De la novela " Los hijos que me dió la vida", tuvimos la oportunidad de conocer la historia de David Montes, en "Amor a diez mil metros de altura"el hermano mayor de tres hermanos, ellos tuvieron que vivir una terrible perdida, pero gracias al amor incondicional de Alejandra, su segunda madre y Fernando, quienes cumplieron el rol de padres, ellos salieron adelante, ahora es el turno de Duvan y Dominic.
Se verán enfrentados a dos hermosas chicas, con personalidades totalmente opuestas, pero que poco a poco, van a demostrar, que la teoría de que los polos opuestos se atraen, es cierta, acompáñame en esta increíble historia.
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CAPITULO 20
La alarma sonó y con mucha dificultad nos levantamos, fuimos juntos y tomamos un baño, luego nos vestimos y aunque no quería darle la cara a mi hermano, sabía el ruido que habíamos hecho anoche, pero tuve que hacerlo.
- Buenos días -- dije y Duvan sonrió.
- Buenos días, ¿qué tal la luna de miel? Para la próxima invitan-- comenzó a reír.
- No lo creo, a mí no me gusta compartir lo que es mío-- dijo Sara y Duvan casi se ahoga con el café que se estaba tomando.
- Jamás, él es mi hermano como podría-- se defendió.
- Mejor cállate, tú empezaste -- intervine burlándome de él.
Duvan ya había desayunado, yo hice algo rápido para Sara y para mí, desayunamos y salimos de mi apartamento, de camino la dejé en su casa y me fui al trabajo.
Había mucho trabajo por hacer, llegué directamente a mi oficina y me puse a adelantar todo lo que tenía, mi secretaria me dejó el café en el escritorio y así como entró en silencio, también salió, ya llevaba varias horas consumido en los documentos, de repente escuché el golpeteo en la puerta, me levanté y abrí.
- Hola-- dijo la mujer frente a mí.
- Lo siento señor, ella entró directamente, no me dio tiempo de detenerla-- habló mi secretaria preocupada.
- No te preocupes Nina, puedes volver a tu escritorio, yo me encargo-- le dije y tomé de la mano a Sara y entramos a mi oficina, cerré la puerta con seguro, por precaución, ya que me acordé de ese día que llegaron mis padres.
- Perdón por venir así, es que...-- hizo una breve pausa -- me echaron del otro trabajo que conseguí, su dueño no paraba de acosarme y tuve que golpearlo y huir-- a pesar de mi preocupación, tuve que aguantar mi risa al imaginarme la escena, pero se veía bastante afligida.
- Ven, toma asiento -- la agarré de la mano y la conduje al sofá, allí se sentó mientras le servía un vaso de agua del dispensador.
- Gracias -- dijo al recibirlo -- no sé porque siempre me pasa todo tipo de situaciones, cuando intento hacer las cosas bien, algo sale mal, creo que mis malas decisiones me tienen así en estos momentos -- dijo.
- ¿y qué quieres hacer?-- le pregunté.
- Dijiste que me darías trabajo, por eso estoy aquí -- me miró expectante.
- Sí, es cierto, ¿pero realmente quieres trabajar aquí?-- ella asintió de inmediato.
- Por supuesto, incluso tengo mi currículum en mi correo, lo enviaré al tuyo de inmediato -- sacó su celular, abrió su correo electrónico, me pidió el mío, y una vez que sé lo di, me lo envió.
- Ok, entonces lo revisaré, veremos qué sorpresas guardas-- me senté y fui de inmediato a buscar el documento.
Revisé su información personal, su experiencia, ella había trabajado en muchos lugares, y en ninguno ha durado más de 3 meses, pero lo más extraño de todo, es que en todo lo que ha trabajado, ninguno ha sido referente a lo que estudió, tiene un título de negocios internacionales y habla 5 idiomas, tiene los niveles más altos, como para mínimo, ser traductora o profesora en alguna universidad.
-¿y dime? Algo de lo que tengo ahí ¿te sirve para tu empresa?-- preguntó impacientemente, yo asentí.
- No lo había pensado, pero me gustaría en algún momento expandirme, vender software a otros países y para eso, necesito poder comunicarme con los socios que logré atrapar, tu serías la persona idónea para este puesto, además podría aprender de ti diferentes estrategias de negociación, yo tengo conocimiento, estudie administración de empresas, finanzas y obviamente soy ingeniero en telecomunicaciones, desarrollador y tengo magister en redes informáticas, pero en la parte de los negocios, he ido aprendiendo por mi cuenta, así que bienvenida-- entendí mi mano para cerrar el trato, ella se levantó del sofá, casi de un brinco y me dio la mano.
- Muchas gracias, ¿cuando puedo comenzar?-- preguntó entusiasmada.
- primero debemos firmar un contrato, pero iré a hablar con mi hermano al respecto, ¿puedes venir mañana?-- ella asintió, ahí me di cuenta, que no tenía su teléfono de contacto.
- Claro que sí, aquí estaré muy temprano -- dijo.
- Tómalo con calma, por ahora, te informo que voy a tomar de tu información personal, tu número de contacto, si no, no podré contactar a mi nueva trabajadora -- dije y ella sonrió.
- Tienes razón, ok,esperaré tu llamada -- me dijo.
- en un rato te llamaré para decirte a qué hora debes estar acá -- ella asintió.
- De verdad muchas gracias -- me dijo.
- Antes de que te vayas, lo siento por preguntar, pero no he podido dejar de pensar en eso, ¿por qué nunca ejerciste tus estudios?-- ví como su mirada cambio.
- Yo...-- suspiró con resignación -- yo no creí ser merecedora de esos estudios, todos fueron pagados por mis padres y mi hermana, soy la menor, o "su bebé" como ellos me decían, pero los desilusioné, me salí de casa muy joven, aún así ellos seguían pagando todo, nada de eso fue logrado con mi esfuerzo -- dijo y yo la interrumpí.
- ¿nada fue conseguido con tu esfuerzo?, está bien, ellos te pagaron todo, pero tú fuiste quien sacó adelante esos títulos, tus padres siempre serán tus padres y van a querer lo mejor para ti, y en cuanto a tu hermana, se que está cansada por tu locura, pero no dudo que te ame, tu le importas, por eso le molesta tanto como eres, si no fuese así, pasaría derecho sin mirarte, pero de una u otra manera, busca brindarte ayuda, demuestrales que su esfuerzo no fue en vano, ¿o acaso no te gusta lo que estudiaste?-- ella negó de inmediato.
- Claro que no es eso, a mí me encanta, era la carrera de mis sueños -- dijo.
- Entonces eso es perfecto, vas a ver cómo todo va a mejorar, y más si vas a trabajar en lo que te gusta, no puedes seguir forzando tu vida a ser diferente y hacer cosas que no quieres, además que con tu títulos podrías haber accedido a un mejor salario, ya lo verás, te has perdido de muchos beneficios por pensar cosas innecesarias-- ella agachó la cabeza.
- Lo sé, es que suelo ser un poco testaruda-- comentó y yo solté una risita.
-¿solo un poco?-- me burlé.
- bueno está bien, muy testaruda, lo reconozco -- finalmente aceptó.
- que bueno que lo aceptaste, y bueno, volviendo al tema, te llamaré más tarde para decirte la hora en que debes estar aquí, hablaré con mi hermano y luego firmaremos el contrato-- ella asintió.
- Entonces nos vemos -- le dió la vuelta al escritorio y llegó donde estaba, se inclinó un poco y dejó un beso sobre mis labios, yo le correspondí, finalmente se fue y yo bajé a reunirme con Duvan.