Rayza Deyrnas es conocida por todo el reino como la hija mimada del Márquez Deyrnas, su reputación de problemática, irrespetuosa, caprichosa, mimada y malcriada es de dominio público, algo que aleja a todos de ella, amistades y posibles pretendientas, pero esto a Rayza no le importa, amistades falsas y hombres debiluchos no son lo que ella busca, Rayza tiene un plan para su vida muy claro, pero todo cambia cuando el heredero del ducado Zoragarria descubre su mayor secreto y hecha a perder todos sus planes.
Marcel Zoragarria es el heredero de uno de los ducados más importantes y poderosos del reino, es un hombre con sus metas muy bien planteadas, y entre estas no está contemplada Rayza Zoragarria, una joven demasiado caprichosa para su gusto, pero tras descubrir algo impresionante de la joven, Marcel se replantea todo y decide que Rayza es lo que siempre había estado buscando sin saberlo.
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Capítulo 22
Al día siguiente como Rayza lo prometió, llego desde muy temprano a la mansión Zoragarria, en donde por indicaciones de Marcel, fue llevada a la oficina del joven, quien ya la esperaba.
- Bueno, señorita, estoy listo para mi lección de hoy – le dice Marcel a Rayza, mientras la incita a sentarse a su lado y le pasa parte de sus deberes.
- Así que estos son los deberes de un duque, puedo notar que tu padre planea heredarte el titulo muy pronto – le dice Rayza al leer los papeles que Marcel le dio.
- Eres muy observadora, así es, esta es la ultima fase de mi preparación – le responde Marcel
- En ese caso, manos a la obra – le dice Rayza, mientras comienza enseñarles algunos trucos para realizar sus deberes mucho más rápido y de manera más eficiente, dejando muy impresionado a Marcel, pero nada sorprendido, y es que Rayza había demostrado ser una persona con muchos talentos, y si sus habilidades para los negocios eran la mitad e buenas como lo eran sus habilidades en batalla, Marcel estaba seguro de que Rayza tendría mucho que enseñarle y la joven no lo había defraudado, ya que sus habilidades en los negocios y la administración eran tan buenas como sus habilidades en batalla y los deberes que le tomarían toda la mañana, los realizo en tan solo una hora y media, gracias a Rayza.
- Eres realmente increíble, gracias por la ayuda – le dice Marcel a Rayza.
- Fue un placer, ahora tenemos que irnos, quiero presumir a mi prometido, así que iremos a comer a la ciudad y después pasearemos por las calles de la capital – le dice Rayza a Marcel, mientras lo toma de la mano y lo arrastra hacia la salida – aunque primero debemos hacer algo con tu ropa, ya que no hace juego con la mía, así que primero pasaremos a una boutique para conseguirte algo que nos sirva – le dice Rayza a Marcel, y ante sus palabras el joven se fija en el atuendo de su prometida, el cual es azul cielo con detalles en rosa y recuerda que tiene un traje con esos colores.
- Creo que tengo algo que podría funcionar aquí en la mansión, espérame aquí para que pueda ir a cambiarme y si el traje es de tu agrado evitamos hacer una parada el la boutique – le dice Marcel a Rayza y es que al peli azul nunca le a gustado ir de compras.
Rayza medita sus palabras un rato para después soltar su mano.
- Esta bien, tomate el tiempo que necesites, yo mientras tanto pediré algo para beber mientras te espero – le dice Rayza a Marcel, lo que causa escalofríos en las sirvientas que la oyen, y es que todas sabían como Rayza había tratado a sus compañeras y ninguna quería pasar por eso.
Sin perder tiempo, Marcel se dirige hasta sus aposentos en donde le pide a una de las doncellas que busque el traje que hace juego con el de Rayza y procede a cambiarse lo más rápido que puede, y unan vez terminas de vestirse, se arregla el cabello para lucir apuesto para su prometida y va a su encuentro.
Al llegar hasta donde esta su prometida, Marcel nota que esta ya hizo de la suyas, y es que los sirvientes están de un lado a otros trayendo diferentes tipos de bebidas.
- ¿Que te parece este? – le pregunta Marcel con una sonrisa a lo que Rayza lo examina lentamente, admirando la belleza del hombre frente a ella.
- Es perfecto, seré la envidia de todas la mujeres del reino, por que tu eres mío – le dice Rayza a Marcel.
- Y yo la envidia de todos los hombres, por que eres mía – le responde Marcel, acercándose a la joven y ofreciéndole su brazo.
Así la pareja salió mientras todos en la mansión murmuraban a sus espaldas y es que para todos, Rayza había interrumpido a Marcel en sus deberes y le había impedido terminarlos, y sin dudarlo fueron a contarle todo a la duquesa quien decidió que era el momento de actuar.
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Rayza visto a Marcel todos los días en donde primero se reunían en la oficina de Marcel para realizar los deberes del joven, una vez terminaban, ambos salían de la mansión a pasear por la ciudad, en dicho paseos la pareja, era el centro de atención, y es que nadie se esperaba que Rayza, con la reputación que tenia, fuera la elegida por Marcel para hacerla sus esposa, al fin y al cabo el joven Zoragarria era el soltero más codiciado del todo el reino y podía tener a la mujer que deseara, y es que quién los veía opinaba que Rayza no era digna de Marcel y mucho menos del puesto de duquesa y la gran mayoría apostaba a que la joven había usado trucos sucios para atarlo, algunos otros aseguraban que Rayza había engañado al joven Zoragarria, debido a que este acababa de volver del extranjero y que cuando este supiera sobre la verdadera naturaleza de la mujer que ahora era su prometida, la dejaría de inmediato, y era este momento el que todas las jóvenes del reino esperaban con ansias, para así poder competir por el puesto de duquesa.
Y mientras la pareja era el tema principal en casi todas las conversaciones de la capital, Marcel y Rayza eran ajenos a todo este drama, Rayza, acostumbrada a que hablaran de ella, era una experta en ignorar todas esas habladurías, y Marcel desde muy joven había aprendido a no tomar en cuenta lo que los demás dijeran u opinaran de él, así que a la pareja poco les importaba lo que decían de ellos, al contrario, se divertían comentando dichos rumores, puesto que algunos de estos eran más que ridículos.
Y así mientras las personas en la capital de Azura estaban seguros de que la pareja no llegaría al matrimonio y que ese compromiso se rompería muy pronto, Marcel y Rayza estrechaban lazos, y para ambos su matrimonio era casi un hecho.
