Luego de morir a mano de su hermana y Prometido, volvió a la vida con la única meta de vengarse, pero con el tiempo se da cuenta que no solo tiene los recuerdos de su vida anterior sino que también va desbloqueando recuerdos que por un sello fueron encerrados en lo más profundo de su ser.
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Capítulo 22- ¿poder?
Elaria abrió los ojos lentamente, sintiendo el peso del sueño que la había mantenido atrapada durante tres días. La luz del sol se filtraba a través de las cortinas de su habitación, creando patrones dorados en el suelo de madera. Se incorporó con esfuerzo, sus músculos aún adormecidos por el largo descanso.
- ¿Dónde estoy?
murmuró, su voz ronca por la falta de uso.
La puerta de su habitación se abrió suavemente, revelando la figura imponente de su padre, el rey Finwë. Su rostro, normalmente severo, mostraba una expresión de alivio y orgullo.
- Elaria, hija mía, al fin despiertas.
Dijo Finwë, acercándose a la cama.
-Has dormido durante tres días enteros.
Elaria parpadeó, tratando de recordar los eventos que la habían llevado a este estado.
-La aldea... ¿Qué pasó con la aldea?
Eldrin se sentó junto a ella, tomando su mano entre las suyas.
- Gracias a tu bendición, la aldea está a salvo. Los cultivos han florecido y las enfermedades han desaparecido. Los aldeanos están eternamente agradecidos.
Un suspiro de alivio escapó de los labios de Elaria.
- Me alegra saber que todo salió bien. Temía no haber hecho lo suficiente.
- Has hecho más de lo que cualquiera podría haber esperado.
Respondió Finwë con una sonrisa.
- Tu poder es grande, Elaria, y tu corazón aún más. Has traído esperanza a aquellos que la habían perdido.
Elaria asintió, sintiendo una calidez en su pecho.
- ¿Poder?
- Así es hija, la gran sacerdotisa me dijo que en ti había poder divino, y que pronto se descubrirá la razón.
Elaria estaba confundía, pues solo la gran sacerdotisa y algunos de sus ayudantes poseían tal poder.
Finwë la miró con ternura.
- Estoy orgulloso de ti, hija. Has demostrado ser una verdadera protectora de nuestro pueblo. Pero ahora, debes descansar y recuperar tus fuerzas. Hay mucho más por hacer, y te necesitaremos en plena forma.
Elaria se recostó de nuevo, dejando que las palabras de su padre la reconfortaran. Cerró los ojos, permitiéndose unos momentos más de descanso, sabiendo que había cumplido con su deber y que, gracias a ella, la aldea prosperaría una vez más.
Después de unos días de descanso, Elaria se sentía revitalizada y lista para enfrentar nuevas responsabilidades. Se levantó temprano, vestida con un Jeans azul y camisa blanca que resaltaba sus ojos grises, y se dirigió al salón del consejo donde su padre y los nobles del reino se reunían.
Al entrar, todos los ojos se volvieron hacia ella. Finwë, su padre, se levantó y la saludó con una sonrisa cálida.
Elaria, bienvenida. Nos alegra verte recuperada.
Elaria asintió y tomó asiento junto a su padre.
- Gracias, padre. Estoy lista para ayudar en lo que sea necesario.
El consejero principal, Lord Thalion, se inclinó hacia adelante.
Princesa Elaria, su intervención en la aldea ha sido un milagro. Los nobles están impresionados y confían en usted.
Elaria estaba intrigada había escuchado ese apellido antes pero no recordaba antes.
Elaria sonrió levemente.
- Me alegra escuchar eso, Lord Thalion. La corona puede ser una fuerza para el bien si se usa correctamente.
Finwë asintió.
- Precisamente. Y ahora, debemos discutir los próximos pasos. La aldea de Rivendale ha solicitado nuestra ayuda para mejorar sus defensas. Han estado sufriendo ataques de bandidos.
Elaria frunció el ceño.
- ¿Bandidos? ¿Tan cerca de nuestras fronteras?
- Así es hija.
respondió Finwë.
- Y necesitamos una estrategia para proteger a nuestros ciudadanos. Elaria, tu conocimiento en estrategia podría ser crucial en este asunto.
