LA MESERA DEL BAR.

Los días pasaban tranquilos, David se esforzaba por reunir pruebas, sobre el accidente de Fernando, pero aun no lograba conseguir nada.

Camila y Max cada día eran más cercanos frecuentemente se reunían.

- Camila ya está todo listo, para que te reúnas con Ariel, solo recuerda que si las cosas no salen bien no te volveré a ayudar y tú tendrás que arreglártelas por tu cuenta.

- Cálmate Max todo saldrá bien dentro de poco tendrás el camino despejado para que puedas conquistar a Soledad, solo hazlo bien o de lo contrario seré yo quien la quite del camino.

- Ten mucho cuidado con lo que haces Camila, no sé te ocurra ponerle un dedo encima a Soledad o te vas a arrepentir, si he estado colaborando contigo es solo porque tenemos intereses mutuos, pero no te equivoques tú y yo no somos amigos, y no creo que me quieras conocer como tu enemigo, le decía Max severamente a Camila.

- Ya, ya entendí ahora suelta mi brazo me estás lastimando.

Camila se frotó el brazo tratando de calmar el dolor que le causo el agarre tan fuerte de Max.

Max se levantó y se dispuso a marcharse no sin antes recordarle que todo estaba listo.

En la villa Smith, el sol daba sus últimos rayos, Soledad miraba por el balcón, mientras Ariel se terminaba de alistar para salir.

- Amor siento mucho, que no me puedas acompañar, pero por lo que me dijo la secretaria este empresario es muy quisquilloso y no quiere tratar con nadie más que conmigo, está muy interesado en hacer negocios con nosotros.

-Lo entiendo Ariel, ve que yo te estaré esperando, te deseo suerte, le dijo Soledad sonriendo mientras acomodaba el nudo de la corbata.

- Es tarde debo marcharme ahora o de lo contrario no llegaré a tiempo.

Ariel se despidió con un beso, y salió.

En el hotel, Ariel miraba el reloj ya era tarde y nadie había llegado, quiso contactar a la persona con la que se reuniría, pero fue en vano, no hubo manera de poder contactarlo, Ariel se disponía a marcharse cuando un mesero llegó con una copa servida y amablemente la ofreció a Ariel, él agradeció y se levantó para abandonar el lugar; sin embargo, el mesero le insistió en que esperará un poco más mientras disfrutaba de la copa de vino alegando que el tráfico estaba muy pesado y que en cuestión de minutos llegaría la persona ala que esperaba.

Ariel le echo un vistazo al reloj y decidió esperar un poco más, mientras bebía la copa de vino; sin embargo, solo dio dos sorbos cuando comenzó a sentirse extraño, se sentía un poco mareado el calor en su cuerpo aumento drásticamente.

Al intentar llamar al mesero, estuvo a punto de caer y casualmente allí estaba Camila tan oportuna para detenerlo, Ariel sentía su cuerpo caliente y su deseo sexual aumentaba cada vez más.

Él comprendió que nada está bien, intento salir de ese lugar, pero le fue imposible mantenerse en pie.

Camila, por su parte no perdió la oportunidad para besarlo y acariciarlo y aunque Ariel intentaba alejarla le era imposible.

Camila pidió a un mesero que le ayudara a llevarlo a una suite, les hizo creer que era su esposo y que se le habían pasado un poco las copas.

Camila le dio una muy buena propina y le pidió que se asegurará que nadie los molestará, ya en la cama Camila se encargó de desvestirlo aprovechando que Ariel no era consiente de nada, solo balbuceando le decía que se alejara de él, Camila fingió no escuchar nada y rápidamente se desvistió para meterse en la cama con él.

Por la mañana al despertar Ariel, tenía una cruel jaqueca.

- hoo, rayos mi cabeza siento que me va a estallar, decía Ariel mientras se frotaba la sien, sin recordar nada de lo que había pasado la noche anterior.

Al abrir los ojos casi se infarta al ver a Camila dormida allí al lado de él en la misma cama.

- Que rayos haces tú aquí, y mirando para todos lados supo que esa no era su habitación.

- Mi amor ya te despertaste, le dijo sonriendo Camila.

- No me llames mi amor.

Ariel se levantó, furioso y tomando sus ropas comenzó a vestirse.

Camila se acercó para tratar de abrazarlo.

- Ariel, amor ya no recuerdas lo bien que la pasamos anoche, eres muy apasionado en la cama me dijiste que era mucho mejor que Soledad.

- Cálmate, no te atrevas a mencionarla, yo no te pude haber dicho eso, nunca serás mejor que Soledad, que rayos me hiciste para que yo terminara en esta habitación contigo.

- Yo no te hice nada, no recuerdas tú estabas muy tomado estabas a punto de caerte por suerte yo estaba cerca y te sostuve y tú me empezaste a acariciar y me dijiste que deseabas estar conmigo, tú me convenciste de pasar la noche contigo y ahora dices que no te acuerdas, no seas sínico tú me sedujiste y ahora dices que no lo recuerdas.

Le decía Camila indignada llorando.

Camila intentó abrazarlo, pero Ariel le empujó y termino cayendo en la cama, Ariel le dijo a Camila que no lo buscara o se iba a arrepentir, tomó sus pertenencias y como pudo se fue de allí.

Al salir, Ariel de la habitación Camila tomó su celular y haciendo una llamada se comunicó con Max.

