Amelia tiene 17 años, es huérfana y una esclava, sabe de alguna manera que fue amada mientras estuvo en el vientre de su madre, pero una mestiza es despreciada por todos: humanos y en especial por los elfos. En su cumpleaños 17 intentan tomar su pureza y ella escapa al bosque donde encuentra una cría de dragón y lo cría en secreto hasta poder escapar pero cae en manos de los elfos quienes matan a los mestizos sin hacer preguntas, ¿qué pasará con Amelia, logrará escapar nuevamente? ¿Huirá de su destino? cuando un guerrero elfo que la desea y odia al mismo tiempo, tenga su destino en sus manos deberá decidir qué es más fuerte si los prejuicios o el amor.
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Cap. 23. Más aliados.
Calanta fue en busca de Amelia, ya habían tardado mucho, y el sol pronto se ocultaría. Llegó a la cascada y lo que vio la llenó de furia.
En el suelo estaba Amelia desmayada con un hilo de sangre saliendo de su nariz y en el otro extremo Celethor profundamente dormido, no había rastro de Lía.
Calanta respiró profundo; convocó dos esferas de luz, guardo un mensaje dentro de ellas y ambas esferas de luz desaparecieron. Luego se acercó a Amelia y suavemente acarició su cabeza, tocó su mente levemente, había mucho dolor, el Elfo la había lastimado. Calanta chasqueó los dedos y Amelia se levantó del suelo levitando a su lado, recogió el bolso de Amelia y empezó su camino de regreso.
Pasados unos momentos, sintió la presencia de la dragona, su mente tocó la suya.
-Calanta, ¿Qué pasa con Amelia?, yo fui a cazar, pensé que estaba contigo y cuando regresé su mente estaba como ida, no logro comunicarme con ella.
-Celethor, eso es lo que pasa, aprovechó el momento en qué estuvo sola y la atacó. Un ataque a traición.
-¡Maldita sea! ¿Es que jamás estará segura?, Calanta debemos hacer algo.
- Claro que lo haremos Lía, esto no puede quedar así. Acabo de enviar un mensaje a un miembro del Consejo de Elfos que ayudaban al rey Kael. Veré quién sigue siendo leal y empezaremos a actuar.
-No quiero esperar, quiero destrozar al culpable. ¿Dónde está Celethor? ¡Elfo desgraciado!
-Lía tranquila, él está teniendo su merecido.
-Él duerme ¿Qué tiene de merecido?
Calanta sonríe enigmática. -Digamos que no son sueños los que tiene, son sus peores pesadillas.
Vamos Lía, vamos a cuidar de Amelia, necesitará calma en su mente, y cariño. Tu debes ayudarla.
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Una vez en la cabaña Calanta piensa en lo sucedido. ¿Será prudente destapar toda la verdad? Tal vez si, Amelia necesita más aliados, aunque también es arriesgado.
Un fuerte golpe en su puerta le indica que alguno de los mensajes llegaron a su destino.
Calanta se apresura a abrir la puerta e ingresa un Elfo anciano.
-Calanta qué sucede, ¿por qué una reunión ahora, hay noticias de Caeli?
-Las hay viejo amigo, las hay - Toma asiento, tendremos una pequeña charla. -pero dime primero ¿Qué piensas de los mestizos?
El Elfo anciano se sienta y se rasca su barbilla pensativo.
-Un tema complicado Calanta, sabes bien que no son bien vistos, al contrario, son odiados.
-Pero que piensas tú de ellos Castor. - Presiona Calanta.
-Calanta por tradición debería decirte que merecen la muerte, pero soy viejo Calanta, muy viejo, he visto muchas cosas y en este tiempo no he visto que realmente los mestizos sean el verdadero problema de nuestra raza. Sino nuestro propio ego. Así que personalmente, no tengo ningún problema con ellos. Son criaturas curiosas, pero no siento aversión hacia ellos.
-¿Y si el heredero de la princesa Caeli, fuera un mestizo?
-oh mi dulce princesa Caeli, el pueblo Elfo la adora, no lo sé Calanta, tal vez lo amarían por ella, o lo odiarían y lo culparían por provocar su desaparición.
