La vida de Alina Levine se ve arruinada cuando es llevada a prisión acusada de un crimen que no cometió. Gracias a eso pierde a sus amigos y al amor de su vida: Christian Walton.
Años más tarde, Alina sale de prisión y está dispuesta a luchar por demostrar su inocencia ante las personas que la acusaron años atrás.
No obstante, siendo acusada injustamente, encerrada, sin la posibilidad de defenderse, ¿podría aquella nueva oportunidad ser suficiente para limpiar su nombre?
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CAPÍTULO 23.
CAPÍTULO 23.
Apenas entro a su departamento, Ali se derrumbó en el piso. El dolor por perder a Joseph era demasiado intenso. ¿Cómo pudo ser tan tonta de no darse cuenta antes de cuanto él la amaba? ¿Cómo no pudo ver que lo que ella sentía por Joseph no era amistad, sino amor?
El dolor y el vacío que Ali sentía en su interior era demasiado fuerte, no solo había perdido a Joseph, sino a Nirvana, a la niña más tierna y dulce que conoció jamás. Cuando la niña la llamo “mama” en el aeropuerto, sintió que su corazón se desgarraba.
¿Cómo viviría ahora sin ellos?
Por un momento, Ali comenzó a pensar en todas las cosas que paso en la adolescencia con Joseph. Recordó esas noches en las que entraba a hurtadillas al apartamento por la escalera de incendios para mirar una película y comer pizza. Pensó en aquella vez que acompaño a Christian a una fiesta de elite y estaba tan aburrida que quería irse, pero Chris estaba tan a gusto que no quiso molestarlo; pero luego apareció Joseph y la rescato de su aburrimiento. Ambos se escabulleron y fueron a un parque de diversiones. Christian se había ofendido por la actitud de Ali, pero ella no se arrepintió.
También le llego el recuerdo de cuando fue con Joseph a ver un tributo a “Nirvana”, la banda favorita de él. La pasaron tan bien aquel día. Joseph vestía unos jeans rasgados, la camiseta de la banda y una camisa a cuadros, como las que solía usar Kurt Cobain en sus años. Por su parte, ella llevaba unos shorts de jean y una musculosa de Guns N’ Roses. Si el cabello de Joey ahora es revoltoso, en esos años lo eran aún más.
Es ahora que Ali entendía, finalmente, que el verdadero amor de su vida siempre fue Joseph Dawson.
Deprimida por el abandono, Ali decidió que quería cerrar de una vez por todas ese capítulo de su vida e iniciar desde cero. Fue entonces que, decidida y como siempre, arriesgándolo todo, Alina se dio una ducha rápida, se vistió, armo una pequeña maleta y mientras subía a un taxi, reservo un boleto de avión con destino a su felicidad. Todo en tiempo casi récord, no quería perder más de la que ya había perdido.
Antes, debía hacer una pequeña parada. Le pidió al taxista que la lleve hacia el hotel Sheraton, en el cual se realizaría la boda de Christian y Miranda.
Llegaron allí, Ali le pidió al amable señor que la espere unos minutos y se dirigió corriendo hacia el interior del hotel, pregunto por la habitación de los novios y decidió, que primero debía hablar con su antiguo amor.
Alina golpeó la puerta de la habitación y quien la recibió fue Billy.
—Hola Bill. —exclamo ella.
—Ali, ¿qué haces aquí?
—Necesito hablar con Christian.
—Mira Ali, si vienes a interrumpir la boda, déjame decirte que…
—No vine a eso, Billy, por favor, estoy apurada.
Billy asintió y la dejo pasar. Dentro, estaba Chris a medio vestir, sentado en un sillón bebiendo de un vaso de whisky.
—Vaya, veo que el alcohol te afecto desde temprano. —exclamo ella.
—¿Qué haces aquí, Ali? —pregunto él.
—Necesito que hablemos. —Dijo ella.
—Te escucho. —Dijo él.
