En un mundo donde los dioses caminan entre mortales, un pequeño de siete años, que es mucho más de lo que parece, ha encontrado su propósito. Con un corazón puro y un amor inquebrantable, este dios cuida de su amigo, un joven alfa de 18 años marcado por el dolor y el desprecio de su propia madre. A pesar de las sombras que lo persiguen, el joven anhela la felicidad y la libertad que solo el amor puede ofrecer.
El pequeño dios, con su apariencia inocente, es un faro de luz en la vida del alfa, ayudándolo a enfrentar sus traumas y a encontrar la valentía dentro de sí mismo. Juntos, desafían las expectativas del mundo que los rodea, creando un vínculo que trasciende el tiempo y la edad.
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Cap 21: visita
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En la habitación, Haim en su forma adulta, le explicaba a su hijo algunos puntos de la investigación que estaban realizando.
— Liorán, ¿Te gustaría conocer a tus abuelos?
— Si me gustaría, pero ¿E-Ellos estarán de acuerdo con que tenga un hijo adoptivo?
— Estarán de acuerdo, mi familia es muy unida y me quieren mucho, también querrán a mi hijo.
— Está bien, ¿Cuando los podré conocer?
— Organiza tus libros y vamos ahora mismo.— organizando su propio desorden.
— De acuerdo.— un poco dudoso
Después de organizar la habitación, el joven dios tomó a su hijo de la mano para aparecer en su habitación en el palacio.
— Padre, me mareé— con ganas de vomitar.
— Siéntate y descansa un poco.
Minutos después, ambos salieron de la habitación para buscar a Apolo y Eros. Al saber que estaban en las oficinas se dirigieron hacia allá.
— Padres, buenas tardes— entrando a la oficina.
— Buenas tardes, cariño— saludó el albino mientras se dirigía hacia su hijo.
— B-Buenas tardes, majestades.— saludó Liorán reverenciando con nerviosismo.
— Buenas tardes, niños, ¿Cómo han estado?— dijo Apolo viendo a Liorán nervioso
— Muy bien padre, vine para presentarles correctamente a mi pequeño hijo.
— Es un niño muy guapo y muy tierno— decía Eros acunando el rostro del menor.
— Bienvenido a la familia, Liorán.
— Gracias majestades, prometo ser un buen hijo para mi padre, y no avergonzarlos.
— Bienvenido, Liorán, espero que estés a gusto en esta familia.
Los mayores se sentaron en la pequeña sala junto a los menores para charlar un poco sobre la academia y Liorán.
— Cariño, en el campo de entrenamiento están mis hermanos jugando, ¿Quieres ir?— viendo al niño un poco aburrido
— ¿Está bien que vaya a jugar en mi primer encuentro con los reyes?
— Claro que está bien, puedes ir a divertirte con tus pequeños tíos.— Respondió Eros con amabilidad al niño.
— Vamos, te llevo con tus tíos.— agregó Apolo tomando al niño de la mano.
— Tus tíos son pequeños dragones traviesos, no les tengas miedo.— comentó Haim a su hijo.
— ¿Dragones? Padre, ¿No me comerán?— un poco asustado
— No lo harán, estarán felices de jugar con su pequeño sobrino.
— Los niños solo son traviesos, no te lastimarán. Además yo los estaré vigilando.— agregó Apolo.
— Está bien.
Apolo junto al niño salieron de la oficina para ir al campo de entrenamiento. Al llegar allí, Liorán pudo ver un sinnúmero de juegos y muchos dragones revoloteando por el lugar.
— Niños, su pequeño sobrino ha venido a jugar con ustedes.— dijo Apolo llamando la atención de los menores.
Los dragones al escuchar a su padre, fueron hacia él rodeando a Liorán.
— Majestad, ¿Por qué son dragones?— cargando a uno de ellos.
— Mi esposo es el dios del amor y un dragón, así que nuestros hijos son en parte dragón. Cuando estén más grandes tomarán su forma humana.
— ¿Ahora no pueden?— preguntó con curiosidad.
— Pueden hacerlo, pero les gusta ser dragones ya que pueden hacer travesuras y jugar. Si toman su forma humana ahora, solo serían bebés de 4 meses de nacidos.
— entiendo, perdón por mi imprudencia.
— no te preocupes, ve a jugar con ellos.
El niño asintió para ir hacia los juegos, mientras que Apolo se sentó a un lado a observarlos.
— “ En esta vida tendrás un mejor destino y serás feliz, pequeño Liorán”
En la oficina, Haim charlaba con su padre sobre su situación con Sergei.
— Finalmente me ha hecho saber que mi conducta no le agrada y le incomoda.
— ¿Qué te dijo? ¿Rechazó tus sentimientos?
— No le he confesado, pero ya no le gusta que esté cerca de él o lo toque.
— ¿Qué harás ahora?
— Terminaré sus terapias, luego de eso le confesaré sinceramente mis sentimientos. Si me rechaza vuelvo aquí para ayudar con el trabajo.
— ¿Estás seguro de que no harás una locura si te rechaza?
— No haré nada, padre, me alejaré sin causar problemas.
— De acuerdo, no olvides que nosotros te amamos y siempre te apoyaremos.
— No lo olvidaré, padre, tampoco los avergonzaré.
Después de charlar un rato, padre e hijo se dirigieron hacia el campo de entrenamiento para ver a los niños.
— Se está divirtiendo mucho.— comentó Haim, feliz por el niño.
— Así es, los niños no lo han dejado descansar.
— Quédense aquí esta noche y mañana vamos a casa de mis padres para presentar al niño.— propuso el albino.
— Está bien, nos quedaremos aquí unos días.
Pasado un tiempo, Liorán cansado se acercó a su padre.
— Padre, los tíos tienen mucha energía.
— Lo sé, ¿Te divertiste?— dándole agua.
— Me divertí mucho, gracias por traerme.
— De nada. Nos quedaremos aquí unos días para que descanses un poco y te diviertas.
— ¿Qué sucederá con las clases?
— Te explicaré todo en horas de la mañana. También enviaré una carta informando nuestra ausencia estos días.
— Está bien, gracias padre.
— Ahora ve con las doncellas para que te asees y cambies de ropa para cenar.
El niño asintió para despedirse de los presentes con una reverencia para seguir a las doncellas.
— La ropa del niño está en mi habitación.— le dijo Haim a las mujeres para que pudieran cambiar al niño.
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Al día siguiente, Haim envió la carta a la oficina del director de la academia, informando su ausencia y la de Liorán durante una semana. Hecho esto, fue a desayunar con su familia para luego ir a estudiar con su hijo los temas que tratarían en la clase.
— Padre, ¿Está seguro de alejarse una semana del joven duque?
— Estoy seguro, necesito organizar mis ideas y aclarar mi conducta futura frente a él.— respondió mientras revisaba las notas de su hijo.
— ¿No cree que hará sentir mal al joven duque, por haberse ido luego de que se portara extraño con usted?
— No se sentirá mal, solo somos amigos, tal vez no note mi ausencia.
— La notará, usted es el único niño que se acerca a tomarlo de mano, darle besos y llamarlo de forma íntima.
— Eso cambiará, necesito poner un límite a mis acciones, para no afectar más la salud mental de él.
— Entiendo.
Después de estudiar, los chicos se reunieron con Apolo y Eros, para ir al marquesado Nomdedeu a visitar a las marqueses. Al llegar, ambos hombres recibieron muy bien al niño dándole la bienvenida a su familia.
segundo y mas importante que paso con lorian como nos dejas con la incertidumbre no seas mala