La Niñera

Caleb no se aparta de mi lado, no sabe qué hacer. Bueno intenta de alguna manera consolarme y me abraza.

- Primero que todo, ¿quiénes eran esos niños y por qué estaban acá?. - levanto la vista y vuelvo a llorar. No sé cómo calmarme, después de un fin de semana espectacular.

Todo esto es una maldita mierda, nadie debería de sufrir de esa manera, no por un hombre, por alguien que juega con tu mente y con tus sentimientos.

- Necesito que hables, si no lo haces vas a sufrir y eres muy linda para eso.

Este hombre, de verdad es muy lindo que lastima que tenga esposa e hijos. Me comienzo a reír por sus ocurrencias no es lo único que me dice y me saca unas carcajadas.

- En serio deja de decir eso, si te escuchará tu esposa tendrías muchos problemas.

- No te preocupes por ella, sabe cómo soy y está al tanto de lo que estoy haciendo. - lo miro con los ojos abiertos. - No me mires así, ella confía en mí y yo confío en ella, pero no le oculto nada.

- Gracias, eres un gran hombre.

- Y tú una gran mujer, no dejes que nadie te pisotee.

- Quisiera ser tan decidida y fuerte como tú.

- Lleva años volverse así, pero tú eres capaz de lograrlo muy fácilmente. - el me da de nuevo un abrazo. - ahora sí dime qué fue lo que pasó.

- Esos pequeños son los hijos de Rodrigo y al parecer mi adorada hermana le dijo al que yo me los había llevado a la fuerza y la había golpeado.

- Persona mi ignorancia, pero ¿qué hacían ellos acá?

- Está mañana Anahí estaba acá, me vino a gritar y me golpeó, yo me defendí y le pegue una pequeña cachetada. Salió dejando a los niños lo único que hice fue subirlos. - mientras hablamos mi celular comienza a sonar insistentemente, desesperada por el sonido lo tomo y al ver las imágenes me quedé de piedra.

- Clara que pasa. - le pasó el celular a Caleb que mira las imágenes y frunce el ceño. - Cómo es que la volviste así.

- No me crees lo que te acabo de decir, sabes que dejemos hasta acá yo no puedo más. - me levanto Pero una mano toma mi muñeca haciendo que vuelva a sentarme.

- Perdóname, es que no sé que pensar, tú me dices que solo fue una cachetada y los golpes que tiene son mes que eso.

- Lo sé,, pero te lo juro yo no fui, cuando ella salió de la empresa estaba bien. - vuelvo a tomar el celular y ha enviado un mensaje" nadie me lo va a quitar. Sé que estuvieron este fin de semana, pero eso no basta para que se vaya a tu lado, siempre me va a creer a mí".

Y si, el siempre iba a estar del lado de ella, eso lo supe y a las malas.

- Te voy a ayudar en lo que pueda, pero por favor no te dejes derrumbar.

Ese día no fue el mejor, y las semanas siguientes tampoco, Anahí me estaba amenazando, que me alejara de Rodrigo que no me quería ver más.

En cuanto al trabajo Caleb no me dejó volver a la empresa de Rodrigo, me he dedicado a hacer cosas menos importantes, que ya no me alegran.

- Hija estás acá con nosotros. - vuelvo a mi realidad.

- Si papá estoy bien, y ustedes cómo han estado.

- No es verdad, llevas viniendo más de una semana seguida, te quedas hasta tarde y hay días en que no quieres irte. ¿qué está pasando?. - que puedo perder el tiene que saber la verdad.

- He tenido problemas en el trabajo, y me están amenazando con hacerles daño a ustedes.

- Hija quien es el responsable de tus desgracias. - no lo digo, pero ya sabe la respuesta. - No sé que decirte, has hecho mucho por esta familia y te viste envuelta en toda esta mierda. Yo quisiera sacarte de todos estos problemas Pero no sé cómo.

- Papá no tienes que sentirte mal por eso, yo tomé la decisión hace cinco años y no me arrepiento. - bueno no del todo. - También sé que gracias a lo que hice tú ya puedes caminar mejor y mi hermana está en la universidad, eso es la mayor alegría, también sé que estás trabajando. - mi papá me mira como si yo estuviera loca. - No me vas a negar nada papá. Sé lo que está pasando.

- Es que no quiero vivir con lo que tú nos has dado, todavía tengo energía para trabajar.

- Me alegra mucho eso.

Hablar con mi papá es lo mejor que he podido hacer, es como quitarme un peso de encima, no todo, pero si gran parte.

La vida tenía que seguir y yo no podía continuar con un trabajo en el que no me estaban valorando y en un lugar donde no me sentía parte de nada. Mi padre me había hecho darme cuenta de que lo más importante era la felicidad, y yo no era feliz.

Esa noche me quedé con mi padre y al día siguiente le envié un correo a Caleb, fui a casa a recoger mi ropa y volví a huir. Está vez por la seguridad de mi papá y de mi hermana y también por mi tranquilidad.

Cerré mis ojos y a nadie le dije está vez para donde iba, sabía que Javier me podría disuadir de mi decisión.

Hecho una última mirada a mi apartamento y salgo con un sinsabor. Esta vez dejo mi celular en el bote de basura cerca al conjunto, espero que esto sea lo último que haga.

Ya en el aeropuerto respiro profundamente y subo a mi vuelo directo a Miami, no era mi primera opción, pero fue la más cercana de fecha para salir.

Dos meses desde que había estado con Rodrigo, dos meses en los que le entregué todo y sin mentirle a nadie fui feliz, aunque no todo es una perdida, llevo algo conmigo que me alegra mucho, algo de lo cual nadie tiene ni la mínima idea de que existe.

Cierro mis ojos con un nuevo pensamiento, en qué tendré que volver a trabajar como niñera, y ya tengo con quién trabajar.