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Susurros Del Más Alla | Ecos Del Pasado

Susurros Del Más Alla | Ecos Del Pasado

Status: Terminada
Genre:Completas / Romance paranormal / Amor-odio / Leyendas de fantasmas / Escena del crimen / Casos sin resolver / Fantasía LGBT
Popularitas:2k
Nilai: 5
nombre de autor: R.K. Everheart

Cuando Elliot, un estudiante universitario, empieza a experimentar extraños sucesos en su hogar, nunca imagina que está a punto de adentrarse en un misterio que trasciende la vida y la muerte. La aparición inesperada de Blake, un fantasma atrapado entre dos mundos, desencadena una serie de eventos que revelan secretos ocultos y verdades perturbadoras.

Mientras Elliot intenta ayudar a Blake a encontrar su camino al más allá, ambos descubren que la conexión entre ellos es más profunda de lo que imaginaban. En su búsqueda, se enfrentan a enigmas sin resolver, fuerzas oscuras y un pasado que no está dispuesto a permanecer en silencio.

NovelToon tiene autorización de R.K. Everheart para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La verdad

Elliot pasó el resto de la mañana en un estado de nerviosismo creciente. Sabía que había llegado el momento. No podía seguir ocultando a Blake, ni los extraños eventos que habían rodeado su vida en las últimas semanas. Había decidido que, de una forma u otra, debía contarles la verdad a Lilith, William y Dylan. A pesar de sus temores, había llegado a la conclusión de que era más peligroso mantenerlos en la oscuridad.

En su mente, repasaba una y otra vez las palabras que diría. Sabía que no sería fácil convencer a sus amigos de que un fantasma formaba parte de su vida diaria, y mucho menos que alguien como Adrián, un ser con más de 200 años de historia, representaba una amenaza real. El peso de esa verdad lo agobiaba, pero había tomado una decisión.

Estaba decidido a reunirse con ellos en el parque del campus, un lugar donde siempre se encontraban cuando necesitaban hablar de algo importante. No sería fácil, pero tenía que hacerse. No podía ponerlos en riesgo sin que supieran lo que realmente estaba ocurriendo.

El sol del mediodía bañaba el parque con una luz cálida, en marcado contraste con la frialdad de las emociones de Elliot. Vio a sus amigos ya reunidos, sentados en la banca de siempre, riendo despreocupadamente. Elliot los observó por un momento desde lejos, preguntándose cómo reaccionarían ante lo que estaba a punto de confesar.

Lilith fue la primera en verlo acercarse. —¡Elliot! —lo llamó, con su energía habitual—. ¡Pensé que no vendrías!

—Sí, perdón por el retraso. —Elliot intentó sonreír, pero no pudo evitar que una sombra de preocupación nublara su expresión.

William lo miró con curiosidad. —¿Estás bien? Pareces... tenso.

—Es que... necesito hablar con ustedes sobre algo importante —dijo Elliot, tratando de sonar lo más calmado posible, aunque su corazón latía con fuerza.

Dylan frunció el ceño, percibiendo la gravedad en el tono de Elliot. —¿Qué pasa? ¿Algo malo?

Elliot respiró hondo y se sentó frente a ellos. —Sí, algo muy serio. Y puede que les cueste creerme, pero necesito que me escuchen antes de sacar conclusiones.

Los tres amigos intercambiaron miradas de desconcierto, pero asintieron, dándole a Elliot su atención. Él tomó otro respiro profundo, buscando las palabras adecuadas.

—Hay algo... o alguien que he estado ocultando. Alguien que apareció en mi vida hace unas semanas y que no es... normal. —Su voz temblaba ligeramente. Miró sus rostros, intentando evaluar cómo lo estaban tomando—. Se llama Blake, y es... un fantasma.

Un silencio pesado cayó sobre el grupo. Las expresiones de Lilith, William y Dylan pasaron del desconcierto a la incredulidad, y luego a la confusión total. Parecían estar esperando a que Elliot dijera que era una broma, pero su rostro era demasiado serio para eso.

—Espera, ¿un fantasma? —preguntó Lilith, rompiendo el silencio, claramente intentando procesar lo que había escuchado—. ¿Estás diciendo que... estás hablando con un muerto?

—Lo sé, suena completamente loco —dijo Elliot rápidamente—, pero es la verdad. Blake ha estado conmigo desde que apareció en mi casa una noche. Y desde entonces, hemos estado intentando resolver el misterio de su muerte.

—¿Y por qué no nos dijiste esto antes? —preguntó Dylan, con una mezcla de confusión y preocupación—. ¿Es peligroso?

