El Último Acto De La Villana Caída

Antes de poder darle una explicación a Draven, Isabella tuvo que pasar al frente junto a el príncipe quien al verla sonrió, pues Isabella era hermosa, y de con una mirada lasciva le tendió la mano a Isabella, quien solo lo ignoro, aumentando los murmullos de la gente al ver el desplante que le había hecho, aunque eso poco le importa a Isabella, lo último que ella haría sería colocar sus manos en las de un asqueroso como lo es el, con la cabeza en alto y la mirada al frente Isabella, miro hacia Draven y con la mirada le pidió que le dejara explicar más tarde, Draven en su mente poco le importaba que Isabella estuviera comprometida, si era necesario el se la llevaría lejos de ese imperio, aunque con eso generar una guerra con Astaroth, pero la chica le gusta y no permitirá que nadie se la arrebate, además, el jamás permitiría que ningún otro hombre toque a Isabella, a no ser que ella le pida no interferir en su vida, está dispuesto a hacer todo lo que ella le pida.

Draven nunca había dejado que esos sentimientos llegarán a su vida, pues el no quería ser mandado por ninguna mujer y su orgullo de hombre no lo dejaba someterse a nadie, pero desde que conoció a Isabella, un sentimiento de protección y de hacer todo lo posible para que ella esté bien se instaló en su pecho, pues solo desea a Isabella, y si tiene que pelear con un imperio completo el lo hará, así que decide esperar a que Isabella le expliqué que es lo que pasa, pues si ella está de acuerdo con el compromiso el lo aceptará, pero si no el hará todo para tenerla con el.

Por otro lado, la joven Madeline solo empuñaba sus manos, pues estaba furiosa, Isabella siempre conseguía lo que quería, lo tenía todo, era millonaria y bella, cosas que ella nunca tendría y hace poco se había enterado de que el joven que la visitaba era el futuro emperador de Astaroth lo que la había hecho feliz, pues ser princesa heredera era lo mejor que le podría pasar, ser emperatriz definitivamente sería el título que ella Mercer, por eso cuando escucho que Isabella era la prometida del príncipe se enojó, pero está dispuesta a hacer todo lo necesario para ella quedarse con Adrián, pues ella lo conoció y es un joven encantadora ante sus ojos.

— Continuemos con la celebración de este compromiso, y que la luz los ilumine siempre— Concluyo el emperador.

Todos los presentes aplaudieron excepto tres personas en la habitación, el segundo príncipe, Draven y Madeline. Cada uno con razones distintas no celebraban ese compromiso, Isabella agobiada con tantas felicitaciones, vio como su madre caminaba orgullosa entre todos esos nobles, hablando de como pronto sería parte de la familia real, Isabella asqueada con todo esto decidió salir al balcón, esa noche era un asco, pero pronto se volvería emocionante, pues tenía preparado un lindo regalo para algunos de los presentes.

— Isabella, ¿Que significa todo esto? — Draven le pregunta.

—Me comprometieron mientras estaba en el norte, al parecer quieren que sea la emperatriz del imperio. Búa jamás me casaré y menos con ese —

Draven se sintió un poco aliviado, acercándose a Isabella la tomo de la cintura y la acerco a su cuerpo y con total posesividad tomó sus labios, dándole un beso salvaje que Isabella gustosa correspondió, sin miedo a que alguien los viera en esa posición, Draven bajo sus manos hasta el trasero de la joven apretándolo en sus grandes manos, mientras su lengua exploraba cada rincón de la boca ajena. Luego de un rato ambos se separaron en busca de aire, y mirándose a los ojos Isabella sonrió, pues el chico era cautivador y apasionado de eso no había duda.

— Nos vemos esta noche, este día ha Sido muy complicado, y necesito distraerme —

Isabella acariciaba el pecho de Draven bajando sus manos hasta llegar al miembro del chico y tomándolo en su mano, por sobre el pantalón le susurro al oído.

— Te necesito, a ti y a tu amigo —

—Te estaré esperando en la posada, antes de que se acabe toda esta velada, por ahora me voy, solo vine para verte, pero debo hacer unas cosas está noche, te espero en mi habitación, dejaré que te permitan pasar —

Dándose un último beso cargado de pasión Draven se despido de Isabella, pues tenía cosas que hacer, solo había ido a esa fiesta porque le prometió a Isabella asistir, pero muchas ganas no tenía, ahora se dirigía al puerto, pues ahí le llevarían información importante sobre la muerte de su hermana lissa.

Isabella vio como Draven salía del lugar dirigiéndose al bullicioso salón, nadie se los presentes en la fiesta noto lo que pasaba a escasos metros de donde todos bailaban, Isabella tomo una bocanada de aire, e iba dispuesta a regresar a la fiesta cuando chocó con alguien, el príncipe heredero quien la estaba buscando sonrió por haberla encontrado, mientras que Isabella solo coloco cara de desprecio.

—Mi lady que bueno que la encontré, debemos abrir el baile, —

— Me disculpo alteza, pero en este momento no me encuentro bien, si me disculpa me gustaría seguir tomando aire —

— Bien, puede tomar un descanso, pero luego espero poder bailar con tan hermosa dama, además de que será muy pronto mi futura esposa —

Isabella pudo notar la mirada lasciva que el idiota del príncipe le lanzaba, en su vida dejaría que ese hombre le coloque una mano encima, el príncipe miro en distintas direcciones al ver que ambos estaban solos quiso acercarse más a la joven, quien retrocedió de inmediato lanzándose una mirada amenazadora, pero el príncipe la tomo de la mano y la halo hacia el, y acercándose a ella le dijo.

— No tiene por qué ser tímida, pronto nos casaremos, y entonces usted hará todo para complacerme, ¿acaso no es esa la labor de una esposa? —

Isabella enojada le dio con todas sus fuerzas un rodillazo en sus partes y con una mirada enojada le dijo.

— En su vida me toca, porque antes lo castro, me entendió. Y no soy ninguna mujer que complace a nadie, yo nací para gobernar, no para ser gobernada.—

El príncipe levanto la mano, tratando de abofetear a Isabella pero una mano lo detuvo en el acto.