- "el cristal es frágil, tu corazón también lo es, eso quiere decir que sos frágil como el cristal"-
Alma Baez, dueña y chef pastelera , de una de las confiterías más exclusivas de la ciudad, por decisión de ella, y debido a un desafortunado incidente, que la llevó a no creer más en el amor, se habia vuelto una intriga, nadie la conocía personalmente.
Federico Alcaraz, millonario y arrogante, debía casarse en un año, para ser el dueño de las acciones de la empresa familiar, nunca se habia enamorado.
Podrá enamorarse de una mujer que lo rechaza?
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capítulo 23
Luego de una noche apasionada, la luz del sol, comienza a cubrir a los cuerpos enredados de Alma y Federico.
Él es el primero en abrir sus ojos, mira a quien duerme a su lado, que descansa sobre él, y deja ver parte de su cuerpo y otra parte está enredado entre las sábanas. Luego mira hacia el techo y puede ver el cielo.
- la perfección si existe, años perdiendo el tiempo, en un sexo que me dejaba sabor a nada. Todo un mundo se abrió para nosotros y vamos a aprovecharnos de él.
- mmm, decías algo?
- no, mi amor, segui durmiendo.
- bueno, un ratito más.
Federico se sonríe, en definitiva sigue siendo una chica de 20 años, a pesar de tener 28, con todos sus sueños, y que algunos fueron truncados, pero él había llegado, para ir rescatando uno a uno.
Federico acomoda suavemente a Alma en la cama, se levanta, agarra su ropa interior y se dirige a bañarse, los baños, eran los únicos que estaban cubiertos por pared. Sale del baño con la intención de hacer el desayuno cuando baja, se encuentra con el desparramo de los vidrios del plato de anoche, él estaba descalzo, era un peligro, comienza a buscar una escoba para poder barrerlos, va revisando todo, y en ese derrotero, también encuentra lo que va a utilizar para el desayuno, al fin abre una puerta y encuentra la escoba y una pala para juntar los vidrios.
Una vez limpio, prepara café y unas tostadas cuando estaba terminando, aparece Alma que ya se había bañado y se había puesto un remeron que le quedaba como un vestido, sin ropa interior.
- buen día, mi amor. Veo que ya te familiarizaste con la casa.
- buen día mi vida, así es, no quise despertarte y te revisé toda la casa.
- jajajajajaja, eso es salir de un apuro.
- nos preparé café y unas tostadas, no soy del tipo que cocina maravillas, eso te lo dejo a vos.
- mmm, que rico tengo hambre, entonces me siento para que me sirvas.
Federico le alcanza las cosas, cuando va a sentarse junto a ella, se detiene para besarla, le acaricia la pierna y va subiendo las manos hasta llegar debajo de su remeron, se encuentra que no había ropa interior.
- vos estás sin nada puesto debajo de esa remera?
- si por?, me gusta estar cómoda. Vos tampoco estas muy vestido que digamos.
- Es evidente que no tenés ganas de desayunar...
- no, no, no
- no, no, no, quê? , no tenes ganas de desayunar? o, no quê?
- que no empieces, SI, tengo muchas ganas de desayunar.
- mejor me siento, porque de otro modo, no vamos a desayunar...
Alma se ríe, y Federico estaba feliz, por hacerla reír y por el maravilloso momento que estaban viviendo, ya eran una pareja consolidada.
- Fede, necesito hablar algo con vos.
- sí, decime.
- con respecto a mi identidad, quisiera mantener las cosas como están, no quiero gente de afuera, metiéndose en nuestros asuntos.
- vos me estás hablando con respecto a de seguir con lo de Maria Pérez?
- para nosotros y nuestros íntimos, es Alma Báez, pero si estamos en la calle o frente a alguien de la prensa, sí, es Maria Pérez.
- me parece bien. Yo también quiero hablar con vos, te juro que va a ser la última vez, pero quiero dejarte algo en claro.
