AMOR Y PASION EN EL AMAZONAS

Marianny se retira enojada, no puede creer que esté a punto de descubrir todo. Su padre debe ser más cauteloso al hablar. O saldrán a luz las verdades antes de que sea el momento.

Esa misma tarde llega Rubén.

-Señor esto es increíble. Me imagino que ya pagó por el

-Si lo es. Si ya el trámite esta hecho.

-Y en cuanto a lo que me dijo que averiguara, me temo que se enojara, pero esa mujer es un fantasma señor. No encontré más información de ella.

Arnold se quedó pensativo y recordó lo que Denisse le había dicho. por qué Rubén no había hecho lo que le pedía, al regresar hablaría con Denisse y aclararla sus dudas. Solo esperaba que Rubén no reconociera a Alis y se fuera todo al traste. Tenía que saber que era lo que se traía entre manos y porque le ocultaba la información de Alis. Era imposible que al pronunciar su nombre no se diera cuenta que era la misma mujer, pero esperaría la reacción de él al contarle que era la dueña de la Constructora la que casualmente le vendía el hotel.

Le respondió,

-Bueno no te preocupes. Ella no es un fantasma gracias al cielo está aquí y era la dueña del hotel, Ahora ve a descansar. Mañana será un día agotador.

Los ojos de Rubén se abrieron como dos enormes platos, no podía creer como se hubieran encontrado aquí. Verdaderamente su mirada hacia pensar a cualquiera que estaba viendo a un fantasma con lo que Arnold le contaba. Bárbara no tendria oportunidad, pero él se las ingeniaria para sacar provecho de algún modo. Era lo mejor que le podía pasar , pues antes de llegar había ideado un plan y esto sería pan comido, ayudaría más a lo que tenía planeado.

-Si señor, pero como es la vida Señor, encontrarla justo aquí. Bueno quizás es el destino, con su permiso.

Arnold odservo la palidez y ojos de Rubén como si le hubiera contado una historia de fantasmas, es lo que quería verificar, su reacción. Dio por sentado sus dudas y corroborada en parte lo que metió le dijo Denisse debería hablar con ella para que tomará temprano un avión y dijera todo lo que sabía. Rubén traía algo entre manos y tenía que averiguarlo. No podía llamar ya que Alis aún no comentaba lo del teléfono y el cuarto secreto y Pedro estaba muy extraño.Tendrá que esperar llegar allá. Pará enterarse de todo.

-Arnold, ¿Que ocurre?¿Paso algo?

-Si mi bella dama, desde que te conocí no sales de mi mente. Hoy podemos pasar la noche en tu habitación, ya usamos la mía. Hoy toca en la tuya. Me gustaría las disfrutaramos todas.

El sonrojo de Alis no tardó en aparecer.

-Arnold que dices. Tiene unas ocurrencias. Aunque cada habitación es única no podemos ensuciar la cama de los huéspedes con las locuras que se te ocurren.

-Pero soy el dueño y puedo disponer del hotel solo para nuestro disfrute. Cerrarlo solo para nosotros.

La imaginación de Alis comenzó a navegar en las locuras que decía Arnold, como se sentiría ser su esposa y pasar la luna de miel justos recorriendo todas las habitaciones desahogando sus deseos más lujuriosos. Su calor corporal aumentaba. Arnold la hizo salir de las nubes tomándola en brazos y llevándola a su habitación. La subió en brazos escaleras y árbol arriba parecía un Tarzan, cargando a su Jane a su nido en el árbol.

Ya Arnold había previsto que llevarán la cena al cuarto. Deseaban pasar lo que quedaba de la tarde y la noche juntos. Sabía que después de mañana quizás Alis se iría y el también volvería a su vida de trabajo. Aunque podían encontrarse siempre que quisieran, pero no quería perder la oportunidad de disfrutar de ella en ese hermoso paraíso todo lo que se pudiera. Arnold ya había estado dentro de su habitación, pero no se había fijado cuán hermosa y detallada era la habitación y aunque por fuera eran casi iguales por dentro parecían de la realeza, estaba tan cautivado por Alis que no detallo su hermosa habitación.

(habitación de Arnold después de haber sido mordido por la serpiente.)

Por dentro

El manantial que se ve por la ventana solo cuando aparece la magia del amor.

La habitación que ocupaba Alis. El negro uno de sus colores favoritos.

