Hiroshi es un adolescente solitario y reservado que ha aprendido a soportar las constantes acusaciones y burlas de sus compañeros en la escuela. Nunca se defiende ni se enfrenta a ellos; prefiere pasar desapercibido, convencido de que las cosas nunca cambiarán. Su vida se vuelve extraña cuando llega a la escuela una nueva estudiante, Sayuri, una chica de mirada fría y aspecto aterrador que incomoda a todos con su presencia sombría y extraña actitud. Sayuri parece no temer a nada ni a nadie, y sus intereses peculiares y personalidad intimidante la convierten en el blanco de rumores.
Contra todo pronóstico, Sayuri comienza a acercarse a Hiroshi, lo observa como si supiera más de él que nadie, y sin que él se dé cuenta, empieza hacer justicias.
NovelToon tiene autorización de Ashly Rijo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
La nueva ingresada- Las copias
El silencio en la sala era espeso, la tensión palpable. El cofre que había sido usado para atrapar a los demonios brillaba tenuemente, como si aún contuviera algo en su interior. Había algo desconcertante en el aire, algo que no podía poner en palabras. Dante, Sayuri, Claude y Kou me observaban en silencio mientras el diablo tomaba la espada, su mirada fija en el arma como si estuviera evaluando algo.
—Aquí está todo lo que pediste —dije, sin poder evitar el tono de duda en mi voz. Sentía que la situación ya había tomado un giro que no entendía completamente. Había atrapado a un demonio, había entregado el alma de otro al diablo.
Dante y Sayuri miraban al diablo con desconfianza, esperando una reacción. Sin embargo, el diablo solo sonrió, una sonrisa torcida que no dejaba claro si era una sonrisa de satisfacción o de algo mucho más siniestro.
—No la robaron, ni me han hecho un favor trayéndome estos trozos de alma —dijo el diablo, su voz profunda y resonante. La espada que sostenía se retorcía en sus manos, como si tuviera vida propia. Entonces, con un leve movimiento, la colocó sobre una mesa cercana—. Hace mucho tiempo, la espada original se rompió en varios pedazos. Con esos fragmentos se crearon muchas más, y por supuesto, son poderosas, pero ninguna tiene el poder absoluto de la espada original.
Una sensación de inquietud recorrió mi cuerpo. ¿Cómo podía algo tan destructivo y poderoso como esa espada ser simplemente una réplica de algo mucho más antiguo y fuerte?
Claude, que parecía aún más nervioso que el resto, arqueó una ceja y habló en tono sarcástico.
—Entonces, ¿nuestras vidas andan regaladas por las calles? —preguntó, casi con una risa amarga. Su sarcasmo estaba teñido de preocupación, como si las palabras que acababa de decir pudieran volverse realidad en cualquier momento.
El diablo no respondió de inmediato. En lugar de eso, simplemente observó a Claude con una calma perturbadora.
—Cada uno de ustedes, demonios, camina con un destino incierto —dijo el diablo lentamente, como si saboreara cada palabra—. A veces se deben hacer sacrificios, y otras veces se deben robar almas. Pero todo tiene un precio, incluso para aquellos como yo.
Mi mente, saturada de dudas, no pudo evitar formular una pregunta que llevaba dando vueltas en mi cabeza desde que conocí a estos seres.
—¿Y usted, señor… cómo muere? —pregunté, no pude evitar la curiosidad que me carcomía. Todos los demás me miraron sorprendidos, como si no pudieran creer que hubiera preguntado algo tan directo y peligroso.
Kou me fulminó con la mirada, como si hubiera cometido el peor de los errores. Dante, que estaba más cerca de mí, me dio un golpe en la cabeza, uno fuerte y doloroso.
—¡¿Qué demonios te pasa, idiota?! —gritó Dante, su voz llena de furia—. Eso no se le pregunta al diablo, ¡¿entiendes?!
Mis manos se apretaron involuntariamente, tratando de calmar el dolor del golpe. El aire en la sala estaba cargado de electricidad, y por un segundo, temí que todo fuera a estallar.
Sayuri, que había permanecido en silencio, también intervino, aunque su tono fue más suave.
—No puedes hacer preguntas como esa —dijo, su voz baja pero firme—. El diablo no va a revelarte cómo matarlo. Ni siquiera él mismo lo sabe, o si lo sabe, no lo dirá. El diablo nunca muere, no de la forma en que lo entienden los humanos ni los demonios.
Sus palabras calaron profundo en mí, y la verdad de lo que decía me aterrorizó aún más. ¿Qué era este ser? ¿Cómo podía algo tan vasto y antiguo existir sin un fin, sin un límite? ¿Cómo podía algo como el diablo seguir su juego eterno, sin ser detenido, sin perder nunca?
Pero aún así, tenía una pregunta más.
—¿Qué hacemos ahora? —pregunté, ya no solo por curiosidad, sino por el miedo a lo desconocido. ¿A donde es nuestro siguiente destino?
El diablo, por fin, giró lentamente hacia mí, su mirada fija en los ojos. Había algo en sus ojos, algo tan profundo que parecía que podía ver hasta lo más oscuro de mi alma.
—Ahora —dijo con calma— Hay que destruir todas esas malditas copias.
me encanto!!!!!♥️♥️♥️
🟥🟧🟨🟩🟦🟪🟫⬛⬜
❤️🧡💛💚💙💜🤎🖤🤍