—Christian, debo confesarte que… hace mucho tiempo yo deje de amarte, tal vez nunca te ame como creía, o como la gente creía. Desde que salí de prisión me di cuenta de que tengo sentimientos hacia otro hombre. Y ahora que lo pienso, me doy cuenta de que siempre los tuve. Por muchos años pensé que tú eras y siempre serias el amor de mi vida. Cuando me dejaste abandonada en esa prisión, durante siete años, creí que nunca sería feliz sin ti. Pensé que jamás volvería a enamorarme. Pero me equivoqué. —Dijo ella haciendo una pausa. —Amo a Joseph Dawson.
Billy, quien estaba oyendo todo, se quedó con la boca abierta; mientras que Chris solo la observaba como analizando si ella le decía la verdad. Finalmente, respondió:
—Lo sé. —Dijo él. —Siempre supe que Joseph era el hombre perfecto para ti, pero nunca quise admitirlo. Odiaba la idea de perderte, pero al final te perdí por idiota. —Dijo él. —Siento mucho todo lo que tuviste que pasar Ali, ahora veo el panorama completo. Lo de mi hermana apenas empieza. Es por eso que quiero disculparme por haberte tratado tan mal y te agradezco que hayas venido a decírmelo. —Dijo él. —Siento tanto las cosas que dije en tu apartamento días atrás. Quiero mucho a Miranda, no sería capaz de hacerle daño. —Chris suspiro. —Supongo que no te quedaras a la boda.
Ali negó.
Christian tomó su teléfono que se encontraba sobre su mesa de luz, tecleo algunas palabras e inmediatamente el celular de Ali sonó.
—Te acabo de enviar el hotel en el que Joseph se alojara en Dublín. —Dijo. —Cuando lo encuentres, no lo dejes ir. —Exclamo él. —Tómalo como mi último acto de amor, por lo que algún día fuimos, Alina Levine.
—Gracias Chris. —exclamo ella, abrazándolo. —Dejémonos de rencores, sé que nada será lo mismo, pero… no quiero vivir del pasado, Samantha no lo querría así.
—Ali. —Interrumpió Bill. —Tal vez si no le hubiese comido la cabeza a Christian durante ese tiempo, la historia sería otra. Me disculpo, estaba dolido. Samanta era… muy importante para mí y cuando murió yo… perdí la cabeza. —exclamo él. —Lo siento tanto, de verdad.
—No te preocupes. —exclamo Ali. —Fuiste un idiota, un cretino… Pero ya no me importa.
Ali se despidió de los chicos con una enorme sonrisa y se alejó de allí. Estaba contenta de haber hablado las cosas con Christian, se debían aquella charla. En cuanto a Billy, le dolió mucho enterarse de aquello y no creía que pudiese perdonarlo tan fácilmente. Pero no quería perder el tiempo en pequeñeces. Su vuelo salía en dos horas, aún necesitaba hablar con Miranda y después, nadie la detendría.
—Miranda. —exclamo, golpeando la puerta.
Miranda abrió la puerta y la miro sorprendida.
—Ali, ¿por qué no estás vestida?
—No asistiré a la boda, Miranda.
—¿Qué?
—Yo… Lo siento, Joseph se fue y…
—¡Lo sabía! —exclamo ella. —¡Se aman!
—Es complicado. —Dijo Ali.
—¿Entonces por qué estás aquí?
—Vine a decirte que no estoy enojada contigo por casarte con Christian. De verdad los felicito, me alegro por ustedes… Creo que… se merecen, el uno al otro. Vine simplemente a desearte felicidad.
—Ali, eso es… muy noble de tu parte. —exclamo ella. —Es admirable que no te entrometas en mi felicidad, siempre fuiste la mejor de las tres. Nosotros no te merecíamos y tú no te merecías todo lo que te ocurrió.
—Es tarde para eso, Miri. —exclamo Ali. —No guardo rencores, de verdad… Solo quiero seguir adelante y para eso, necesitaba cerrar esta etapa. Gracias a ustedes me di cuenta de muchas cosas y ahora me siento muy feliz por aquello. ¡Sean felices!, ¡Adiós! —Dijo finalmente, corriendo por el pasillo del hotel.
Alina finalmente se subió al taxi y le pidió al chofer que conduzca hasta el aeropuerto. Era el momento de dejar atrás el pasado y vivir el presente.