Elaria asintió, sintiendo el peso de la responsabilidad.
- Haré lo que sea necesario para proteger a nuestro pueblo. Podemos usar soldados rodeando la aldea y entrenar a los aldeanos en defensa básica.
Lord Thalion intervino.
- También podríamos enviar un destacamento de guardias para patrullar la zona. La combinación de la fuerza militar debería ser suficiente para disuadir a los bandidos.
Elaria miró a su padre, buscando su aprobación. Finwë asintió.
- Es una buena estrategia. Elaria, liderarás esta misión. Confío en tu juicio.
Con una determinación renovada, Elaria se levantó.
- No los defraudaré. Prepararé todo lo necesario y partiré mañana al amanecer.
Los miembros del consejo asintieron, satisfechos con el plan. Elaria salió del salón, su mente ya trabajando en los detalles de la misión. Sabía que el camino sería difícil, pero estaba lista para enfrentar cualquier desafío que se presentara.
El sol apenas comenzaba a asomarse en el horizonte cuando Elaria y su pequeño grupo de guardias partieron hacia Rivendale. La princesa lideraba la marcha, su capa ondeando al viento y su mente enfocada en la tarea que tenía por delante. A su lado, el capitán de la guardia, Sir Tarid, revisaba el mapa de la región.
- Rivendale está a solo unas horas de aquí.
Dijo Sir Tarid.
-Deberíamos llegar antes del mediodía.
Elaria asintió, sus ojos escaneando el paisaje en busca de cualquier señal de peligro.
- Debemos estar atentos. Los bandidos podrían estar vigilando los caminos.
Al llegar a Rivendale, fueron recibidos por el alcalde de la aldea, un hombre de mediana edad con una expresión de preocupación en su rostro.
- Princesa Elaria, gracias por venir tan rápido. Los ataques han sido cada vez más frecuentes.
Elaria le ofreció una sonrisa tranquilizadora.
- Estamos aquí para ayudar. Primero, estableceremos una serie de barricadas alrededor de la aldea. Luego, entrenaremos a los aldeanos en defensa básica.
Con la ayuda de los guardias y algunos aldeanos voluntarios, Elaria y Sir Tarid comenzaron a construir barricadas utilizando materiales como plásticos reciclados y compuestos avanzados. Estas barricadas eran ligeras, duraderas y fáciles de montar, proporcionando una defensa robusta contra los ataques.
- Esto debería mantener a los bandidos fuera.
explicó Elaria.
- Pero también debemos estar preparados para un ataque directo.
Durante los siguientes días, Elaria y Sir Tarid entrenaron a los aldeanos en el uso de armas básicas y tácticas defensivas. Los aldeanos, aunque inexpertos, mostraron una gran determinación y valentía.
Una noche, mientras Elaria revisaba los planes de defensa, Sir Tarid se acercó.
- Princesa, hemos recibido informes de que los bandidos están reuniendo fuerzas. Podrían atacar en cualquier momento.
Elaria asintió, su expresión seria.
- Estamos listos. Que todos se preparen. Esta noche, defenderemos Rivendale.
El ataque llegó poco después de la medianoche. Los bandidos, confiados en su superioridad numérica, se encontraron con una resistencia feroz. Las barricadas modernas repelieron sus primeros intentos de infiltración, y los aldeanos, armados y entrenados, lucharon con una determinación inquebrantable.
Elaria, en el centro de la batalla, coordinaba las defensas y alentaba a los aldeanos. Sus estrategias y liderazgo brillaban en la oscuridad, guiando a sus aliados en cada movimiento.
Finalmente, tras horas de combate, los bandidos comenzaron a retirarse, derrotados y desmoralizados. Los aldeanos vitorearon, celebrando su victoria.
Elaria, exhausta pero satisfecha, se dirigió al Marqués.
- Rivendale está a salvo, por ahora. Pero debemos seguir vigilantes.
El alcalde asintió, agradecido.
- Gracias, princesa Elaria. Nunca olvidaremos lo que has hecho por nosotros.
Elaria sonrió, sintiendo una profunda satisfacción. Sabía que su misión no había terminado, pero por ahora, había logrado proteger a aquellos que dependían de ella.
quien es seraphina?