Elliot negó con la cabeza. —No, Blake no es peligroso. De hecho, me ha ayudado mucho a entender lo que está pasando. Pero... hay algo más. —Hizo una pausa, sabiendo que la siguiente revelación sería aún más difícil—. Hay alguien más, alguien llamado Adrián. Es... complicado, pero él es una amenaza. No sé exactamente qué quiere, pero no es bueno. Y lo peor es que tiene más de 200 años.

William soltó una risa incrédula. —¿Un hombre de 200 años? Esto es... demasiado, Elliot.

—Lo sé, lo sé. —Elliot bajó la mirada, consciente de lo imposible que sonaba todo—. Pero es la verdad. No sé cómo explicarlo de otra manera. Solo necesito que me crean, porque no puedo hacerlo solo. Necesito su ayuda para protegernos de lo que viene.

Lilith lo miró con una mezcla de empatía y confusión. —Elliot, te conocemos desde hace años. Sabemos que no eres de los que inventan cosas... pero esto es... mucho. Necesitamos tiempo para procesar todo esto.

Dylan asintió, mirando a Elliot con seriedad. —Si dices que todo esto es real, entonces estaremos contigo. Solo... necesitamos entenderlo mejor.

William seguía en silencio, pero su expresión había cambiado. No parecía burlarse, sino más bien reflexionaba sobre lo que Elliot había dicho. Finalmente, habló, en voz baja: —Si esto es tan grave como dices, entonces cuenta conmigo.

Elliot sintió que un peso se levantaba de sus hombros. No había esperado que fuera fácil, pero ahora al menos sus amigos sabían la verdad, y no estaba solo. Todavía quedaba mucho por hacer, y la amenaza de Adrián seguía latente, pero por primera vez en semanas, sentía que tenía el apoyo que necesitaba.

—Gracias —dijo, su voz cargada de gratitud—. No sé qué habría hecho sin ustedes.

Lilith se levantó y lo abrazó, sonriendo con ternura. —No te preocupes, Elliot. Lo superaremos juntos, como siempre.

Mientras el grupo se dispersaba lentamente, Elliot se quedó con una sensación de alivio. La verdad estaba fuera, y aunque el camino por delante sería difícil, sabía que con sus amigos a su lado, podría enfrentarlo.

Después de la intensa conversación, el grupo se dispersó, pero Elliot no podía sacarse de la cabeza la preocupación por lo que vendría. El hecho de que sus amigos ahora supieran sobre Blake y Adrián no aliviaba del todo el temor de lo desconocido. En el fondo, todavía había muchas piezas sueltas que no lograba encajar, y el peligro que representaba Adrián seguía presente, acechando en las sombras.

Mientras caminaba hacia su dormitorio, sintió la presencia familiar de Blake a su lado. Aunque el fantasma no se materializó por completo, la sensación de su energía cercana era reconfortante.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Blake en voz baja, su tono cargado de preocupación.

Elliot suspiró, metiendo las manos en los bolsillos. —Aliviado, supongo. Pero también asustado. No sé cómo van a reaccionar Lilith, William y Dylan cuando se den cuenta de lo real que es todo esto.

Blake lo miró con una expresión apacible. —Te creerán. Solo necesitan tiempo. Pero, Elliot, ahora que saben, el riesgo es mayor. Adrián podría... intentar algo.

Elliot asintió lentamente. Esa misma idea le había cruzado la mente. Adrián no era alguien a quien pudieran subestimar, y ahora que más personas estaban involucradas, el peligro crecía exponencialmente.

—Lo sé, pero no podía seguir ocultándoselo. Al menos ahora estamos más unidos en esto.

Blake esbozó una sonrisa débil, aunque sus ojos reflejaban inquietud. —Siempre estaré a tu lado. Pero, Elliot, debemos ser cuidadosos. Adrián tiene sus propios planes, y si sospecha que tus amigos saben más de lo que deberían...

—Lo sé, Blake. —Elliot interrumpió, levantando la mano—. Seré cuidadoso. Todos lo seremos.

Caminaban en silencio por el campus, las sombras de los árboles alargándose bajo el cielo que comenzaba a oscurecer. El ambiente tranquilo y fresco contrastaba con el torbellino de pensamientos en la mente de Elliot. No podía evitar preguntarse qué estaría haciendo Adrián en ese momento. ¿Sabía ya que él había confesado la verdad a sus amigos? ¿Podía Adrián sentirlo, de alguna manera?

—Blake, ¿crees que Adrián sabe lo que he hecho? —preguntó de repente, deteniéndose bajo un farol.