- ya sé de qué me vas a hablar.
- sí, quiero que se te grabe en esta cabecita loca, yo estoy muy bien así, si nuestro matrimonio, va a ser como estamos ahora, no me interesan ni los hijos ni nada, yo en esta vida, lo que amo es a vos y estar con vos, y si algún día, ambos, repito, AMBOS, deseamos tener un hijo, adoptaremos, eso también es un acto de amor y muy grande.
- sos lo mejor que llego a mi vida, gracias por tanto, no sabes la seguridad que me das. Me quedó en claro.
- bien, ya tenemos todo aclarado, así que ahora lo único que queda, es verificar, si abajo de esa remera, es todo un desparpajo o las cosas están en su lugar.
Mientras Alma reía a carcajadas, él la levanta de la butaca, la coloca como una bolsa de papas sobre su hombro y la lleva a la habitación.
Llegó el mediodía, Federico se baja de arriba de Alma, queda boca arriba, con los ojos cerrados, recuperando el ritmo respiratorio. Alma por su lado, esta plena, confundida y agotada a la vez, no podía creer vivir tantas sensaciones juntas, esa maratón, los había dejado perplejos a los dos.
- Por Dios Alma, a medida que hacemos el amor, me hace sentir ganas de más, es como una adicción, estoy teniendo un trainning que jamás sospeché en mi vida que tendría.
- no puedo decirte nada, no tengo muchas experiencias como para comparar, pero si me sorprende que lo vivo, como si fuese mi primera vez.
- y..., después de guardarte por 8 años, te diría que podría ser tranquilamente.
Alma le pega en el brazo.
- no seas malo, aunque si lo pienso, es verdad, desperdicie muchas invitaciones masculinas durante esos años.
- ni se te ocurra mencionarlo Alma, por suerte te guardaste, no quiero pensar en muchos hombres tocándote.
- te pusiste celoso?
- no, para nada.
- siii, te pusiste celoso!!!, jajajajajaja
- no sigas, se como hacer para pasar de tu risa a los gemidos.
- ah, si?
Alma se levanta rápido de la cama, empieza a saltar y a decirle.
- está celoso!!!, está celoso!!!
- vos te lo buscaste.
Federico empieza a levantarse y ella sale corriendo por las escaleras, Federico va corriendo detrás, Alma empieza a correr por toda la planta baja, escudándose con los muebles, Federico iba detrás como loco y ella no paraba de reír. Hasta que un mal cálculo de ella, hace que Federico la agarre, quedando los dos en el piso.
- y ahora que vas a hacer?, vas a seguir buscando el escarmiento?.
- no, no, no, no, te juro que me porto bien.
- lo siento, pero ya es demasiado tarde...
Hicieron el amor de nuevo.
- ya basta, podés decir lo que quieras, no tengo fuerzas para nada.
- viste que sos un flojo...
- dame un tiempo y te demuestro, que tan flojo soy.
- tengo hambre.
- yo también, no hay aquí para pedir comida?
- si hay un lugar, está ubicado dentro del barrio.
- entonces pidamos ahí, así no hay que cocinar ni lavar.
Alma toma su teléfono y hace el pedido.
- ahí lo traen, tenemos que vestirnos.
- ufa, estábamos tan bien así...
- si querés vos ponete tu ropa interior nada más, pero no salís para nada, mejor me pongo yo, mi remeron, y los atiendo.
- si, pero con ropa interior, a ver si viene un hombre y descubre que estás desnuda debajo de esa remera
Almorzaron. Por la tarde, decidieron mirar unas películas, entre medio hicieron el amor en el sofá. A la hora de la cena, Alma volvió a cocinar, un poco de cerdo con papas rústicas. Hicieron el amor sobre una de las butacas.
- esta noche a dormir solamente.
- estoy de acuerdo, mañana tenemos que ir a trabajar.
Se acostaron, se besaron y acariciaron un poco y se durmieron abrazados.