Ahora Soy Helena

-La ciudad se encuentra pasando este valle.– Hablo Alfred montado en el gran corcel gris.

El lugar estaba entre grandes montañas, pero la densa niebla hacía imposible ver por donde continuar.El frío se había hecho aún más intenso haciendo que la respiración de los magos y los caballeros se reflejara en una nube blanca.La magia de fuego de Alator Donner duraba cada vez menos en el cuerpo congelado de los débiles magos que comenzaban a ver sus labios de un tono morado casi preocupante.Por su parte los Caballeros avanzaban sin inmutarse ante nada.

-¿Los magos pueden rastrear el Valle?– preguntó León dirigiéndose al Líder de los Magos.

-Los magos del elemento de la tierra podrían rastrear el lugar para ver algún peligro, pero me temo que no podemos asegurar nada debido a esta extraña niebla.– respondió dudoso Alator.

-Podríamos intentar disiparla.– dijo Helena en voz alta.

-¿Eso es posible?–pregunta León.

-No lo sé, pero podemos intentar aumentar la temperatura del lugar y disipar la niebla, aunque me temo que debemos estar a varios grados bajo cero y eso consumirá mucha aura mágica.– los magos comenzaron a murmurar preocupados al escuchar esto último, si se quedaban sin aura mágica les era imposible conjurar un escudo de protección en caso de ataque y eso los hacia vulnerables, mas aún en esa instancia donde los monstruos estaban a la orden del día.

-¿Podemos ayudar en algo?– pregunta Sir Lucas descendiendo de su corcel de guerra.

-Si los magos pierden su aura mágica, aunque sea de manera momentánea estarán indefensos, necesitaremos la protección de los Caballeros.– aclaro Helena.

-Quien nos asegura que nos protegerán!!!– grito Oto quien se envolvía frenéticamente con una gran piel de Oso mientras se escuchaba el castañeo de sus dientes.– hemos estado al borde de la muerte más veces de las que puedo contar y ni una sola vez los Caballeros del Gran Santuario han ido en nuestra ayuda.– continuo molesto el mago de cabello naranja.

-¡Cuide sus palabras!– espeto León con furia sosteniendo una gélida mirada hacia el mago quien retrocedió tres pasos ante la imponente presencia del Comandante.– Su Santidad el Papa hizo un acuerdo con el Consejo de los Magos para protegerlos siendo el Sr. Alator testigo, no permitiré semejante acusaciones hacia el Gran Santuario.– el Sacerdote llevo instintivamente su mano al mango de la espada en su cintura, el terror se reflejó en el rostro de Oto.

-Creo que deberíamos calmarnos.– hablo Alator.– Estoy seguro de que Otto no tuvo la intención de ofender o sembrar dudas sobre nuestro acuerdo Sir León, estoy seguro de que los Caballeros Santos nos protegerán si ese fuera el caso.¿No es así? ?Sr. Gudrun?.– pregunto el Líder de los magos observando al tembloroso joven de cabello naranja que ahora se refugiaba tras uno de sus compañeros.

-Para la tranquilidad del Sr. Gudrun.– dijo sarcásticamente Helena.– solo seremos Benjamín y yo quienes lo intentaran.–

-¿¡¡Qué!!?¿¿Yo??¿Por qué debería!?– refunfuño el joven mago de ojos azul cielo.–

-Cierra la boca y ven aquí.– respondió de mala gana la joven.

Ambos magos comenzaron una discusión como si fueran niños de seis años, Alator suspiro resignado viendo como se empujaban el uno al otro en un eterno juguete de hermanos.León quien observaba de cerca la escena frunció el ceño, el más que nadie sabía que la relación de esos dos no era de hermanos por lo cual le molestaba la cercanía del mago flacucho y despreocupado con Helena.

Helena y Benjamín se tomaron de la mano y comenzaron a formar una pequeña luz violeta y azul respectivamente, en el aire los destellos formaban figuran que se entrelazaban unas con otras formando una hermosa enredadera, poco a poco la luz de sus manos se transformo en una llama que se unió en un gran destello, el calor comenzó a irradiar y la densa niebla se disipo lentamente.Una gota de sudor descendió por el frente de Helena y Benjamín, su aura mágica se concentro en la gran llama frente a ellos, pero el lugar era enorme así como la cantidad de magia utilizada debía ser igual o mayor, la temperatura bajo cero hizo que la tarea sea aun mas lenta. 

Cuando todo el lugar se despejo el contingente observo el hermoso valle entre dos montañas.El canal natural de la superficie terrestre se inclinaba hacia un arroyo, y la planicie se extendía a través de llanuras y colinas.

-Siento que toda la energía de mi cuerpo fue drenada.– se quejo Benjamín sentándose torpemente en el suelo, Helena respiraba agitada junto a él.

-¿No es posible utilizar magia de curación en ellos?- pregunto León preocupado al ver el semblante pálido de la joven. 

-El aura mágica no es algo que se pueda restaurar así de simple Sir León, respondió Alator.– para hacer eso el mago debe tener un aura mucho mayor, en este caso me temo que Helena y Benjamín superan con crecer los niveles de cualquier mago en este contingente, incluido yo.– León no pudo evitar sorprenderse, el Líder de los magos era unos de los 10 Lideres  más fuertes de la Gran Torre, - acaso ese niño despreocupado y flacucho era más fuerte de lo que aparentaba? - pensó escéptico el Sacerdote. 

-Lo único que pueden hacer es descansar e interactuar con su elemento, en el caso de Helena la tierra le ayudará a restaurar su aura, pero Benjamín debe interactuar con fuego, me temo que eso será bastante más complicado.– se lamentó el viejo mago .

