PROHIBIDO AMARTE

Narra Sam

Pasamos la noche y parte de la mañana haciéndolo sin descanso, estamos en la bañera y siento sus brazos rodearme tiernamente, en ellos me siento diferente, es como una sensación de protección como si un solo abrazo pudiera darme la seguridad y confianza que no sabía me hacía falta, estar con Alex es reconfortante, sin contar las deliciosas sensaciones que me hace sentir cuando tenemos seX*, siento como sus labios besan mis hombros haciéndome saber que sus sentimientos son casi iguales a los míos.

- ¿y ahora qué? – me pregunta

- ¿Qué, de qué? – le respondo haciéndome la desentendida

- Pues esto… – me dice señalándonos con sus ojos

- No, nos apresuremos a las cosas, por el momento es solo buen sex0, nada más y es mejor que quede así – le digo tajante pero sin apartarme

- Si así lo quieres – me dice un poco serio

- No te preocupes, no soy celosa – le digo con burla y el solo me ignora

- Creo que es hora de bajar, muchos de los inversionistas ya han llegado – dice parándose de la bañera

- Está bien – respondo

lo dejo salir primero para contemplar su hermoso trasero, nunca me había obsesionado con el cuerpo de algún hombre, pero este en particular es perfecto y provocativo, siento como mi ser se enciende con ganas de que me lo haga una vez más, pongo mis manos en mi rostro y remuevo mi cabeza para sacar esos maliciosos pensamientos de mi mente, no sé en qué momento me convertí en una ninfpmana, si antes ni me desesperaba por estar con alguien, más bien trataba de evitar hacerlo, pues en el pasado mi cuerpo nunca había sentido todo lo que este hombre me ha hecho experimentar, quizás mi adorado tío es el mayor experto del mundo, que digo del mundo, es el mejor en toda la galaxia.

- ¿Te vas a quedar allí? – me pregunta Alex con una ceja levantada

- Umm… no lo sé, solo si tú te quedas conmigo – le digo picara y el me mira con deseo

Se queda observándome por unos minutos para luego volver donde estoy, me levanta mojándose la fina camisa que ya tenía puesta, me carga y me lleva contra la pared donde comienza a besarme con necesidad, empieza a bajar su ropa interior para invadirme, pero alguien toca y mueve la puerta intentando entrar, me baja de inmediato y corro para esconderme mientras él va a abrir, acerco mi odio a la puerta para saber quién es.

- ¿Hijo, que pasa que no has bajado? – escucho la voz del abuelo y eso me hace sentir fatal

- Lo siento papa estaba ocupado, pero ya me estaba alistando – escucho que le responde Alex

- Pues creo que te vas a tener que cambiar de ropa y esperar que eso baje – le dice el abuelo, creo que lo dice por su ropa empapada y por lo otro

- Lo siento papa, dame 15 minutos – le responde Alex

- Tienes 5 minutos Alex, está bien que sean joven, pero ya va hacer medio día y tú no puedes descuidar tus responsabilidades por cualquier mujer, además se supone que tienes novia y no pienso permitir este tipo de actos cuando yo esté cerca.

- No es lo que crees papa – le dice Alex

- No es lo que crea Alex, es lo que veo, te espero abajo en 5 minutos

Escucho cerrar la puerta de un solo golpe, salgo, lo miro y ambos reimos, nos comenzamos a vestir, tocara dejar la calentura para después.

- Voy a salir primero y te enviare un mensaje para cuando el camino este despejado – me dice dándome un beso en la boca que me calienta

- Ok – le respondo

Sale y yo me quedo detrás de la puerta esperando que me de vía libre para salir, pasan algunos minutos y escucho mi celular sonar con un mensaje

- (eres libre) – me escribe con una enojo de diablito y yo sonrió como tonta

Voy directo a mi habitación y me doy nuevamente una ducha para luego ponerme mi mejor prenda, me miro al espejo, pinto un poco mis labios y salgo para ir directo a recepción y saber dónde está Alex y el abuelo, el gerente se me acerca a mitad de camino diciendo que Alex le indico que primero debía comer algo y que luego me esperaban en el gran salón, donde en dos horas iniciaría el evento de apertura del nuevo complejo.