Alis se sintió entre nubes en sus brazos. Amaba estar con ese hombre. Jamás hubiera imaginado que perdería la cabeza con un desconocido y menos su virtud. Le recostó en la cama y suavemente comenzó a besar con desesperación sus labios , deseando encontrar en sus labios la respuesta de aquellos deseos que lo agobiada desde que la vio. Alis se dejaba devorar el cuello con su lengua, un gemido hizo que Arnold, notará cuánto lo deseaba fue descubriendo su cuerpo bajando suavemente su vestido para descubrir una lencería negra de encajes a juego con el dormitorio. Los ojos de Arnold se encendieron como dos llamas ardientes buscando el manantial para apagar el fuego que de él emanaba. Notaba como su lengua húmeda tocaba el cuerpo encendido de deseo y pasión de Alis, y su virilidad se hiba levantando buscando donde derramar su fuente, deseo que él quería aplacar.

Alis, Se viró encima de mí y su lengua comenzó a vagar por mi boca, luego se abrió camino en mi cuerpo hasta que llego a mi inquieto animal, al que comenzó a besar como si no hubiera un mañana, Alis ya no tenía miedo estaba desinhibida, siento como el deseo recorre mi cuerpo, como si estuviera inyectando her#ina en mis venas. Esta mujer acabará por hacerme adicto a ella. Miró como mientras hace travesuras allí abajo, sus hermosos ojos esmeraldas me miran con lujuria y placer. Esos ojos de los cuales quedé prendados al verlos. Una ráfaga explosiva recorre mi cuerpo haciendo que mi ser se vaya volando entre nubes de tanto éxtasis y placer que me da. Después de que terminará haciéndome explotar la fuente me desplome para cojer aire en mis pulmones, para luego tomarla en mis brazos y a la luz de las velas la lleve al jacuzzi, aunque prefería el manantial, pero eso tendría que esperar por ahora.

Mientras me lleva al Jacuzzi, aun su sabor sigue en mi boca, su fuente desprendía la dulzura más deliciosa que mi paladar podía experimentar. El probar sus adentros me calentaba más. Sus ojos me observaban mientras yo le miraba fijamente, Sus dedos rozaron mi cuello y se envolvieron en mis cabellos, bajando por mi espalda acariciando suavemente la misma. Tomando la esponja de baña frota mis bubis con movimientos circulares que hacen estremecer todos y cada uno de mis sentidos. El deseo de que este en mi, lo nota inmediatamente al ver mis ojos. Y se adentra en el jacuzzi para hacerme compañía a un mismo ritmo nuestros cuerpos se entrelazan y su vaivén es como notas musicales cupidezcas. Donde la esencia es el amor y la pasión que desprenden nuestros cuerpos, sin aún estar dentro que necesitan que el fuego sea apagado uno por el otro. Pongo mi mano otra vez sobre su miembr# y empiezo a moverla hacia arriba y hacia abajo. Él se estremece bajo mis caricias y me detiene.

—No, espera... No quiero c#rrerme así. Quiero hacerlo dentr# de ti, le susurra Arnold

Me quedo mirándolo con cautela. ¿Se refiere a que lo hagamos sin preservativ#? Bueno, Por fortuna y gracias a los consejos de Danna, comencé a tomar la píld#ra tambien no quería accidentes, pero tampoco me hace mucha gracia hacerlo a pelo con alguien al que apenas conozco y que no sé con cuántas mujeres se ha acostado, como si hubiera leído mis pensamientos, mira en la mesita al lado del jacuzzi toma un preservativ# que antes me había dado Danna, Rompe la funda y lo acerca a su miembr#. Me paso la lengua por los labios al ver cómo sus músculos se contraen mientras se lo ponia Me toma por los glúte#s a peso me acerca un poco se adentra en mi cual león va a su encierro domado por su amo. Los espasm#s que me recorren me dan a entender que estoy muy cerca de conseguir tocar el cielo. Y la expresión placentera de su rostro me hace ver que el esta en sintonia conmigo a una misma canción. Las contracciones y espasmos llegan para hacernos saber que el fin del extasis estaba llevándonos al del placer tan buscado. Exhaustos de amarnos sigue enjabonandome, me frega con sus enormes manos a lo que mi cuerpo pide acción nuevamente, pero el sale de la tina mirando el reloj, toma el Albornoz y me lo coloca, se coloca el de él. Me lleva en brazos a la cama me deja alli mientras abre la puerta para recibir una suculenta cena. Que falta que nos hace después de las calorías quemadas. Aunque no me importa quedar en los puritos huesos con tal de seguir experimentando esas emociones que le hace sentir a mi cuerpo. Prepara la mesa con nuestra cena en el balcón del árbol. Que hermoso jamás imagine que me pudiera pasar. Espero no tener que arrepentirme.