Max en su lujosa mansión esperaba impaciente, caminando de un lado hacia otro, cuando escucho el celular rápidamente lo tomo como si su vida dependiera de ello, sin pensarlo dos veces contestó la llamada.

Y sin más escucho la voz de Camila que le decía.

- Todo salió perfecto Max no tienes por qué preocuparte, solo es cuestión de días para que tengas libre el camino con Soledad.

Max esbozó una sonrisa de oreja a oreja, al escuchar a camila pues desde la primera vez que había cruzado palabra con Soledad se había quedado obsesionado con ella, y lo que más deseaba era conquistarla y que fuera solo de él.

Camila corto la llamada y se preparó para salir, la ropa que llevaba era muy provocadora, ella salió del hotel solo para dirigirse aun bar, se acercó ala barra y pidió un trago no le faltaban los piropos de los que estaban allí presentes, después de un rato ya se encontraba bebiendo con un tipo un tanto desaliñado y fornido, él la tocaba lascivamente y tal parecía que Camila disfrutaba pues le decía.

- No pares de hacer lo que estás haciendo, sonriéndole se le aceró más asta posarse en su regazo.

El tipo le metía mano por todos lados él estaba muy exitado así que le sugirió a Camila salir de allí.

Ella aceptó encanta, subieron a un auto y se marcharon de allí.

Soledad, espero hasta muy noche a Ariel no supo en qué momento se quedó dormida, al despertar lo primero que hizo fue buscar a Ariel con la mano aun con los ojos cerrados, al no sentirlo por ningún lado abrió los ojos creyendo que él ya se había levantado, Soledad espero pensando que él estaba en el baño, pero al paso de un rato Ariel no apareció por ningún lado, Soledad se vistió rápidamente y se dispuso a bajar para preguntar por Ariel, pero al ir bajando se quedó helada al ver que Ariel iba entrando en un estado un tanto deplorable.

- Ariel que te paso, estás bien. Pregunto Soledad sorprendida mientras lo tomo le la mano y lo ayudo a subir ala recámara.

Ariel estaba tan aturdido no savia que decir, solo abrazo a Soledad, mientras aspiraba su exquisito aroma tratando de creer que todo había sido solo una pesadilla.

Pero al verla allí frente a él supo que no, que todo había sido real.

Ariel abrazó aun más fuerte a Soledad mientras le pedía que lo perdonara.

- Que tienes, porque me dices eso, que tengo que perdonarte. Le dijo Soledad en un tono serio y preocupada a la vez.

- Soledad, no sé cómo pasó no recuerdo nada absolutamente nada, solo recuerdo que estába en el bar de hotel y solo bebí una copa y empecé a sentirme mareado sentía como mi corazón latía fuertemente intenté pedir ayuda, estuve a punto de caer solo recuerdo que alguien me sostuvo y ya no recuerdo más.

- Pero porque tengo que perdonarte, Ariel. Soledad cada vez estaba más inquieta y preocupada.

- Perdóname Soledad, te lo juro que no sé cómo paso, pero dormí con Camila.

- ¡Que, como es posible!, que paso entre ustedes.

- No lo sé ella jura que tuvimos relaciones, pero yo no estoy seguro de eso, no recuerdo nada.

Antes de venir aquí pasé por un laboratorio, y pedí que me hicieran análisis, y tal como lo había pensado fui drogado, aun en mi organismo hay restos de la droga que usaron, supongo que es por eso que no recuerdo nada.

Soledad se quedó helada al escuchar eso, le dijo a Ariel

- viniendo de Camila puede esperarse cualquier cosa, y al ver los estudios del laboratorio me doy cuanta de que dices la verdad, y aunque me duele saber que estuviste con ella no te culpo, ya que sé que no lo hiciste conscientemente.

Ariel la tomó de las manos y mirándola a los ojos, le dijo.

- Perdóname Soledad no te mereces esto y aunque quisiera asegurarte que no paso nada, la verdad es que si paso o no, yo no lo recuerdo, soy un imbécil no sé cómo fui a caer en su trampa.

Solo te pido que me perdones y que no permitas que esto nos afecte.

Por las mejillas de Soledad rodaban lágrimas.

- Me duele mucho todo lo que acabo de saber; sin embargo, te agradezco el que me hayas contado todo, y no te culpo solo que no puedo evitar este dolor que estoy sintiendo, solo démonos unos días para olvidar todo esto.

Aunque Ariel quería abrazar a Soledad y decirle que la amaba, que era la única en su vida, prefirió no hacerlo al sentirse sucio, prefirió darse un baño.

Soledad tumbada en la cama lloraba desconsolada.

- Como pudiste hacerme esto Camila, hasta cuando me dejaras en paz, sí lo que querías era que me separe de Ariel no te daré el gusto, yo lo amo y estoy muy segura de su amor por mí, no podrás separarnos.

Soledad se limpió las lágrimas y le ordenó a maría que le preparara algo ligero para que comiera Ariel.

Los días siguientes pasaron tranquilos y aunque Soledad esperaba que Camila viniera a restregarle en la cara lo que había pasado con Ariel, no fue así Camila no se apareció, cosa que agradeció Soledad pues savia que no soportaría lo que Camila le dijera.

Poco apoco todo había buelto a la normalidad, dos meses habían pasado.