Voy al restaurante donde lo primero que pido es una gran jarra de jugo y algo para el dolor de cabeza, como solo fruta pues es lo único que mi indispuesto cuerpo recibe, me levanto y voy al salón de eventos, veo a muchas personas reunidas y al otro extremo puedo ver al abuelo, camino hacia el

- Abuelo ¿Cómo estás? – le saludo con un beso

- Mi niña, ¿Cómo estás tú? Me dijeron que llegaron a la madrugada – me comenta el abuelo

- Pues me duele un poco la cabeza, pero ya tome algo – le respondo para darle tranquilidad

- ¿y cómo se comportó tu tío? – me pregunta

- Digamos que estamos en tregua – le respondo

- Eso está bien, somos familia y debemos llevarnos bien – menciona

- Más que bien, diría yo – digo entre dientes, casi en un susurro

- ¿Qué dices mi niña? – me pregunta el abuelo creyendo que le hablaba a el

- Nada abuelo, que tienes razón – le digo evadiendo la mirada

- Me alegra que las cosas entre ustedes estén mejorando – me dice

- ¿Y dónde esta Alexander? – le pregunto al abuelo, pero en ese momento siento su calor en mi espalda mientras que me da una suave nalgada casi imperceptible, volteo a mirarlo y lanzarle una mirada asesina

- Sobrina ¿Cómo pasaste la noche? Me imagino que no dormiste bien – me dice Alex con un guiño burlón que más me hace querer matarlo

- Pues querido tío, si no fuera porque casi me obligaste a probar ese maldito ron, estaría mejor – le digo con ironía

- Alex – le grita el abuelo - ¿Cómo se te ocurre darle ese trago tan fuerte a Samanta? – lo regaña el abuelo

- Ella quería, papa no soy su padre para prohibirle algo, además si en mi autoridad estuviera ya le hubiera dado unas cuantas nalgadas por terca y problemática – me dice con malicia pero con un dejo de enojo

- Pues estoy muy grande para que me estén reprendiendo – le respondo muy molesta

- Pues creo que te gusta que te den unas nalgadas y no solo eso – me susurra muy suave en mi oído mientras que con disimulo toca mi pierna subiendo un poco mi corte vestido aprovechando el descuido del abuelo, me hace erizar con su toque y él lo sabe

- Dejen de pelear, parecen niños – nos regaña el abuelo sin voltear a mirarnos

Fijamos nuestra miradas llenas de deseo, en unas milésimas de segundos nos dijimos todo sin pronunciar una sola palabra

- Alex, Alex – le llama el abuelo

- Dime papa – le responde Alex dándose cuenta de lo distraído que estaba mientras nos mirábamos

- Alex es hora – le dice

Sube a la tarima y comienza saludando a todos.

- “Sean todos bienvenidos a este paraíso, pido de antemano disculpas por los retrasos, pero como deben entender estamos en un país muy diferente al nuestro, donde las cosas se hacen diferente, espero que la tardanza valga la pena, es para mí un placer abrir las puertas de esta gran complejo al mundo” – son las palabras iniciales del gran discurso

Pasan varias horas en donde Alex y el abuelo hacen la presentación del hotel mientras yo los observo admirada de ellos, si no fuera porque se con certeza que Alex no es de la familia, podría jurar que tiene ciertos rasgos muy parecidos al abuelo, sobre todo a papa. Por ciertos momentos siento la mirada de Alex sobre mí, eso hace que me sonroje, después de terminar el evento, el abuelo invita a todos a una fiesta que ha organizado en el área de las piscinas, todos se levantan murmurando y hablando de lo maravillados que están por el trabajo, escucho que algunos mencionan que Alex es un hombre muy talentoso y que todo proyecto que tiene en su manos es un rotundo éxito, me enorgullezco del trabajo que hace y que antes no veía por mi odio injustificado hacia él, ahora confieso que mi percepción ha cambiado y no por los momentos en la cama, basta con ver que la empresa se ha posicionado en una de las mejores en los últimos 8 años, ver como cuida y ama al abuelo, es un gran hijo, incluso podría decir que es mejor que mi padre pues él ni siquiera se ha dignado a llamarlo en todos estos años que ha estado segado por un estúpido orgullo que no lo deja razonar más allá de su realidad.