Después de años de relación dominante-sumisa con Alejandro, él decide romper porque conoció otra mujer, dejando a Mariela hundida en la tristeza.
Ella descubre que puede estar embarazada pero la respuesta que obtiene por parte de él, no es la que esperaba.
Su amiga junto a su pareja la ayudan a salir adelante mientras ella comienza un tratamiento para una enfermedad que desconocía tener.
Su vida cambiará mientras haga ese tratamiento.
Alejandro al verla más hermosa que nunca, intentará volver a su lado, ¿Estará dispuesta a perdonarlo?
Un nuevo trabajo hará que aún reciba más atención masculina, ¿Qué pasará con Alejandro? ¿Será que logrará obtener su perdón o aparecerá alguien más en su vida que lo dejará por completo en el olvido?
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Capítulo 24 EXCLUSIVA PARA MI
...MARIELA MELLER...
Mí trabajo continuó igual y seguí ganando mucho dinero bailando para ese desconocido en privado cuántas veces quiso, siempre con pagas en cuatro cifras, era lo único bueno de bailarle.
Una noche lo vi sentado mirándome y lo que vi me heló la sangre, parecía no tener rostro, apenas si pude ver lo clara que era la piel de sus manos. Me habría gustado preguntarle quién era y por qué permanecía así en las sombras solo viéndome de lejos pero mi voz se había ido debido al miedo intenso.
-Eres exclusiva para mi, mi bailarina mariposa- me dijo y yo no supe que decir, había notado que no podía bailar para nadie más porque éste misterioso hombre solo me pedía en mis últimos turnos y los primeros eran solo públicos
La paga era buena, no podía quejarme pero preferiría tal vez una suma menor pero que él no estuviera viéndome cada vez. Su sola presencia cada vez me causaba más miedo y desconfianza. No sabía quién era, mucho menos que quería de mí. Lo único que tenía claro era que me sentía en peligro cerca suyo, como si mi sangre se congelará dentro de mis venas y sintiera hasta que me costaba respirar.
Cada vez más me sentía en peligro pero al menos antes al salir podía estar más tranquila, ¿Acaso este hombre misterioso se escondía para verme salir? ¿Sería capaz de seguirme?
La paranoia comenzó a apoderarse de mí con el transcurso de los días, me sentía demasiado intranquila, como si esa persona me estuviera observando a cada movimiento que daba.
Una noche llamé a Tiziano muerta de miedo para que me recogiera cerca del club. No sé si por la desesperación de mí voz pero llegó muy rápido a buscarme y bastante confundido y adormilado, se notaba que lo había sacado de la cama.
Él me llevó a casa sin decir nada, pero sabía que merecía una explicación y cuánto más pronto se la diera mejor. Al llegar preparé un café y le di una taza. Él estaba serio y tenía sus ojos fijos en mi, me obligué a calmarme y a contarle la verdad de una manera que no mereciera ser juzgada.
-Creo que alguien se obsesionó conmigo- sentía miedo de decir algo así, pero el comportamiento de éste hombre misterioso no es normal
-¿Quién y por qué?- preguntó mirándome aún más fijamente
-No se, no vi su rostro pero él siento que me siguió al salir, no se con qué intenciones pero sentí miedo, si tu no llegabas...- estaba aterrada, podría haber llorado pero no quería que él me viera así
-¿Cómo es que atiendes la mesa de un cliente y no ves su rostro?- pude notar que no me creyó ni una palabra pero no quería que me juzgara por decirle la verdad
-Perdóname por despertarte, yo debí buscar sola una solución- no me atrevía a mirarlo a los ojos, prácticamente le dije que el trabajo que mencioné era una farsa
-Llámame si me necesitas, pero no con mentiras la próxima vez- se levantó molesto y tenía toda la razón para enfadarse
-Perdóname Tiziano, por la hora y por tantas molestias que te ocasiono siempre- lo seguí a la puerta para acompañarlo
Al abrir pude ver que allí había dos paquetes, uno ya estaba al llegar y no quise recogerlo pero el otro seguro acababan de dejarlo, pero ¿A ésta hora?
Tomé con desconfianza los paquetes y entré a mi apartamento seguida de Tiziano. Las manos me estaban temblando de miedo al sentir que podía ser de ese hombre pero vi que había chocolates y no había ninguna tarjeta allí. Tal vez alguien se equivocó de puerta y eran para mi vecina o quizás Alejandro no quiso dejar una tarjeta.
-¿Puedes quedarte esta noche? Por favor, se que no tengo derecho de pedirte nada pero...- mis manos estaban temblando así como también mi voz pero él interrumpió lo que iba a decirle abrazándome
-Aunque esté molesto no te dejaré sola, espero que puedas confiar en mi y decirme la verdad sobre lo que está pasando- me dijo sin terminar nuestro abrazo
Fuimos casa quien a su habitación y di varias vueltas en la cama hasta que pude dormirme. De verdad recibí ésta noche un susto de muerte que me acompañó hasta en mis sueños porque esa voz gruesa me hablaba diciéndome una y otra vez "Serás mía" "Serás para mi" .
Me desperté temprano casi sin haber podido dormir, mientras que Tiziano aún estaba descansando. Me preparé un café que se enfrió en mis manos porque no pude tan siquiera tomarlo por la preocupación.
Cuando Tiziano se levantó me asusté cuando lo escuché hablar y la taza cayó al suelo haciéndose añicos. Él no me permitió recoger todo al ver qué estaba temblando, en lugar de eso se hizo cargo de limpiar el desorden.