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LA ACOMPAÑANTE...

LA ACOMPAÑANTE...

Status: En proceso
Genre:Traiciones y engaños / Venderse para pagar una deuda / Reencuentro / Salvar al hijo enfermo / Amante arrepentido
Popularitas:39.8k
Nilai: 5
nombre de autor: JHOHANNA PEREZ

"¿Qué harías por salvar la vida de tu hijo? Mar Montiel, una madre desesperada, se enfrenta a esta pregunta cuando su hijo necesita un tratamiento costoso. Sin opciones, Mar toma una decisión desesperada: se convierte en la acompañante de un magnate.

Atrapada en un mundo de lujo y mentiras, Mar se enfrenta a sus propios sentimientos y deseos. El padre de su hijo reaparece, y Mar debe luchar contra los prejuicios y la hipocresía de la sociedad para encontrar el amor y la verdad.

Únete a mí en este viaje de emociones intensas, donde la madre más desesperada se convertirá en la mujer más fuerte. Una historia de amor prohibido, intriga y superación que te hará reflexionar sobre la fuerza de la maternidad y el poder del amor."

NovelToon tiene autorización de JHOHANNA PEREZ para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Imponente...

Santiago estaba tomando una ducha mientras en su mente se colaba, como una intrusa, la imagen de Luna con aquel vestido negro que le quedaba perfecto. El agua tibia recorría su piel, pero no lograba borrar de su mente esa silueta femenina que lo había desconcertado más de lo que estaba dispuesto a admitir.

— ¡Luna, Luna! —murmuró con fastidio, llevándose las manos al rostro—. Espero conservar siempre mi distancia contigo… Eres demasiado bella, tienes todo lo que podría desear físicamente en una mujer, pero no eres el tipo que aceptaría en mi vida.

Intentó convencerse de sus propias palabras mientras el vapor llenaba el baño. Sin embargo, algo en ese rostro le resultaba inquietantemente familiar.

Mientras tanto, Mar pasó la noche en el hospital, sentada en el sofá junto a la cama de su hijo. Lo observaba dormir, tan frágil y a la vez tan valiente. Su pequeño respiraba pausadamente, y ella, cansada pero en paz, se dejó vencer por el sueño poco antes del amanecer.

El viernes amaneció cargado de ansiedad. Faltaba solo un día para viajar con Santiago, y Mar quería aprovechar al máximo las horas. Lo primero que hizo fue ir a la administración del hospital para pagar la deuda. Sentía que cada billete entregado era una parte de sí misma. Su hijo valía más que cualquier sacrificio, pero aun así, el alivio no llegó. Por el contrario, la invadió la sensación de haber adquirido una deuda aún mayor… con su cliente.

Tras resolver los trámites, se dirigió a la agencia. Allí le entregaron los documentos que certificaban su nueva identidad: Luna Harrison. A partir de ese momento, ella ya no sería Mar Montiel, la madre desesperada, sino una acompañante bajo contrato. Tomó los papeles con manos temblorosas y un nudo en la garganta.

La ansiedad la dominaba. Quisiera no ser tan sensible, tan aprensiva. Admiraba cómo las otras chicas hablaban de sus trabajos con naturalidad, incluso con orgullo, mientras que ella sentía que cada paso la hundía más en una condena silenciosa.

Al llegar a su apartamento, comenzó a preparar la maleta siguiendo las recomendaciones de Chloe y Martina: ropa formal, casual, elegante y, por supuesto, un bikini. Añadió maquillaje, perfume, algunos accesorios y un par de pijamas. Al cerrar la cremallera, sintió que también cerraba una etapa de su vida.

A media mañana, su teléfono vibró. Al ver el nombre en pantalla, su estómago se contrajo. Era un mensaje de Santiago.

✉️ Santiago Lombardi:

Luna, envíame la dirección para que mi chófer vaya por ti. Por favor, no llegues tarde. Odio esperar.

Mar suspiró al leerlo. El tono autoritario y seco no la sorprendió, pero sí le dejó claro el tipo de hombre con el que estaba tratando. Respiró hondo antes de responder.

✉️Luna:

Buenos días, señor Santiago. Esta es la dirección del hospital. No se preocupe, llegaré puntual.

Envió el mensaje y dejó el teléfono sobre la mesa. Su mirada se desvió hacia la foto de su hijo, y un pequeño temblor recorrió sus dedos. “Todo esto es por ti”, se recordó una vez más.