Calanta lo mira con atención como queriendo decirle algo.
El viejo Elfo suspira - ¿Es la mestiza, que tienes en tu casa? - inquiere el Elfo suspicaz. Y supongo que deseas que averigüé quien estaría de su lado de ser el caso
-Exactamente. Castor, tan astuto como siempre.
Castor sonríe y responde- Bien, dame unos días y veremos con quién contamos. ¿Me permites verla?
- Está dormida, sufrió un ataque mental del insufrible de Celethor, y la tengo en un sueño profundo para que se recupere. Pero pasa, dime lo ves.
-Celethor, que Elfo tan arrogante y ávido de poder.
Ambos se dirigen al cuarto. Amelia duerme profundamente. El viejo Castor desde la pierta se agarra su pecho y exclama:
-Querida Caeli, es tu viva imagen. Bien Calanta, espera noticias mías pronto. Debemos ver si podemos devolver el trono a su legítimo heredero, o en este caso heredera, el linaje de Kael debe volver. Nos vemos pronto Calanta.
-Nos vemos Castor, preparé té para la próxima vez.
Castor sonríe y se aleja.
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Pasan unas cuantas horas y un nuevo golpe en la puerta seguido de un gruñido de Lía. Calanta ya sabe quién está tras la puerta.
-Alteza, qué honor, ¿qué lo trae a estás horas?- Dice Calanta mientras abre la puerta.
Orión suspira molesto. -Calanta tuve que suspender una cena importante, ¿Dónde tienes a Celethor?
-¿A Celethor? ¿No quieres saber cómo está Amelia, ni qué fue lo que sucedió?
Orión regresa a ver a su espalda dónde dos guardias lo acompañan.
-¿Saber de la mestiza? Por favor, por quién me tomas. ¿Dónde está mi segundo al mando?
-Pues la última vez que lo vi dormía bajo un roble cerca de la cascada. Y pues no me gusta cargar con bultos inservibles y pues lo dejé ahí. Ahora, si me disculpas tengo que ir a ver cómo crecen las plantas, es más importante e interesante que hablar de viejos alcornoques- replica Calanta en tono mordaz.
Calanta se da la vuelta y cierra la puerta en las narices de Orión.
Orión se queda pasmado ante semejante actitud, pero recupera la compostura y ordena a sus guardias. - Deprisa a la cascada.
Rápidamente, los Elfos acompañan a Orión al bosque en busca de Celethor.
Orión tuvo que cancelar la cena con Lady Damantha y sus padres más temprano de lo que esperaba. Habían terminado de cenar, Orión había sacado un anillo y le propuso matrimonio, pero ella no alcanzó a responder. Una molesta esfera de luz se presentó en el comedor con la voz de Calanta exigiendo que saque a Celethor de su propiedad o le entregaría a Lía de cena.
Orión no alcanzó a entregar el anillo, fue bastante vergonzoso todo el asunto. Pero hablaría con Damantha luego, ya se disculparía con sus padres.
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Cuando escucharon el agua cerca, los Elfos apresuraron el paso, un elfo iluminó cerca de la cascada y tal como dijo Calanta, Celethor estaba tumbado bajo un roble.
Rápidamente Orión se acercó a su segundo al mando, lo movió para despertarlo, pero el Elfo no se movía.
-Celethor despierta, ¿Estás bien? vamos despierta.
Celethor siguió dormido y no dió señales de escuchar a su príncipe.
Orión suspiró y ordenó a los Elfos que lo cargaran hacia el carruaje, era momento de llevarlo con Fiannor para que lo revisara. Esperaba que los conocimientos de Fiannor fueran suficientes. No deseaba recurrir a Calanta para despertar al viejo Elfo.
-Celethor ¿Qué hiciste? - Se preguntó melancólico Orión, tenía ya bastante en qué pensar para que su segundo al mando le diera más problemas.
Espero con ansias el capítulo q tu nos desees regalar, tu novela me fascina y no te preocupes por la ortografía se comprende la situación q están atravesando en tu país.