-Solo debemos atravesar este valle y llegaremos a la Cuidad del Carbón, allí podremos descansar.– dijo Alfred mirando a León a la espera de un gruñido, pero contrario al pensamiento del Caballero de ojos negros, León recibió su indicación sin reproches.

Los magos del elemento del aire realizaron un rastreo completo del lugar sin encontrar nada, mientras que Alator lo hizo por tierra.– Hay una extensa capa de hielo bajo nosotros.– dijo sorprendido

-¿Hielo?– pregunto León – quizás ese sea el motivo por el cual la temperatura en esta zona ha descendido de esta manera.–

-Pero es extraño.– titubeo Alator pensativo.– pareciera extenderse por muchos kilómetros, pero... no puedo ver que hay debajo.– agrego con preocupación. 

-¿Detecta algo peligroso?– lo interrogo ansioso Sir Lucas.

-No detecto movimiento o algún peligro, pero al parecer hay algo más bajo esa gruesa capa.– Había algo en el lugar y en esa extraña capa de hielo que hacía sospechar al viejo mago de cabello gris. - pero por mas que lo intento no puedo ver mas allá. 

León tomo a Helena por la cintura y sin decir más la subió a su Caballo, luego dio la orden para reanudar la marcha, todos los presentes tomaron su lugar y avanzaron igualmente, los Caballeros estaban mucho más alerta que antes debido a las palabras del Líder  de los Magos, Helena estaba exhausta así que prefirió no discutir con el Caballero y continuar el viaje en silencio, además la cercanía con el Sacerdote parecía recargar su energía mucho más rápido que la misma tierra a sus pies.

El contingente continúo avanzando por la planicie, al cabo de unas horas unos extraños grabados en las paredes de roca llamaron la atención de Alator.– ¡Debemos detenernos!-grito el viejo mago.

-¿Qué sucede sintió alguna presencia?– pregunto rápidamente León, los Caballeros de inmediato desenvainaron sus espadas y rodearon a los magos en señal de protección, por su parte los magos elevaron su aura mágica en caso de necesitar un escudo.

-Comandante, por favor mire los dibujos en esa roca.– señalo Alator.

León descendió del Caballo dejando a Helena sobre el Gran corcel de guerra quien soltó un bufido en señal de desagrado.

El Caballero de ojos verdes se acerco y examina los diseños plasmados en la gran roca.–Esto es…-

-Así es… es idioma antiguo.– contesto Alator.

-Lady Helena podría traducir lo que aquí dice?– pregunto León a la joven aún montada en el corcel de guerra.

Helena asintió con la cabeza y jalo las riendas para acercarse al lugar donde se encontraban su Padre y el Sacerdote, el Caballo avanzo a regañadientes ante la orden de ella. 

Los Caballeros siguieron alerta escaneando el lugar en caso de algún ataque, mientras Helena descendía del animal con ayuda de León.

La joven se acerco y no pudo evitar ser capturada por lo intrincado que eran los dibujos, tomo una libreta y un lápiz que tenía en el bolsillo de su capa y comenzó a anotar apresuradamente.

-La cuna del dragón.- susurro la joven con desconcierto.

-¿Qué dices?– pregunto Alator ansioso

- Edó eínai to líkno tou drákou– repitió en voz alta Helena pasando la palma de su mano por sobre las extrañas letras.- aquí yace la cuna del dragón.– sin poder seguir hablando el suelo comenzó a temblar.

-Todos rápido!!!¡¡¡¡Tenemos que salir de aquí!!!!– al grito del Comandante todos comenzaron a correr del lugar, León tomo a Helena por la cintura para subirla al Caballo.

Mientras los Caballos galopaban velozmente por la llanura, grandes piedras comenzaron a rodar desde las montañas debido al temblor. Los magos conjuraron escudos como medida de protección mientras los Caballeros golpeaban con sus espadas haciendo añicos las pesadas rocas.

Los fuertes impactos retumbaban estrepitosamente en el lugar, León quien espoleaba furiosamente su caballo para aumentar la velocidad vislumbró a lo lejos la salida del valle.- En ese lugar esta la salida!!!–grito el Sacerdote.

El contingente traspaso el punto indicado por el Comandante de los Caballeros Sagrados, todos estaban sorprendidos por el repentino sismo, - Que carajos sucedió allí atrás!!!!– grito León mientras respiraba agitado, mientras en ese momento lentamente pequeños copos de nieve comenzaron a caer del cielo.

-Nieve.– murmuro Sir Lucas observando las partículas blancas que caían a su mano enguantada.

-Helena ¿qué sucede?– insistió Alator acercando su Caballo a donde se encontraba la joven.

-De…decia….To paláti tou págou tha xanagennitheí ótan o ouranós pou klaíei pagósei to monopáti tou vasiliá.– la joven hizo una pausa y levantó su rostro al cielo desde donde caía la nieve blanca.- El palacio de hielo renacerá cuando el cielo llorando congele el camino del rey…La cuna del rey….El Rey… se refiere… se refiere a un Dragón.– finalizo la joven con rostro sorprendido.

Alator quedó en silencio, el frío calo a lo más profundo de su ser cuando entendió a que se refería Helena.

-Comandante León debemos salir de este lugar y llegar lo antes posible a las ruinas de Krom, si lo que decía en esas paredes de roca es cierto, bajo la capa de hielo… hay un huevo de Dragón.– finalizo el Líder de los Magos .

Leon miro en direccion al valle y asintio sin hacer mas preguntas.

Continuara....