Esta es la historia de Elena y Aarón.
Ambos ya enfrentan una dura situación, en donde una hija y su amor serán los motivos por los que ellos pelearan.
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Todo va a cambiar.
Elena.
- ¡Sorpresa! ~mis amigas entran a mi oficina~
La sonrisa se les borra mientras ven cada rincón de mi oficina. Es un Desastre. Todo está fuera de su lugar, las cosas de mi escritorio están esparcidas por todos lados, las sillas están en el suelo, todo lo que decoraba el lugar está roto, dañado, quebrado. Parece que un torbellino hubiese pasado por el lugar.
- ¿Pero qué ha pasado aquí? ~Hanna mira todo horrorizada~
Mi secretaria entra con dos chicas del servicio.
- No quiero que limpien nada ~digo sentada en el suelo, con mi espalda apoyada sobre mi escritorio, que también he tumbado~
- Pero señorita... ~dice mi secretaria~
- ¡NO QUIERO QUE LIMPIEN NADA! ~le grito furiosa~
- De acuerdo ~Grace le sonríe nerviosa~ Solo salgan, luego limpiarán todo esto ~abre la puerta para ellas~ Gracias y por favor, Lau, no dejes que nadie nos interrumpa. No dejes que nadie entre, cancela cualquier reunión que Elena tenga.
- Si señora ~dice y sale junto a las dos chicas del servicio~
- Cariño... ¿Qué pasó aquí? ~Hanna se acerca con cautela~
La miro y mis ojos se vuelven a cristalizar. Me siento como la mierda. Comienzo a llorar desesperada y me lanzo sobre ella, me acurruco en su pecho mientras siento como me envuelve entre sus brazos.
Solo quiero morirme, desaparecer, quiero quebrarme, huir. Nunca, jamás me había sentido tan vulnerable.
- Me odia, Aarón me odia ~digo entre el llanto~ Me prohibió... Acercarme... A mi hija ~las manos me tiemblan y la miro desesperada. Ni siquiera puedo hablar bien~ No puedo acercarme a mi hija.
Ellas tratan de calmarme, pero creo que estoy teniendo un ataque de pánico. No puedo respirar, siento que la cabeza me da vueltas.
- Cariño, cálmate... ~toma mi rostro entre sus manos~ Mírame y cálmate.
Trato de respirar, pero no puedo parar de llorar. Ya no quiero vivir así, no quiero estar aquí. No quiero estar en este mundo sin mi hija... No quiero estar en este mundo sin Aarón.
- Dijo cosas muy feas ~Hanna vuelve a abrazarme y me aferro a ella~ Su mirada... Su mirada gritaba que me odia. Lo destrocé... Ahora tengo una orden de restricción, no puedo acercarme a mi bebé.
- No has hecho nada malo, puedes probarlo, no puede quitarte a tu hija ~Grace se sienta en el suelo frente a nosotras~
- Me quiero morir... Estar con James es un infierno ~la miro asustada~ Él me pega... ~susurro~ Y luego actúa como si nada. Me quiere volver loca... Loca ~me altero y ellas tratan de calmar~ Papá me caso con el diablo...
Grace me abraza intentando calmarme mientras Hanna se levanta y la veo hacer una llamada.
- Solo quiero estar con hija, solo quiero a mi hija... ~me duele el pecho, la cabeza me zumba~ Me quiero morir, me quiero morir ~tiro de mi cabello y me doy golpes en la cabeza~
- ¡Elena, para! ~me grita mi amiga~
Grito descontrolada mientras sigo golpeando mi cabeza con mis propias manos, mientras repito una y otra vez que quiero morir. Ya no aguanto, no lo soporto, solo quiero que todo esto acabe.
***
Despierto justo en el momento en que James entra a la habitación y Grace se levanta propinándole un bofetón, tan fuerte que incluso creo que a mí me dolió.
- ¡Maldito desgraciado! ~le grita~
- ¡Grace! ~Hanna la toma del brazo y tira de ella~
- Todos ustedes, malditos bastardos, pudransé ~se ve muy molesta~
- ¡¿Quién te crees que eres para ponerme un dedo encima?!, maldita loca ~le responde~
- ¡¿Quién te crees tú para ponerle encima un dedo a Elena?!, ¡hijo de puta! ~Hanna le dice que se calle, pero no escucha~ Y pensar que te veía como un hombre admirable. Eres una porquería.
- ¡Largo de aquí! ~grita papá~ ¡¿Pero quién se creen que son?!, ¡¿desde cuándo ustedes me desafían?!
- Desde el momento en que decidió poner sus negocios por encima de la felicidad de sus hijos ~le responde Hanna~
- Chicas, salgamos. No nos vamos a matar frente a Elena, tengamos un poco de respeto ~dice mamá~
- ¿Respeto? ~le dice Grace~
- ¡Ya basta! ~Hanna le grita~ Salgamos, Elena necesita descansar.
- Bien, pero no nos vamos a ir ~se acerca a mí y me da un beso en la frente~ Estaremos afuera.
No sé cómo llegué aquí, tampoco sé que está pasando. Mis amigas junto a mi madre salen y me quedo en la habitación con mi padre y James.
Me duele la cabeza y la cánula nasal me está incomodando. Cierro los ojos y los recuerdos de la visita de Aarón aceleran mi corazón.