Por la tarde, mientras el sol comenzaba a descender, el sonido de un motor lujoso rompió el silencio frente al hospital. Un sedán negro se detuvo frente a la entrada, y un hombre vestido con traje oscuro y modales impecables descendió del vehículo.

Rafael, el chófer de Santiago, se presentó con una sonrisa educada.

— Buenas tardes, señorita Harrison —dijo con voz cordial, inclinando ligeramente la cabeza—. Soy Rafael, el chófer del señor Lombardi. Él me ha pedido que la acompañe hasta el aeropuerto. ¿Puedo ayudarla con su equipaje?

Mar lo observó con gratitud. Era amable, pero mantenía la distancia profesional que se esperaba de alguien al servicio de un hombre como Santiago.

— Gracias, señor Rafael —respondió ella, entregándole la maleta—. Le agradezco mucho.

— Es un placer, señorita. Por favor, suba al coche —añadió él, abriéndole la puerta con cortesía—. Estaremos llegando al aeropuerto en unos minutos.

Durante el trayecto, Mar observaba por la ventana, intentando acallar la voz interior que le gritaba que se estaba perdiendo a sí misma.

Al llegar al aeropuerto, se sorprendió al ver a Santiago esperándola en la pista. Vestía un traje negro impecable, sus lentes oscuros y su porte elegante le daban un aire de autoridad casi intimidante. Cuando la vio descender del auto, se detuvo por un instante.

El enterizo rojo que ella llevaba abrazaba sus curvas con elegancia, y el brillo de sus ojos contrastaba con la fragilidad de su expresión. Santiago se sintió incómodo con la reacción de su cuerpo; no estaba en sus planes sentirse atraído por ella.

— Buenas tardes, Luna —saludó con voz neutral—. Llegaste puntual.

— Buenas tardes, señor Lombardi —respondió ella con educación.

Él frunció el ceño ante tanta formalidad.

— Sube y ponte cómoda —ordenó con firmeza—. Ha llegado el momento de revisar el contrato.

Mar asintió en silencio y subió al jet privado.

El interior era digno de un magnate: asientos de cuero color crema, detalles en madera pulida y una iluminación cálida que invitaba a relajarse. Mar se sintió fuera de lugar, como una intrusa en un mundo que no le pertenecía.

Santiago subió poco después, tras dar unas instrucciones a Rafael. Se sentó frente a ella, cruzando una pierna sobre la otra con natural elegancia.

Mar lo observó de reojo. Ese hombre seguia siendo igual de atractiva que hace cinco años solo que más maduro más sexy, pero su mirada era más fría, más calculadora. Le dolía que no la recordara. ¿Así de insignificante había sido para él?

Santiago tomó una carpeta azul y habló sin rodeos:

— Luna, te leeré el contrato, cláusula por cláusula. En el momento en que firmes, no habrá marcha atrás. Si incumples alguna de las condiciones, deberás asumir las consecuencias —advirtió, con voz grave y controlada.

Mar lo miró, conteniendo el impulso de replicar.

— Algunas cláusulas traen sanciones específicas, así que presta atención —añadió él con tono autoritario.

Ella suspiró, cansada de su arrogancia. Aún no comenzaba su labor y ya él hablaba de castigos. Le pareció casi una ironía cruel del destino.

— De acuerdo —dijo finalmente, mirándolo a los ojos—. Léalo.

Santiago ladeó una sonrisa, una de esas que solía usar cuando quería provocar o medir el temple de su interlocutor. Se recostó con calma y dijo:

— Primera regla del contrato: aquí se hará lo que el contratante quiera, no lo que la acompañante desee. ¿Te queda claro?

Mar lo miró con una mezcla de indignación y desafío.

— ¿De verdad cree que soy una marioneta a la que podrá manejar a su antojo? —replicó con voz firme—. Conozco mis derechos y no permitiré que haga conmigo lo que se le antoje.

Santiago soltó una risa seca, cargada de cinismo. Sus ojos se entrecerraron con una mezcla de diversión y advertencia.

— Tienes carácter… —musitó, apenas audible.

Antes de que ella pudiera decir algo más, su teléfono comenzó a sonar. Lo observó unos segundos y luego a ella, como si sopesara qué era más importante.

— Debo atender esta llamada —dijo finalmente, levantándose.

Mar lo vio alejarse hacia la parte delantera del avión. Al quedarse sola, su mirada cayó sobre el contrato que él había dejado sobre la mesa. Un escalofrío recorrió su espalda.

