Ethan ya lo había perdido casi todo: sus pacientes, su reputación y la fe en la gente. Todo por una acusación que jura era mentira. Cuando aceptaron mantenerlo en la clínica bajo una condición —tratar a un paciente que nadie más quería—, tragó su orgullo y aceptó. El nombre en el expediente: Kael Drummond.
Luchador profesional. Incontrolable. Violento. Y con el hombro izquierdo casi inutilizable.
Kael no confía en nadie. Creció quebrando a otros antes de que lo quebraran a él. Su cuerpo es su arma, y ahora le está fallando. Lo último que quiere es un terapeuta metiéndose en sus límites.
Pero entre sesiones forzadas, provocaciones silenciosas y cicatrices que no son solo óseas, Ethan y Kael se enfrentan… y se reconocen. El dolor es todo lo que conocen. Quizás también sea donde empiecen a sentir algo que nunca habían tenido: cariño.
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Capítulo 15
[Domingo, 7h de la mañana | Notificaciones que gritan]
Kael se despertó con el sonido del celular vibrando en la mesita de noche. No era una notificación — eran decenas.
Abrió los ojos, aún aturdido, y vio el brillo de la pantalla iluminando el rostro de Ethan, que ya estaba despierto y en silencio, deslizando el dedo por las noticias.
— Me desperté con el hashtag “KaelDrummondExpuesto” en tendencia — dijo Ethan, sin mirarlo.
Kael agarró el celular.
“Kael rompe contratos con patrocinios de suplementación y marca de ropa deportiva.”
“Video antiguo resurge: Kael agrediendo a un fotógrafo.”
“Ex-entrenador publica nota: ‘Kael siempre tuvo actitudes explosivas e inestables.’”
— Él está usando los medios — gruñó Kael. — Está intentando convertirse en la víctima.
— Y la gente cree. Porque es más fácil que lidiar con la verdad.
Kael tiró el celular lejos, respirando hondo.
— Me estoy enojando de nuevo. Y eso es peligroso para mí. Para nosotros.
Ethan se acercó, sujetó su rostro.
— Entonces usa esa rabia para proteger lo que importa. Pero no dejes que te consuma.
— ¿Y si no aguanto?
— Yo te sostengo. Pero solo si me dejas.
Kael bajó la cabeza. Se quedaron en silencio. La vibración del celular continuaba al otro lado de la habitación.
[Tarde | Clínica de Rehabilitación – Confrontación directa]
Ethan fue llamado para una “conversación formal” con la dirección de la clínica.
Sala con olor a tensión, tres miembros del consejo sentados a la mesa. El mismo tono frío, institucional. El mismo guion de siempre.
— Ethan, agradecemos tu presencia. Necesitamos entender tu posicionamiento ante los últimos acontecimientos que involucran al atleta Kael Drummond.
— ¿Qué tipo de posicionamiento?
— Una relación personal con un paciente, aunque fuera del período de atención, puede ser interpretada como una quiebra de conducta ética.
— Él ya no era mi paciente cuando nuestra relación comenzó.
— Aun así, la asociación entre tu nombre y el de él impacta directamente la imagen de la clínica.
Ethan sujetó firme la carpeta que traía en las manos.
— ¿Quieren que elija entre mi carrera y el hombre que amo?
El director cruzó los brazos.
— Queremos que entiendas la gravedad de la situación. Tal vez un alejamiento temporal... hasta que la tormenta pase.
Ethan se levantó. Calmamente.
— No fue la tormenta lo que subió. Fue la suciedad que alguien lanzó. Y no voy a salir con la cabeza baja esta vez.
— ¿Eso suena como un rechazo?
— Suena como alguien que se cansó de aceptar ser tratado como un escándalo ambulante.
Y salió de la sala, con el corazón acelerado y la sangre caliente.
[Por la noche | Apartamento de Kael]
Kael estaba en el sofá, viendo su propia imagen en todos los canales. Comentarios, debates, teorías conspiratorias.
— Me llamaron manipulador. Inestable. Peligroso. — Dijo, sin apartar los ojos de la pantalla. — Y a ti, aprovechador.
— Ya sabíamos que vendría — respondió Ethan, sentándose a su lado.
— Pero duele diferente cuando viene de todos lados.
Kael apagó la TV. Tiró el control lejos.
— Tengo ganas de desaparecer. De ir a un lugar donde nadie nos conozca.
— ¿Y qué te lo impide?
— Lo que construimos aquí. La verdad que vivimos. Si huimos ahora, ellos ganan.
Ethan se giró hacia él.
— ¿Y si aparecemos de verdad? A nuestra manera. Juntos.
— ¿Tipo entrevista? ¿Video? ¿Comunicado oficial?
— Tipo un documental. Nuestro punto de vista. Nuestra historia. Mostrando quién eres tú. Quiénes somos nosotros.
Kael vaciló.
— ¿Y si nadie quiere escuchar?
— Entonces que al menos lo hayamos dicho con nuestra propia voz.
[Madrugada | Un plan naciendo en la oscuridad]
Ethan llamó a una amiga periodista independiente. Una que creía en historias reales, no en titulares comprados.
— No queremos sensacionalismo — dijo Ethan. — Queremos verdad. Queremos el espacio para contar lo que no cupo en las notas al pie.
— Van a ser masacrados. Pero si están dispuestos… yo lo filmo todo.
Kael escuchó la llamada. Después, en silencio, asintió.
— Tengo cosas que decir. Y cicatrices que mostrar.
— Entonces muestra. Y muestra conmigo.
Se miraron. Más fuertes que el día anterior. Más cansados, sí. Pero juntos.
Kael extendió la mano.
— Si el mundo va a invadir... que lo vea todo.
Ethan apretó.
— Que vea quiénes somos de verdad.