- ¿Se puede saber qué carajos pasó? ~James pregunta molesto~
- No... No lo sé ~miento~
- ¿De qué mierda hablas con tus amigas? ~papá se acerca con su bastón~ No te olvides de que una vida depende de ti, así que mucho cuidado con lo que dices, Elena.
Lo miro fijamente mientras mis lágrimas se salen de la comisura de mis ojos
- Púdrete... ~digo con dificultad~
Es la primera vez que me atrevo a decirle algo como eso a mi padre, jamás le he faltado el respeto, pero ya no me importa nada.
- Parece que Hanna y Grace están siendo de muy mala influencia ~dice y me alarmo~
- No te atrevas...
- Entonces compórtate ~se alisa el traje~ Ya están redecorando la oficina ~dice saliendo de la habitación~
- ¿Qué fue lo que te hizo perder el control para que destrozarás la oficina? ~me quedo callada~ ¿Entiendes que no puedo estar todo el tiempo saliendo de la oficina pera encontrarte en un hospital?
Bastardo infeliz...
- Lo entiendo... ~susurro~
Me dio un colapso mental según el doctor, pero estoy bien. Para cuándo me dan el alta, me despido de mis amigas y prometen que mañana iran a verme a la empresa.
...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...
La mañana siguiente:
Todos me miran entre curiosos y preocupados, esto no puede ser peor, ahora le causo lástima a mis trabajadores. Cuando llego a mi oficina, antes de entrar, abrazo a mi secretaria. Es tan linda y educada que me hace sentir como una miserable haberla gritado, apenas tiene 20 años.
- Siento mucho haberte gritado ayer, estaba fuera de control ~le digo cuando me separo de ella~
- Lo sé, usted es la persona más dulce que he conocido... ¿Usted se encuentra mejor? ~le sonrío y asiento~
- Lo estoy, gracias por preocuparte. Hoy no quiero recibir a nadie, solo he vendido porque vendrán mis amigas, si hay alguna reunión, aplazala para mañana.
- De acuerdo, ¿quiere que le traiga su café?
- Por favor ~aprieto su mano~ Después de eso, que nadie me entre a excepción de mis amigas.
Entro a mi oficina y tal como dijo mi padre, está como nueva, como si nada hubiese pasado. Nueva decoración, nuevo escritorio, nuevo ordenador. Todo a la perfección...
Por un momento me da asco, aparentar que todo en mi vida está perfecto cuando no es así. Después de unos minutos, Lau entra con mi café y un sobre.
- Llegó esto para usted ~le agradezco y esta se marcha~
En el momento en que se cierra la puerta, escucho la voz de mis amigas saludarla. Entran y se sienten frente a mi escritorio. Yo me concentro en abrir rápidamente el sobre.
Como lo imaginé, hay fotos de Ella. Lucho contra mis ganas de llorar. Admiro cada una de las fotos, ella luce tan hermosa. Es inteligente, tan graciosa y extrovertida como Aarón en su momento.
Les extiendo las fotos a mis amigas y hasta ellas parecen querer llorar. Lo sé, mi vida es una completa mierda, lo suficiente para causarle lástima a cualquiera... A cualquiera menos a Aarón.
- Quién iba a imaginar que quedarías flechada y con una hija del mocoso de 17 años que te cogiste después de una noche en el club ~dice Grace y no puedo evitar reír~
- Bueno, no soy la unica que se quedo con el de esa aventura, Hanna se casó con el morenazo ~la miro y ella ríe~
- Aunque hay veces que lo odio, la verdad es que no me arrepiento ~se alza de hombros~
- ¿Cómo te sientes? ~me pregunta Grace~
- Después de ver semejante bofetón que le diste a James, por supuesto que me siento bien ~todas reímos hasta que yo suspiro con lástima~ Quiero estar con mi hija...
- Elena, debes empezar a tomar cartas en el asunto, no puedes permitir que tu padre te controle por el resto de tu vida ~debe Hanna~
- Es cierto, debes empezar a actuar, ya has sufrido demasiado. En serio, no sabes lo terrible que la pasamos ayer al verte así, incluso llore ~sonrío con culpa y entrelazo nuestras manos~ Hace poco cumpliste los 31 años y pareces de 50.
Frunzo el ceño y me toco la cara.
- No es cierto ~Hanna dice~ Es solo que eres joven, hermosa y estás desgastando tu vida por la de tu padre y la de tu mugroso esposo. Tienes el apoyo de tu hermano, de nosotras e incluso del papá de Aarón, solo debes tomar la iniciativa, no podemos actuar por ti.
- Por favor, Cedric y James no son tan fuertes como piensas, tienes a tu poder ciento de material que los puede hundir, tienes pruebas y testigos. Ellos son los que están en tus manos, sé inteligente y revélate. Ve por tu hija y por el amor de tu vida, no dejes que pasé más tiempo.
Es cierto... He pasado mi vida dejándome manipular por mi padre y ahora por mi esposo, creyendo que tienen todo el poder para destruirme, cuando no es así.
Después de todo, Aarón tiene razón, nunca he hecho nada para enfrentarme a mi padre. Es suficiente, desde hoy todo eso va a cambiar.