Mientras su mente divagaba entre pensamientos dispersos, Mar observaba el cielo azul a través de la ventana del jet privado. Las nubes pasaban lentamente, como si el mundo se moviera a un ritmo distinto al de su corazón. Aquel viaje no era un lujo, sino una condena disfrazada de oportunidad.

El rugido suave de los motores servía de telón de fondo a su mente inquieta. Por más que intentaba calmarse, el miedo seguía allí, latiendo bajo su piel, recordándole que estaba a punto de cruzar una línea de la que no habría retorno.

Sin embargo, había algo que tenía muy claro: por muy importante que fuera su cliente, por mucho que pagara o por muy influyente que resultara, no permitiría que la pisoteara. No dejaría que nadie la humillara ni la hiciera sentir más pequeña de lo que ya se sentía.

Apretó los puños con fuerza, intentando reunir valor, mientras sus labios pronunciaban en voz baja:

—Puedo hacerlo… es por mi hijo, solo por él.

Una azafata se acercó con una sonrisa profesional, ofreciendo una copa de agua. Mar la aceptó con un leve asentimiento, intentando mantener la compostura. Sentía el corazón acelerado, la garganta seca y las emociones al borde del colapso.

Cerró los ojos unos segundos, respirando hondo, buscando serenidad. Se repitió mentalmente que nada ni nadie tendría poder sobre ella, que aunque el destino la empujara a lugares oscuros, aún conservaba algo de luz en su interior.

Y fue en ese instante, mirando una última vez por la ventana, cuando se prometió a sí misma:

“Podrá tener dinero, poder o influencia… pero jamás me robará la dignidad.”

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Carmen Palencia
mi escritora que ha pasado con esta hermosa novela que no has vuelto a actualizar estoy ansiosa por qué actualices desde el primer capítulo quedé enganchada con esta hermosa novela
Eli
que paso con la novela mi jhoqna
Yasbely Piña
excelente novela Johanna es una autora con una narración y creatividad maravillosa, éxito y muchas bendiciones
Gina Perez
hasta el momento me a encantado tu novela Jhoana y soy tu súper fans
Carmen Palencia
estoy ansiosa por qué actualicen varios capitulos de esta hermosa novela
Gisela Salinas
Eso pasa cuando escribis varias novelas a la vez, no podes atender a todas! una pena, pero es una falta de respt al lector!
Gabriela Aleman
cada vez se pone mejor ....solo espero que Santiago no se arrepienta de como trataba Mar y también se den la oportunidad de hablar cuando llegue el momento de estar cara a cara y Mar por fin pueda decirle quien es
Marcelina Chamorro Orrego
👏👏👏👏felicitaciones autora gracias, espectacular como todas tus obras, hay Santi como te dice Mar, tu hijo te ama solo falta que descubran, mejor dicho que recapacites un poco tu pasado, bueno la abuela ya se ocupó del ADN, cuando tiene el resultado estalla la bomba 💣 🙌🤗🙏
Anonymous
Siii, cuando será q Santiago se da cuenta q ella es la mamá de su hijo y q todo lo está haciendo por el
Rosalba Perez
Me encanta esta historia quiero leer el final
Carmen Palencia
escritora estoy ansiosa esperando que actualice varios capitulos de esta hermosa novela
PATRICIA MANEIRO
Santiago sintió que ya no era tan mentira lo de la novia ❤️. Ese corazón ya desde hace mucho tenía dueña y se llama Mar Montiel.... o Luna Harrison como más les guste..🤭🤭🤭
Anita Briones
Holi autora me gustaría saber si terminará la novela contigo si ya k tiene tiempo k ko actualiza ,y esta muy buena la trama para k se kede inconclusa x fa actualiza pronto cada una de sus novelas yo se k no es fácil una y ahora 3
Anita Briones
Johana x fa no tardes en publicar las demas novelas me dejaste picada con la Bruja ,Contigo si😭
Stefania Baez
No me acuerdo, pero quien era Massimo?
Nancy Hernandez
eso es Mar no te dejes de esta mujer cita q cree q porque tiene Posición y "clase" pueda venir a humillarte
Kathee Perezz
Maratón
Kathee Perezz
Muy buena novela la felicito
Carolina Veronica
cómo me molesta cuando las madres se creen con el derecho de intervenir en la vida de sus hijos y forzarlos a ver y hablar con una mujer que los engaño vilmente ,el sabrá que hacer por algo es adulto no un niño que necesite que le digan con quién hablar y con quién no
Dorme Morelo
me encanta esta buenísima pero ojalá que ya Santiago se entere que Josué es su hijo
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