Blake lo miró pensativo antes de responder. —Es posible. No subestimemos su capacidad. Pero eso no significa que debas vivir con miedo constante. Estamos un paso adelante al compartir la verdad, y eso puede descolocarlo.

Elliot asintió, intentando calmarse. Sabía que no sería fácil, pero al menos tenía una base sólida de apoyo ahora. Al llegar a su habitación, sintió una especie de calma. Aunque la tensión seguía ahí, algo en el aire había cambiado.

—Voy a descansar un poco —dijo Elliot, dirigiéndose hacia su cama.

Blake asintió, manteniéndose en la penumbra, observándolo. —No te preocupes, estaré vigilando.

Elliot sonrió levemente antes de cerrar los ojos, dejando que el agotamiento del día lo arrastrara al sueño.

---

A la mañana siguiente, Elliot se despertó con una sensación extraña, como si algo hubiera cambiado. La luz del sol entraba débilmente por la ventana, y en el aire había un aroma fresco, diferente a otros días. Se levantó con pereza y, mientras se dirigía al baño, notó que Blake no estaba en la habitación. Aunque Blake solía aparecer y desaparecer sin previo aviso, había algo en la ausencia que lo inquietaba.

Decidió salir a caminar, esperando encontrar a Blake en algún lugar del campus, pero en su lugar, se encontró con Damián. Su mejor amigo lo esperaba cerca del borde del bosque, con una expresión inescrutable en su rostro.

—¿Dónde estabas anoche? —preguntó Elliot, tratando de sonar despreocupado, aunque le preocupaba la respuesta.

Damián bajó la mirada, jugueteando con una pequeña rama entre sus dedos. —Salí al bosque, ya sabes cómo es... necesitaba despejarme.

Elliot sabía bien que Damián tenía un vínculo especial con el bosque, aunque nunca le había contado mucho al respecto. Se preocupaba, pero al mismo tiempo confiaba en que su amigo sabía lo que hacía. Sin embargo, en ese momento, notó algo diferente en su comportamiento.

—¿Pasó algo? —preguntó, acercándose.

Damián lo miró por fin, con una mezcla de emoción y seriedad. —Solo... quiero que sepas que estoy contigo en esto, Elliot. No importa lo que venga, no dejaré que nada te pase.

Elliot sintió una calidez en su pecho al escuchar esas palabras. Aunque Damián era difícil de leer a veces, sabía que lo decía en serio. Lo que no esperaba era el siguiente comentario de su amigo.

—Blake me lo contó todo. Sobre Adrián, sobre lo que puede suceder. —Damián dejó caer la ramita y miró a Elliot con intensidad—. Y estoy preparado para lo que sea. Nadie te va a hacer daño mientras yo esté aquí.

La revelación lo dejó sin palabras por un momento. No esperaba que Blake hubiera hablado con Damián sobre Adrián, pero algo en la actitud protectora de su amigo lo reconfortaba.

—Gracias, Damián —dijo finalmente, con sinceridad—. No sé qué haría sin ti.

Damián esbozó una sonrisa infantil, esa que solo reservaba para Elliot. —No lo sabrás nunca, porque siempre estaré aquí.

Elliot rió suavemente, y juntos comenzaron a caminar de regreso al campus, el peso de las revelaciones más ligero ahora que Damián estaba completamente a su lado. Pero en el fondo, Elliot sabía que la batalla apenas comenzaba.

El día continuaba lentamente, mientras Elliot y Damián regresaban al campus. A pesar de la tranquilidad que trataban de transmitir con su conversación casual, ambos sabían que la tensión estaba presente, acechando a la vuelta de cada esquina. La revelación sobre Adrián aún pesaba en la mente de Elliot. Si bien la promesa de Damián de protegerlo lo reconfortaba, no podía quitarse la sensación de que algo más estaba por suceder.

—Damián... —murmuró Elliot, sin detenerse. Su mirada se perdía en el horizonte mientras el viento fresco jugaba con su cabello—. ¿Qué harías si realmente tenemos que enfrentarlo?

Damián, caminando a su lado, mantuvo su mirada hacia adelante, pero su expresión se oscureció un poco. —Haré lo que sea necesario, Elliot. Si Adrián representa una amenaza para ti, no dudaré. No importa lo que cueste.

Elliot lo observó por el rabillo del ojo, notando la determinación en su amigo. Sabía que Damián era capaz de hacer lo que decía. Pero también conocía su naturaleza, y le preocupaba hasta dónde llegaría para cumplir esa promesa.

—No quiero que te pongas en peligro por mí —insistió Elliot, deteniéndose de repente y enfrentando a su amigo—. No vale la pena que te arriesgues tanto.

