Ella sabia que no era lo correcto pero quería olvídarlo. Un noche ¿Que podría suceder?
NovelToon tiene autorización de Vanelf para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Una sensación reconfortante
Ahí estaba ella sentada con una espléndida y romántica vista.
Envuelta en un cálidez y dulzura.
Esa noche, Rocío tenía un hermoso vestido azul y unos tacones qué combinaban con su vestimenta.
Tan esbelta y bella como de costumbre.
El joven le quito los tacones con dulzura y le beso los pies lentamente, hasta ir subiendo por sus piernas, llegando a sus entrepiernas donde ella dio un gemido. Avergonzada se tapó la boca. Y él no la mira, siguió subiendo por su ombligo hasta llegar a sus pechos, donde se encendió la llama de la pasión. Le beso el cuello, pero no la beso en la boca. Recorrió todo su cuerpo y volvió a bajar a sus entrepiernas.
Donde empezó a meter su lengua en un desenfreno de pasión. Calentando así el cuerpo de Rocío, dejándose llevar por el ritmo del momento.
- Déjate llevar, ¡gime!. Aquí nadie te escuchará.
Le decía él, sin mirarla.
Ella en su desenfreno, no podía pensar solo sentir el placer en su cuerpo.
Cuanto termino se levantó y subió hasta su cuello para besarla, al mismo tiempo que la mordía.
Mientras besaba su cuello, acariciaba sus pechos. Rocío se mantenía con los ojos cerrados, sin ningún pensamiento. Lo que ella había querido esa noche. Olvidar todo.
Luego susurrándole al oído le dijo;
- Te haré temblar de placer.
Así que lentamente fue introduciendo su miembro, sintiendo el calor de su cuerpo. Lentamente, hasta llevarlo todo adentro. Empezó a acelerar el ritmo de más lento a más rápido. Dándole besos en el cuello mientras la apretaba a su pecho y se lo metía rápidamente.
¡- Que rico! Quiero más!
Sin que ella se diera cuenta, el paso lentamente de tenerla de frente a ponerla de espalda.
Que había sucedido se preguntaba ella, en que momento cambiaron de posición.
La tenía de pies contra la pared, con su miembro metido. Besándole la espalda, mientras que con una de sus manos jugaba con su clítoris.
Ambos estaban sudados y con el cuerpo caliente. Ella gemía y él empezó a acelerar el ritmo, tanto con el miembro como con su mano.
- Quiero venirme, hazme tuya.
La apretó más y busco más profundidad en el movimiento, haciendo que el placer se elevara.
Ella estaba a punto de explotar.
Él empezó a darle más duro y ambos empezaron un sin fin de gemidos.
Esto hizo que ambos tuvieran orgasmo al mismo tiempo.
Ella trató de mantenerse de pies pero no pudo. Las piernas le temblaban y cayó.
Él la sostuvo entre sus brazos y subió al segundo piso para acostarla en su cama.
Ella quedó profundamente dormida.
El bajo y empezó a limpiar toda la cabaña.
- Estoy tan agotado, quisiera dormir. Me dejé llevar por una completa desconocida. Pero es una mujer muy hermosa y nos encontramos en el momento adecuado.
Así como Rocío, estaba triste y desamparada aquella noche, también Él lo estaba.
Necesitaba olvidar todo y ella estaba ahí para hacer que él no pensara y también se sumergiera en el momento y el placer.
A la mañana siguiente...