Luna Adoptada

Viaje a otro continente, había asuntos importantes que resolver, me llevo 20 años solucionarlo, 20 años que no deje de pensar en ella.

Lo primero que hice al estar de nuevo en estas tierras fue buscarla, no fue fácil, di con su familia casi de inmediato, pero ella no estaba, al amenazar a la que se supone es su madre, me dijo que hace 16 años descubrieron su maldición, al estar en la capital, en uno de sus espectáculos, le llegó una visión, o como ellos lo llaman, una posesión demoníaca, entre los presentes estaba personal de la iglesia, la catalogaron como sirviente del diablo y fue arrojada al bosque con una herida en su costado, si sobrevivía, el diablo la ayudó, si moría, su alma estaba absuelta y entraría al paraíso.

Quise reírme en la cara por lo absurdo de sus palabras, no había peor diablo que yo en esta tierra y lo último que quiero es lastimarla, atravesé su pecho con mi mano, saqué su corazón, hice que lo viera y le dije "yo soy el diablo", su último suspiro lo hizo horrorizada y me alegró.

La búsqueda ahora empezaría en ese busque, no quería que nadie me ayudará, así que tardé 2 meses en encontrarla, estaba entre las montañas, muy retirado de donde la dejaron, con un grupo de mujeres, brujas para ser exacto. Espere el momento adecuado para acercarme, cuando por fin estuvo sola, la tome y arrastre dentro del bosque, todo en un par de segundos, cuando se dio cuenta lo que pasaba estaba en shock

- Vlad?? -

- Soy yo Mayeli -

Teniéndola por fin cerca, pude apreciarla bien, ya no era una linda joven e ingenua, ahora era una hermosa mujer

Estaba quieta, sin moverse en absoluto, solo me veía a los ojos, acaricie sus mejillas y eso fue suficiente para hacerla reaccionar

Gruesas lágrimas bañaron su bello rostro, entre sollozos me dijo

- Han pasado tantas cosas -

- Lo sé - rodee su cuerpo con mis brazos, ella enterró su cabeza en mi pecho, deje que desahogara todo el sufrimiento retenido estos últimos años, estando más tranquila, me mira a la cara

- Sigues justo como te recordaba -

- Y tu aún más bella que mis recuerdos - y sonrió, al ver esa sonrisa me di cuenta cuanto realmente la extrañaba - vamos, te llevaré a mi hogar - su semblante cambió y me dijo

- No puedo, les debo mucho a las brujas, sería un acto cruel si me voy -

- Sabes que es mucho más difícil si me quedo, vamos solo unos días, en cuanto quieras regresarás - de esa forma me acompaño, les dijo a las brujas a donde y con quien iba, es un error muy grande mentirles, todo lo saben y no perdonan un engaño.

Llegando a la mansión de inmediato la acompañé a la que sería su habitación, cerrando la puerta detrás de nosotros no resistí más y la besé, ella correspondió y juntos llegamos a la cama

- Permite que me de un baño -

- Solo si dejas que te acompañe - asintió y la lleve al cuarto de baño, donde con mucho gusto y cuidado retiré cada prenda que llevaba, ver su cuerpo desnudo fue como ver el paraíso, uno donde me perdería gustoso.

Ella hizo lo mismo conmigo, aunque se veía nerviosa no le tembló la mano para recorrer mi torso desnudo, estando ya sin ropa, la tome en mis brazos y entramos a la bañera, la posicione entre mis piernas y comencé a tallar su cuerpo, dando más atención a sus puntos sensibles sacando ligeros jadeos de su parte, no voy a negarlo, solo con escucharla estuve a punto de correrme, me volvía loco. De nuevo la cargue y la llevé a la cama, ya no hubo más preámbulo, los dos nos entregamos con pasión desmedida, y justo cuando estábamos en la cúspide, la mordí, el sabor de su sangre llego a cada célula de mi cuerpo encendiéndolo como mil antorchas, explotando en un delicioso orgasmo en el que Mayeli me acompaño, caí rendido a su lado abrazando su cuerpo y en ese momento lo confirme, ella era la indicada, era la elegida para ser mi compañera, la madre de mis hijos, la Reina de los vampiros.

Los vampiros también tenemos nuestra compañera de vida, no sabemos donde encontrarla o en que momento sucederá, la forma de saberlo es simple, si bebemos su sangre y nuestro cuerpo reacciona aumentando por mil las sensaciones, esa es la indicada, ya que gracias a eso podemos engendrar un hijo, lo malo, que nos volvemos adictos a ellas, en cuanto la descubrimos no la dejamos ir, no importa si ellas nos rechazan, haremos todo por tenerla a nuestro lado, por las buenas o las malas.

Al cabo de unas horas despertó estando aún en mis brazos, me dedico esa sonrisa que me derrite

- Vlad, fue increíble -

- Tan increíble como tú - bese ligero sus labios - te quedaras a vivir conmigo, sin discusión - su semblante cambió, parece que le di la peor de las noticias

- No, eso no es posible, lo siento, con gusto vendré a visitarte, o puedes ir tú, pero no puedo quedarme por siempre -

Ahora el que estaba molesto fui yo

- Déjame contarte lo que ha sucedido estos años...

