Viviana Smith, ha estado enamorada de Tomás Jhonson desde su primer año en la universidad, fue para ella amor a primera vista, lastimosamente el solo tiene ojos para su novia Kendall, vivían se ha resignado, está segura que nunca va a tener una oportunidad con él, pero debido a una trampa puesta por Jeimy su mejor amiga y hermana de Tomás, ellos terminan casados, durante varios meses Vivían sufre por los desplantes y desprecios de Tomás, pero un día, después de un fatal accidente, ella decide olvidarse de él marcharse lejos, pero jura vengarse de las personas que le hicieron daño y acabaron con lo más preciado para ella.
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Capítulo 14
Una decisión.
Lorenzo
Salgo apresuradamente del lugar, afortunadamente cuando llegó a la salida, encuentro a la señorita Smith sentada en una fuente que está en la entrada del lugar llorando.
— ¿ Qué hace aquí? — le pregunto al llegar donde ella está, con sus manos temblorosas. comienza a quitar las lágrimas de sus ojos.
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— Quise tomar un poco de aire fresco. — dice y asiento. — Me sentí un poco agobiada por tanta gente. — me explica.
Tomo asiento al lado de ella y me mira extrañada.
— Esa pareja, era la misma que estaba en el club hace mes y medio, por la que se puso exactamente igual de como está ahora. — ella levanta la mirada y me mira sorprendida. — Nunca le creí lo de su malestar estomacal. — digo y ahora luce más apenada — Sé que esto será un poco atrevido de mi parte porque yo solo soy su jefe pero, ¿ Puedo saber quiénes son esas personas y por qué le afecta tanto verlos?
Suspira y mira hacia el cielo. — Son... Mi esposo y la mujer que ama. — me responde y abro los ojos sorprendido.
— ¿ Su esposo?
— Si ese hombre es Tomás Johnson mi esposo y ella es su novia.
¿ Qué coño está pasando aquí?
¿ Cómo que ese gilipollas de allá adentro es su esposo y la tipa es la novia? Querrá decir su amante.
— Perdone que le diga esto señorita Smith Pero no entiendo una mierda de lo que me está diciendo. — mascullo y ella sonríe, luego vuelve a suspirar.
— Es una historia complicada y debo decir que vergonzosa. — comenta y baja la mirada. — Pero.... Supongo que me hará bien contársela a alguien más que no esté involucrado en todo este enredo. — me dice, guarda silencio por varios segundos y después comienza a narrar su historia y las razones por la que se casó con ese hombre.
— Me case con él creyendo que con el paso de los días mi amor no correspondido se iba a volver correspondido, pero eso no ha pasado, y la verdad dudo mucho que algún día llegue a pasar. Soy patética. — termina y suspira.
¡ Madre mía todo esto es una jodida mierda!
La miro sintiendo pena por ella, una mujer tan hermosa e inteligente, sufriendo por un gilipollas, que no es más que un niñato inmaduro.
— No se trate de esa manera señorita Smith, El amor es hermoso pero si no es correspondido nos inunda de un dolor insoportable y podemos llegar a cometer locuras.
—¿ Se ha enamorado alguna vez y no ha sido correspondido señor Salvatierra? - me pregunta.
— Sí, a mis 17 años me enamoré de una mujer de 40 años, fue con quien perdí mi virginidad. — confieso, ella se sonroja. — Era casada, acostumbrada a hacerle infiel a su marido, pero yo era un joven inexperto, y me creí especial, estaba perdidamente enamorado de esta mujer, no me importaba que mi vida corriera peligro, el marido de la mujer era un poco peligroso se decía que estaba involucrada con La mafia, tampoco me me importaba dañar la amistad que tenía con el hijo de ella. y ni aún cuando me enteré que ella tenía otros amantes me aleje, estuve dos años perdidamente enamorado, con el juicio totalmente nublado. Todos hemos cometido locuras y nos hemos visto patéticos alguna vez por amor señorita Smith no se castigue tanto.
Además que pienso que la señorita Smith fue manipulada por esa mejor amiga. Pero por ahora será mejor que me guarde este pensamiento.
Ella suspira y asiente.
— ¿ No ha pensado en divorciarse? — le pregunto, ella asiente.
Se mantiene en silencio con la mirada ausente. — Si. — me responde en un susurro..
— Señor Salvatierra, ¿ Será que ya hemos terminado? — me pregunta colocandose de pie.
— Si, yo creía que fue suficiente por hoy. — digo también colocandome de pie. — Vamos, la llevo a su casa. — ella sonríe.
Después de varios minutos conduciendo y estando en silencio, detengo el auto frente a la casa de la señorita Smith.
— Hemos llegado. — digo, ella quita el cinturón de seguridad y sonríe.
— Muchas gracias por todo. — dice. — Por traerme, escucharme y contarme su historia.
Le sonrió.
— No hay nada que agradecer señorita Simit. — salgo del auto y doy media vuelta, le abro la puerta del lado de ella y sale de este.
— Que tenga buenas noches y un excelente fin de semana señor Salvatierra.
— Igualmente.
Pasa por mi lado y camina hacia la casa, no puedo evitar quedarme viendo su silueta, cuando entra a la casa supiro y entro al auto.
