El Hilo Negro Que Forja Mi Destino

Capítulo 21.

La vida tiene más de una perspectiva, ¿Cuál es tu manera de verla? Tienes que ver por otros ojos para comprender que hay más allá de tu nariz.

Zack sentía el sudor frío caer por su barbilla y sus músculos tensos. ¿Cómo había pasado eso? Minutos atrás, algo había estallado cerca a su lugar, su necesidad por explorar la zona peligrosa y socorrer a los necesitados fue abismal.

Pero se vio interrumpida por la intervención de la hermana Aisha. Un grito desgarrador y sin aliento se escapó de su garganta. Porque un extraño ser enmascarado y con una sonrisa perturbarte en sus labios amenazaba su vida con una daga.

—Majestad, ¿Se ha divertido?

Zack apretó los dientes en su lugar, los gritos escandalosos de los menores se hicieron escuchar y Dargel tuvo que apresurar sus pasos.

—Yo no lo eh hecho. Entonces vengo a por la revancha.

La voz quisquillosa y sonriente de la mujer era escandalosa. Seguidamente una cantidad exhorbitante de Gouthen se alinearon por los alrededores y posibles salidas del jardín. Dargel no pudo huir del lugar antes de la emboscada.

Su pensamiento se revolcaba en su cabeza. Estaba en desventaja. En eventos pasados y curiosamente cercanos había usado una gran capacidad de su poder mágico vigente, sin aprobación de la orden imperial y del Arzobispo bajo su mandato en el templo.

Un grave error de su parte pero un mérito de supervivencia. La mayoría de nobles estaban en ese lugar y su necesidad por ayudar fue notable, entonces dejó surgir la mayoría d ese poder y se atenía a las consecuencias.

El arzobispo bajo la orden del emperador empleó un sistema mágico de cadenas para drenar su poder mágico drenado y que no le fuera posible usarlo sin ellos estar presentes.

Y ahora, frente a la bruja fabricadora de Glouten estaba en desventaja. Porque no podría emplear en su contra la más minima gota de poder mágico. Todo debido a una absurda norma fabricada antes de su nacimiento debido a desastres naturales desencadenados debido al mal uso de poder mágico.

Pero ahora él pagaba las consecuencias.

—¿No hablará ahora, su majestad?

—¿Necesito hablar con una loca payasa vestida de bruja?

Sonrió de lado. La mujer enmascarada apretó los puños y una extraña masa densa a sus espaldas comenzó a crecer febrilmente. Sus dientes llenos de una extraña baba oscura comenzaron a recorrer su barbilla y el lugar se oscureció.

Gritos desgarradores que parecían lastimar las gargantas de sus provocantes le hizo poner los pelos de punta. El mínimo poder mágico escabullido a través del sello mágico rodeó el lugar y aclaró las vistas.

—¿Oh? No es ese poder muy débil, su majestad.

Tímida, cubrió su boca asquerosa y dejo que la densa capa de nubosidad oscura llenara nuevamente el lugar. Zack apretó los dientes y liberó nuevamente una mínima parte de su poder.

—Dargel cancela el plan. Dame una espada.

Ordeno Zack. Dargel a su lado empuñó una espada con hoja blanda, dispuesto a huir de ese lugar y evacuar a los niños cercanos a la explosión escandalosa.

Zack a su lado, dreno las gotas mínimas de magia al filo de su espada y rezo porque su plan no saliera mal. Si algo sucedía culparía a su padre y solo a su padre.

Pero ese pensamiento era absurdo y la única oportunidad en esa situación sería asesinar a sangre fría y derrotar al enemigo atacante.

—Me alegra que al ser tan débil esté decidido a enfrentarme. ¿No es muy irónico? El único mago imperial con un absurdo poder mágico es encadenado bajo el mandato del Arzobispo y el emperador vigente.

Zack se estremeció en su lugar. ¿Cómo sabía eso?

—Ja.Ja.Ja Me gusta su expresión, majestad. Por favor haga más expresiones para mí.

‘Fuash’

Su mano brilló de una manera cesante y brillo de tal que los niños se escondieron detrás de la hermana Aisha, quien usó su cuero para proteger a los pequeños de las consecuencias desconocidas de los ataques.

Pero el brillo cegador fue apagado por una luz tan simple y nítida que los ojos observadores pudieron parpadear claramente. La espada del príncipe Zack antes bañada en gotas de magia había contrarrestado y acabado el ataque.

Tan rápido que fue invisible, tan preciso que puede describirse como perfecto y tan fuerte que se consideraría inmortal. El golpe seco que había brindado la hoja de la espada había dado un golpe fuerte y seco en el brillo cegador que había sacado de sus dedos la bruja.

Mordiendo suavemente sus labios, la mujer bajo su máscara observó maravillada la potencia y fuerza compareciente en los brazos del hombre para haber contraatacado su golpe.

Sonrió.

Qué maravilla.

Ese hombre fuerte, musculoso y guapo era su estereotipo perfecto de marido ideal. Pero aquel hombre era prohibido ya que no le sería posible poseerlo.

Una lástima para si misma. Pero no importaba, disfrutaría de sus batallas frente al único mago del imperio Reckless. Un hombre poderoso y sobre todas las cosas. Guapo.

La mujer detrás de la máscara suspiró encantada. Debía tomar enserio la situación y desenvolverse de manera correcta. No podría distraerse en minimaleces como lo era apreciar a su contrincante.

Dejando que un pequeño nido de poder mágico se acumulara en la palma de su mano, presionó fuertemente la yema de sus dedos la magia se acumuló de manera abismal y salió dispara al hombre que blandía el filo de la espada.

‘Crash’

La espada detuvo la magia, pero de igual forma algunos fragmentos destrozados salieron disparados bruscamente a su alrededor. Causando destrozos.