Damián se detuvo también y lo miró con seriedad. Su tono fue firme, pero no frío. —No se trata de lo que tú creas que vale la pena, Elliot. Se trata de lo que yo estoy dispuesto a hacer. No puedo quedarme al margen mientras alguien intenta hacerte daño. Sabes que soy capaz de cualquier cosa por ti.

El corazón de Elliot se aceleró. Sabía lo serio que era Damián cuando decía esas palabras. No solo era una promesa, era una convicción profundamente arraigada en él. Y eso era, de alguna manera, reconfortante y aterrador al mismo tiempo.

—Solo ten cuidado —dijo Elliot finalmente, con un suspiro—. No quiero perderte en todo esto.

Damián esbozó una sonrisa casi infantil, esa que siempre mostraba cuando estaba con Elliot, y le dio un suave empujón en el hombro. —No me perderás, te lo prometo.

Ambos retomaron su caminata, el silencio entre ellos ahora mucho más cómodo. Elliot sabía que su amigo haría lo que fuera necesario para mantenerlo a salvo, pero eso no aliviaba por completo sus preocupaciones. Al final del día, la situación con Adrián era más complicada de lo que parecía.

Cuando llegaron a la puerta del dormitorio, Blake los estaba esperando. Estaba apoyado contra la pared, con los brazos cruzados y una expresión tranquila, pero sus ojos seguían cada movimiento de ambos. Aunque no podía participar físicamente en la mayoría de las cosas, su presencia constante se sentía como una protección en sí misma.

—¿Todo bien? —preguntó Blake, sus ojos azules brillando bajo la tenue luz del atardecer.

Elliot asintió. —Por ahora, sí.

Damián, por su parte, lanzó una mirada desafiante hacia Blake, como si todavía hubiera una competencia no resuelta entre ellos. Aunque ambos compartían la misma misión de proteger a Elliot, sus métodos y actitudes eran muy diferentes. Blake, siendo un fantasma, operaba desde las sombras, mientras que Damián estaba dispuesto a enfrentarse directamente a cualquier amenaza.

—¿Adrián ha aparecido? —preguntó Elliot, volviendo a centrarse en lo importante.

Blake negó con la cabeza. —No por el momento. Pero he sentido su presencia más cerca de lo habitual. No creo que tarde en hacer un movimiento.

Damián apretó los puños. —Deberíamos estar listos. Si viene por Elliot, quiero estar preparado.

Elliot frunció el ceño. Sabía que ese momento llegaría eventualmente, pero la idea de enfrentarse a Adrián, con todos los secretos y la tensión que eso implicaba, seguía siendo abrumadora. No solo por el hecho de que Adrián tenía más de doscientos años de experiencia y poder, sino también por las emociones contradictorias que Elliot sentía hacia él. A pesar del peligro, había algo en Adrián que le despertaba curiosidad, algo que no podía ignorar.

—Estaré preparado —dijo Elliot finalmente, su voz más firme de lo que se sentía—. Pero no quiero que nadie se lastime por mi culpa.

Blake y Damián lo miraron en silencio, como si ambos estuvieran procesando esas palabras a su manera. La decisión ya estaba tomada, pero las consecuencias seguían siendo inciertas.

—No te preocupes por eso —respondió Blake suavemente—. Solo necesitamos mantenernos unidos y vigilantes.

Elliot asintió, sintiendo el peso de la situación en sus hombros. Aunque no sabía exactamente cuándo sucedería, la confrontación con Adrián era inevitable. Y cuando ese momento llegara, necesitaría todo el apoyo que pudiera obtener de sus amigos.

La noche cayó rápidamente, envolviendo el campus en una oscuridad que solo era interrumpida por la luz de las farolas. Mientras Elliot se dirigía a su habitación, sintió una vez más la presencia de Blake, como una sombra tranquila pero vigilante. Sabía que no estaba solo, y eso lo reconfortaba. Pero en el fondo, no podía evitar preguntarse qué más estaba por venir.

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badboys
caballero he leído muchas novela pero su novela me impresionó demasiado😆😆😆😆😆😆😆😆jejeje eres increible
pan dulce: me alegra que te guste!
total 1 replies
Má lúm
No puedo dormir pensando en qué pasará después, ¡necesito la próxima parte yaaaa! 😴
pan dulce: pronto estará lista otra parte!
total 1 replies
Jing Mingzhu5290
Tu manera de escribir es increíble, ¡y tu historia es adictiva! Por favor, publiquen nuevo capítulo pronto. 😏
pan dulce: gracias! el capitulo está en el horno!
total 1 replies
NovelToon
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