Nova Reik

Tras haber visto cómo Roxy era agredida por los elfos, decidí intervenir, lo que ocasionó que ellos tratarán de hacerme a un lado para poder seguir con la agresión; armados con cuchillos plásticos se abalanzaron sobre mí. Esquivé lo que pude, y con golpes precisos y rápidos derribé a varios de ellos, sin heridas de gravedad.

—¡Maldita! ¡¿Quién te crees defendiendo a esa bastarda?! —gruñó la elfa que comenzó la agresión contra Roxy—

Aún con mi resistencia, velocidad y fuerza, pelear contra un pequeño ejército de elfos armados con cuchillos resultó ser una mala idea. Una mala idea que llamó la atención de los otros prisioneros, entre ellos Kror, quien realmente esperaba una simple excusa para golpear a alguien.

Sin previo aviso Kror se abalanzó contra un elfo que intentó aprovechar que yo estaba distraída peleando con sus compañeros, para apuñalar a Roxy por la espalda.

—¡¡Guerrera Tlor!! ¡¡No comiences la fiesta sin mí!! —gritó mientras se lanzaba sobre ese elfo para darle una paliza—

Loxy también trató de ayudar mordiendo a los elfos que intentaban hacerme daño. A pesar de la ayuda, los bravucones siguieron levantándose una y otra vez para continuar peleando, eran tantos que terminaron por rodearnos.

—Jaja, puedes ser fuerte, Watson —se burló limpiándose la sangre de la comisura de la boca y sujetando con más fuerza su cuchillo de plástico—. Pero a diferencia de ti, nosotros somos guerreros, y no importa cuánto nos derribes, volveremos a levantarnos

—Gorila, ¡ella tiene razón!, no lograrán nada si no los…

—¡No! No vamos a hacer eso, no voy a hacer algo tan horrible —Loxy comenzó a gruñir mientras se colocaba frente a Roxy—. Además...

—¡¿Qué esperan?!, ¡vengan!, que tengo para todos —exclamó Kror eufórico—

—Puedo hacer esto todo el día

—Hmph, sí que eres una…

Cuando parecía que la pelea continuaría, Stan derribó a la elfa que comenzó todo. Los demás trataron de ayudarla, pero se quedaron paralizados al sentir un tentáculo de sangre cerca de su cuello como advertencia.

—Si vuelves a tocarla… —preparó el puño—, juro que…

—¿Qué?, ¿Vas a matarme? De seguro eres como ella, una maldita co… —Stan sacó una afilada espada de sangre de su puño: la punta de la espada quedó a centímetros del cuello de la agresora—

—Dilo… Vamos, termina tu frase, hazlo y voy a borrar a tu especie de este zoológico, vamos, guerrera —su voz se tornó más oscura, más siniestra, más distorsionada y amenazante, casi como si fuera la de un demonio— Termina la frase

—Qué… ¿Qué demonios eres? —balbuceó en shock—.

—Créeme… —K-02 salió de su espalda, aterrando a todos los presentes a excepción de Kror, Loxy y yo— No quieres averiguarlo, así que mantente lejos de ella, si es que no quieres —K-02 le lamió el rostro a la elfa como advertencia— Ser su cena

—St…

—¡¡Alto!! —gritaron los guardias, mientras se acercaban a nosotros, armados con armas que a simple vista parecían futuristas—

Los guardias nos separaron, para acto seguido llevarnos de regreso a nuestras habitaciones. Nos lanzaron de forma brusca dentro de la habitación, haciendo que mis heridas dolieran más.

Aunque mis heridas me dolieran, no eran lo que más me preocupaba, lo que más me preocupaba era el bienestar de Roxy. Esas personas la odiaban, y toda la pelea se había desarrollado debido a que ellos querían hacerle daño.

—F-Flor, no… no tienes que sobreesforzarte, aún estás herida

—Ella… Stan —jadee apoyando mi mano en su pecho, mientras luchaba por no desmayarme por la pérdida de sangre—. Ella aún sigue indefensa ahí afuera, ¿Qué tal si le hacen daño? ¿Y si no logré cambiar nada? ¿Y si no pude ayudarla?

—Flor, tranquila, estoy seguro de que Roxy estará bien —Stan me acarició la mejilla y levantó mi barbilla con su mano para que lo viera a los ojos— Hey, no tienes que desvivirte siempre por los demás, primero tienes que curar tus propias heridas, ¿sí?

—Pero esa bruja… ¿Y si aprovecha que está sola e indefensa para herirla o hacerle algo peor?

—Hey, sé que quieres ayudar pero no puedes ayudar a nadie si terminas muerta, después te preocupas por ella, primero lo primero, ¿Okey?

A regañadientes asentí y baje la mirada, resignada a dejar a un lado mi heroísmo para preocuparme por mis propias heridas, causadas por mi intento de proteger a Roxy. Aún así, no sabía si lo que hice, había sido lo correcto o si, en cambio, lo había empeorado para ella.

Con ayuda de Stan, pude tratar mis heridas antes de que me desmayara o terminara entre los cuerpos de los que intentaban escapar del zoológico cada mañana.

Mientras mis heridas sanaban, no dejaba de pensar en Roxy. Sabía lo que era sentirse débil, aislada y lo que era ser rechazada.

Mi esposo no tardó en notar esto, así que intentó animarme, dándome un pequeño pan lleno de azúcar que había traído del comedor.

—Oye, mira lo que te traje —dijo Stan dándome un pequeño pan dulce—. Sé que no comiste muy bien, gracias a esa pelea, así que te traje esto

—Jaja —reí sintiendo como mis mejillas se sonrojaban— No tenías que preocuparte tanto por mí

—Bueno, alguien debe de hacerlo, ahora dime, ¿a qué sabe?

—Uhm —mordí con cuidado el pan para poder saborear su textura con más detalle, hasta encontrar un sabor familiar, era un sabor similar al de una rebanada de un pastel de chocolate, lo que me hizo dar un pequeño saltito— Mierda, esto sabe increíble, ¿Cómo siquiera lo conseguiste?

—Mientras tú peleabas contra esos elfos, nosotros, le robamos la comida a todos esos tontos, todo con tal de… —levantó su camiseta, revelando toda la comida que Stan había robado— De tener un manjar de dioses

—¡Tarán! —añadió K-02 mientras me daba un jugo de color verde, con su tentáculo de sangre—

Cenar junto a ellos esa noche me hizo sentir mejor aunque seguía preocupada por Roxy, aún así, eso no evitó que me divirtiera con Stan y K-02.

Al día siguiente, cuando por fin llegó la hora de ir al comedor, miré a los alrededores buscando a la enana de Roxy entre todos los prisioneros, sin separarme de Stan.

Para mi sorpresa, la enana de Roxy apareció de pronto, y se abalanzó sobre mí para abrazarme con toda su fuerza.

—Gracias… Gracias, de verdad, Gracias por salvar mi vida —me agradeció enterrando su rostro en mi pecho—

—N-No fue nada —respondí devolviéndole el abrazo—