—En algún momento la espada se romperá. Su majestad.

—Entonces espero que sea pronto.

Zack soltó con un sarcasmo y activismo en su voz, una sonrisa mediana se instaló en sus labios y la espada contrarrestó los fragmentos escurridizos. En un movimiento tan rápido y limpio que fue imposible seguir con la mirada sus ataques. Zack sonrió.

—¿Estás cansada? ¿O porque no seguiras atacando?

La bruja enmascarada sonrió extasiada. Ese hombre era divertido, tan guapo, fuerte y divertido. ¿Qué le faltaba para ser perfecto? Ser suyo.

Pero no era posible. Porque era del bando contrario y querría su muerte de ser posible. Y más impedimentos que eran poco visibles a sus ojos se seguían alzando en su camino.

Dejando sus rodillas caer y golpear en suelo. El suelo se corrompió. Rompiéndose a la mitad y permitiendo salir una clase de baba oscura que empezaba a consumir las salidas y alrededores.

El príncipe Zack no sería capaz de interrumpir su ataque y salir ileso del golpe. Entonces la corrupción empezó a crecer y consumir sus pies. Su intento en vano se quedó en una débil espada blandiéndose al viento y cayendo en su trampa.

Porque esa especie le había dado su bendición y ahora era capaz de manejarlo a su antojo. No había intervenciones. No había límites. No había nada en su camino.

—Entonces siga jugando conmigo, su majestad.

La baba surgió como chorros de cataratas, tan libre como el agua limpia y cristalina que corrían en las palmas heridas en los lagos más oscuros, atacando e hiriendo a todo aquello que se atravesaba a su paso.

Los niños a sus espaldas gritaron y el suelo fue fracturado con su espada clavada en el suelo, desplegando un poder descomunal y desconocido que eran solo migajas existentes y posibles de escabullirse a través de un sello celestial.

Una pequeña pizca de color celeste se escondió en el suelo y desvaneció, para seguidamente resurgir y ramificarse de un color tan suave y claro que fue capaz de impedir el paso desorbitado de la baba.

Surgiendo un escudo con ramificaciones capaces de protegerlos de un poder maligno.

—¡Su alteza!

La hermana Aisha grito para socorrerlo al observar su piel desgarrarse y sangrar violentamente ante tal estiramiento sufrido debido al impacto del ataque.

La sangre escurrió por su antebrazo pero su agarre siguió firme en el mago de su espada. Causando un chasquido en sus labios perturbando los estados de las personas a sus espaldas.

—Busca una salida, Dargel. Hermana Aisha, refugie a los niños y protégelos.

—¿S\-su, ¿su majestad?

—Rápido. El escudo se desvanecerá.

A pesar de su mirada vacía y sus dientes apretados, o las neutras palabras que salían de su boca los nervios cristalizaron y se expandieron por la piel ya exaltada. Porque la cima del escudo que encabezaba y aseguraba su protección comenzaba a fracturarse y las ramificaciones a romperse.

—Lo haré.

Dargel envainó su espada para seguidamente cortar la garganta con un golpe frío y seco, dejando que la sangre oscura fluyera y ensuciara su rostro. Dando por finalizada la vida del Glouthen que se atravesaba en su camino.

—Avance, hermana.

Con la espada goteando la sangre oscura, la mujer tragó saliva y cubrió a sus espaldas los ojos curiosos de los pequeños que buscaban observar la perturbarte escena de un asesino matando a sangre fría.

Mientras que a sus espaldas, su mayor patrocinador dejaba derramar su sangre por unos niños huérfanos y de sangre podrida. ¿No era muy irónico? Pero contrario a sus pensamientos revoltosos, la hermana Aisha sostuvo en sus brazos a los pequeños y organizó de la mejor manera posible, evitando desastres o peor aún una pérdida irreversible como sería sus vidas.

Teniendo en cuenta que de sus 30 pequeños solo estaban en su poderío 21. Faltando 9 niños en su pequeño grupito de supervivientes, pero no podría distraerse de esa manera.

Rezaría al cielo y haría sacrificios porque esos pequeños estuvieran bien y salvos esperando por ella en su pequeño hogar. Pero quizás fue su rápida distracción y reacción que no notó el humo creciente que provenía de su lugar.

‘Crack’

El escudo finalmente se rompió y los fragmentos destrozados cortaron su rostro y lastimaron su cabeza. Finalmente su espada dejó de corromper el suelo y la baba punzante fluyó desesperada.

—¿Lo tomaremos enserio ahora?

Zack no respondió. Estaba aburrido. Apático. Aquella situación de desventaja le ponía un tanto nervioso, pero no encontraba aquella manera desesperada con la que expresarse correctamente.

Incluso, podría admitir que se sentía un poco cansado de aquella situación asfixiante que no le permitía respirar correctamente.

Pero una sonrisa se formó en sus labios y la baba fue aplastaba con el filo brillante y poderoso de su espada.

—Es una lástima su majestad.

¿Qué?

—Mi deber aquí ha terminado.

La baba comenzó a deshacerse y volver al fondo de la tierra, el suelo tembló y todo a su alrededor se tambaleó.

—Debería correr, ¿O tal vez no?

La mujer comenzó a reír escandalosamente.

—Lo veré pronto, su majestad. Sobreviva para el futuro cercano.

Guiño. Y finalmente desapareció. Y el humo proveniente del incendio cerca y el olor putrefacto del lugar llenó sus fosas nasales.

Al girar su esbelta figura pudo observar el fuego creciente que se habría pasó en el gran edificio que era el orfanato. Que ahora era consumido por llamas.

Zack. Zack. Zack. ¿Qué harás al respecto?