Al estar abandonada en el bosque con una herida, empecé a caminar sin rumbo, sabía que no debía regresar, así que decidí adentrarme en él, tenía la esperanza de que me encontraras - estábamos sentados en la cama, me dedicó una triste sonrisa, no pude resistirme y pasé mi brazo por su espalda - casi no tenía fuerza, así que solo pude caminar por unos minutos, me quedé sentada recargada en un árbol, mis ojos pesaban, sabía sería mi fin, así que me quedé ahí, esperando ya no despertar más, quedé impresionada cuando en realidad si desperté, en una cama improvisada, en una choza improvisada, con hierbas en la herida, sintiéndome bien.

Una de las brujas me había encontrado y tratado, le conté mi historia y me invitó a unirme a ellas, son brujas blancas, cuidan y piden fuerza de la naturaleza, están para ayudar siempre que sean buenas las intenciones, con ellas he aprendido un sin fin de cosas, por eso te digo que sería desleal irme - estaba a punto de comentar algo, pero ella levanta su mano y me pide la deje continuar - después de algunos años aprendiendo de ellas llegó un hombre pidiendo ayuda, había un problema con sus tierras, la señora Aidé y yo lo acompañamos, revisamos los sembradíos y ayudamos a la tierra a volver a ser fértil, en agradecimiento nos regaló varias cosas y ayudó a llevarlas, en el camino me propuso algo, me explicó que eran hombre lobo, que su celo estaba cerca y que le gustaría pasarlo conmigo, en dos días regresaría por mi respuesta. Hable con las demás, no tenía ninguna experiencia en eso, pero quería intentar, y por increíble que suene ellas estaban aún más emocionadas que yo, me explicaron lo activos que son los lobos esos días y lo que necesitaría para soportar y disfrutar igual que él, todas aportaron algo y me aconsejaron, así que cuando volvió, yo gustosa me fui con él - tuve que retirar el brazo de su espalda, no me gustaba el rumbo que tomaba su historia - fueron tres días intensos, las bebidas que me dieron fueron de gran ayuda, al pasar su celo hablo conmigo, me dijo lo mucho que le gustaba, fue sincero y explicó sobre los mates y que él estaba en la espera de ella, entendí perfecto, seguimos en contacto y pasando su celo juntos, sin responsabilidad de parte de ninguno, sin embargo, no pude evitarlo y me enamoré de el. Para mí todo era perfecto hasta el día que ya no volvió, los días de su celo lo esperé con ansias, pero estos pasaron y no apareció, lo sabía, ya lo habíamos hablado, el día que tenga su mate, no lo volvería a ver - viéndome de nuevo con su rostro triste continuó - por eso no puedo quedarme, no podría corresponderte, mi corazón ya pertenece a ese lobo -

Sonreí con sarcasmo y le dije

- Me importa una mierda tu historia y lo que crees sentir, estarás aquí conmigo, te demostraré lo que es ser tratada como una reina, y poco a poco te darás cuenta que tu lugar es a mi lado -

- No puedes obligarme a estar en un lugar que no quiero - decía con el ceño fruncido

- Ya verás que sí -

Salí a gran velocidad cerrando la puerta con seguro por fuera, sus gritos se escuchaban por cada rincón, pero no cambiaría de opinión, tarde o temprano se daría cuenta que su lugar era aquí.

Mi error fue subestimarla, al finalizar el día fui a buscarla para la cena y no estaba, empezando de nuevo una búsqueda.

Era muy difícil rastrearla, con la naturaleza de su parte se camuflaba a la perfección, después de unos años la encontré, la tuve de nuevo en mis brazos, la amé como en un principio, y me dio la alegría de un hijo, mi príncipe, Daniel. Tristemente, nunca aceptó estar a mi lado, intentaba escapar ahora con nuestro hijo, hasta que una de sus visiones me dio una idea, vio como yo le quitaba la vida a Daniel, por supuesto que jamás haría eso, pero se lo haría creer, con la ayuda de otra bruja a mi servicio, le provocamos alucinaciones, y ella pudo ver la muerte de nuestro hijo. Todo fue un caos, Mayeli resultó ser mucho más fuerte de lo que esperábamos, destruyó gran parte del castillo y huyó, de nuevo, me tocaría buscarla, porque de eso estaba seguro, mientras esté con vida, seguiré buscándola. En esta ocasión no fue muy lejos, lo que me molestó fue que llegó a esa manda, donde vivía el gran amor de su vida, después de unos días se alejó, dando la oportunidad de atraparla de nuevo, aunque esta vez fue diferente, estaba triste, cabizbaja, se veía sin vida; intente animarla, amarla como siempre lo hice, de nuevo me dio un hijo, nuestro segundo príncipe, Marcus, pero ni eso le devolvió la alegría. Un día en una de nuestras tantas discusiones le dije la verdad, que Daniel seguía con vida, que fue una mala idea ocultarlo y separarlos, ella se molestó tanto que usó el poder de la naturaleza en mi contra, protagonizamos una batalla campal, me gritó en la cara que jamás sería suficiente para ella, que sigue amando a Aarón McCartin, que desea que sus hijos fueran de él. Esas palabras me dolieron, como nunca antes ha dolido algo, la amaba, pero no permitiría que se burlase de mí, así que fui más rápido que ella, mordiendo su cuello y drenando su vida.

Juré sobre su cuerpo inherente que acabaría con toda esa familia, cada integrante de los McCartin morirían por mi mano, cada uno conocería de lo que es capaz Drácula, el Rey vampiro...