaba la esperanza de formar una familia junto ael y su hijo, pero estaba equivocada, él ni siquiera pensaba darle una oportunidad a su hijo.
Después de todo ella pensó que lo mejor era alejarse, el no la habia corrido, pero no quería sentir su indiferencia, organizó una maleta y bajo para abandonar la mansión, la señora del servicio se dio cuenta del estado en que se encontraba Luciana y le dijo:
— ¿señora que le pasa? ¿ a donde va con esa maleta?
LUCIANA: me voy, no te preocupes que voy a estar bien.
La señora intento persuadirla de la decisión pero no puedo, Luciana salió de la mansión para pedir in taxi, pero su personal de seguridad no se lo permitieron, ellos la llevaría a su destino y no se iban apartar de ella, se imaginaban lo que había sucedido y decidieron apoyarla porque ella era muy buena con ellos, la mujer que era de su seguridad se subió al carro de copiloto, la miraba de vez en cuando hasta que no aguanto y dijo:
— Tranquila señora, el señor ahora que piense bien las cosas se dará cuenta del error en que esta.
LUCIANA: ¡no lo sé! lo vi tan decidido, aunque espero que recapacite, no voy a poder la esperanza, y si no... el se lo pierde.
Luciana tenía muy claro que a su bebé no le faltaría amor, tenia a sus abuelos y tios que estaba segura que lo iban aceptar con todo el amor del mundo, pero el dolor que sentía en aquel momento por el rechazo de Yoimar era indiscutible.
Ella le pidió a su seguridad que la llevaran a un hotel, ellos obedecieron; después de instalarse ella les dijo que tomarán un descanso porque ella no iba a salir del hotel, quería asimilar todo lo que estaba pasando, pero ellos eran fieles y no la iban a perder de vista y estarían fuera del hotel pendiente de ella.
Ella prefirió darse una ducha para refrescar un poco su mente, se metió bajo la lluvia artificial dejando que el agua recorriera cada parte de su cuerpo arrastrando de paso las lágrimas que el llanto descontrolado surgió desde lo más profundo de su ser, se suponía que tener un hijo era para estar rodeado de felicidad, de dicha, de amor, pero al parecer solo ella era capaz de sentir todas aquellas sensaciones por esa criatura pequeña que se alojaba en su interior, cuando salió se puso ropa cómoda y se acostó pensando hasta quedarse dormida.
Yoimar en la oficina no dejaba de pensar en lo que estaba pasando, Hiana al ver que Luciana no llegó a trabajar fue a la oficina de Yoimar a preguntar por ella, el al verla entrar después de tocar le dijo:
YOIMAR: ¿tu sabias del embarazo de Luciana verdad?
HIANA: si, fui con ella a la clínica.
YOIMAR: ella sabía que yo no estaba seguro de tener hijos y...
HIANA: ¡ella no lo busco apropósito! con todo lo que le paso olvidó por completo sus anticonceptivos, no seas injusto con ella.
YOIMAR: ¿y yo donde quedo?
HIANA: tu... tienes que quedar como un buen padre, olvida tus miedos y dale la felicidad que ese bebé inocente se merece, el no pidió venir a este mundo.
Hiana salió de la oficina dejando a Yoimar pensativo, marcó al teléfono de Luciana, ella un poco confundida despertó, miró a su alrededor y la invadió la tristeza, cuando quiso contestar la llamada finalizó; Hiana no se iba a dar por vencida y volvió a llamar hasta que escuchó la voz de su amiga.