Está casada, pero su matrimonio es una farsa, tal vez pueda... ..
No, no Lorenzo, no intentes jugar con fuego.
Vivían
Al día siguiente me levanto a eso de las nueve de la mañana, es sábado, pero hoy el señor Salvatierra me dió el día libre. Salgo de la cama y me doy una ducha, después me colocó un vestido de mangas cortas y escote recto, que tiene una especie de corsé en la cintura, de color crema, y tenis blancos, dejo mi cabello suelto, no me maquillo, salgo de la habitación y voy hacia la cocina donde encuentro a Carmen organizando la alacena.
— ¿ Acabadas de llegar del supermercado? — pregunto y ella asiente.
— ¿Qué quiere que le prepare de desayuno?
— Hazme una taza de café, huevos revueltos y dos tostadas. — le digo ella asiente. — ¿ El está allá arriba? — pregunto, ella se detiene, me mira y asiente.
— Muy bien, llámame cuando esté listo el desayuno, por favor.
Salgo de la cocina y subo las escaleras, me detengo frente a la habitación de Tomás y toco la puerta, después de varios segundos la abre, al verme frunce el entrecejo.
— ¿Qué quieres? — pregunta irritado.
— Quiero el divorcio, así que dile a tu abogado que haga todos los papeles. — digo y doy media vuelta.
— Espera. — me llama y lo miro
— ¿Estás hablando en serio?
— Sí, no tengo por qué seguir aguantando todo esto, no quiero ser el hasme reír de nadie, tú y tu amorcito no tienen de que preocuparse, serás libre en poco tiempo.
Sigo mi camino y voy hacia mi habitación, al entrar dejo salir el aire que estaba conteniendo, una lágrima se escapa de mis ojos, pero me obligó a no dejar salir otra más.
Busco rápidamente mi computadora y la enciendo, será mejor que comience a buscar donde vivir, una vez me divorcie de Tomás, no pienso volver a casa con mamá.
Un rato más tarde decido salir un rato y despejarme, no me gusta mucho salir sola, pero hoy lo haré. Me cambio de zapatos y decido usar unos botines de color café claro, amarro mi cabello en una coleta baja y aplico un poco de protector solar base rubor delineado y labial Rosa.
Tomo un bolso cruzado, también del mismo color de los botines y salgo de la habitación.
— ¡Oh Carmen hoy es tu fin de semana de descanso!. — Exclamó y ella asiente. — Muy bien, entonces comere hoy afuera, espero que descanses.
— Gracias señorita.
Ambas salimos de la casa, nos montamos en el taxi que pedí, el me deja en el centro comercial, y me pago ambas carreras.
Camino por el lugar mirando las vitrinas y comprando una que otra cosa que me guste, midiendo no gastar de más, paso por una joyería y un hermoso juego de prendas llama mi atención.
Estoy tan concentrada en el, que me acerco más a la vitrina y tropiezo con alguien que va pasando por ahí.
— ¡Oh Dios mío lo siento mucho señor yo... — mis palabras se detienen cuando levanto la vista y me doy cuenta de que he tropezado con mi jefe. — ¡ Señor Salvatierra!
— Señorita Smith, Qué casualidad encontrarnos en este lugar. — me dice. Lo miro sorprendida y sonrío.
— Si, y tropezarnos. — comento. — Lo siento estaba distraída viendo el juego de prendas. — digo señalando el collar y los pendientes. — el voltea a verlos.
— Son muy bonitos, sin duda alguna le quedarán muy bien, resaltaría el color de su ojos. — me dice y siento mis mejillas arder, bajo la mirada apenada.
— Si bueno, no deben de ser baratos. — comento y vuelo a levantar la mirada, en ese momento me percato de como está vestido, cómo es de esperarse no luce su habitual traje formal de trabajo, hoy viste más relajado, con unos pantalones de mezclilla azul oscuro, una playera blanca, un saco color blanco perla y unos tenis blancos también.
Debo decir que ese estilo le queda demaciado bien. Bueno con lo guapo que es dudo mucho que algo le quede mal, estoy segura que hasta con un tapa rabo se vería Guapo.
La imagen de mi jefe en un muy corto taparrabo se asoma en mi cabeza y me alamo por ello.
!Pero que piensas mujer, es tu jefe!
— No, definitivamente no son baratos, esa piedra es safiro. — me dice y abro los ojos sorprendida.
Oh miércoles, ¿Cuánto puede costar esto? Seguro como medio año de sueldo.
— Bueno, está lindo.
¿ habrá otra tienda con joyas más baratas en este centro comercial?
Doy media vuelta dispuesta a marcharme de ese lugar tan costoso, pero me acuerdo que tengo a mi jefe al lado y no puedo permitirme ser mal educada.
— Voy a seguir recorriendo el lugar, fue un gusto verlo, este...
— ¿ Está con alguien? — me pregunta, guardo silencio por varios segundos y después respondo.
— No, estoy sola.
— Yo también, si no le molesta, podemos recorrer el lugar juntos. — propone y me mira expectante.
¿ Será buena idea pasar este rato con mi jefe?
¡Ah! ¿Qué tan malo puede ser?