Fiera

Teresita nuevamente se sentía perdida ¿cómo es posible que en el transcurso del tiempo que llevan juntos se han tenido que mudar ya tres veces?

Todo por el miedo de que algo pudiera sucederle, Pedro Emilio se encontraba cada vez más angustiado con una paranoia en su mente de que algo iba a sucederles y eso la tenía demasiado preocupada.

Teresita: llevamos casados dos meses y es la tercera vez que tenemos que mudarnos ¿qué es lo que está pasando? cuéntame.

Pedro Emilio: no es nada, solo es por nuestra seguridad, no podemos estar en un solo sitio sin que algo malo pueda pasar.

Teresita: ¿qué podría pasar? Nos alejamos del pueblo para evitar a cierta persona... ¿acaso todo esto tiene que ver con Luis José? ¿te ha estado amenazando?

Pedro Emilio: no es nada de eso, no te preocupes.

Teresita: mientras me digas que no me preocupe, me preocupa más, porque no sé qué es lo que está sucediendo que te tiene tan alerta.

Pedro Emilio: mi amor, solo son cosas mías, quiero mantenerte a salvo de lo que sea.

La abraza por la espalda y reparte besos en su cuello, fuertemente rodea su cintura dándole vuelta y besándola con pasión en sus labios, ella enreda sus brazos alrededor de su cuello y profundiza el beso, la acorrala contra la pared y comienza a acariciar sus muslos debajo de su vestido, poco a poco se van entregando al deseo y hacen el amor de pie.

Ya han cumplido dos meses de casados y es la tercera vez que se mudan por los miedos de Pedro Emilio, las amenazas se hicieron constantes y eso lo mantenía en vela, en las noches no podía dormir siempre mirando por la ventana, en el día no dejaba que se Teresita saliera sola, tuvo que contratar más guardaespaldas tanto para él como para ella.

Por otra parte, siempre estaban entrenando tanto defensa personal como disparos, había sacado también un permiso judicial para portar armas y había comprado también algunas armas, en cuanto a la tienda de Teresita, ya la habían inaugurado dos semanas atrás y hasta el momento ha sido un éxito.

Mientras que Luis José se reunía con varios hombres de bajo mundo, todavía no había regresado al pueblo, la Finca estaba siendo bien administrada, solo tenía que dejar arreglado unos asuntos y regresaría en unos días para que nadie sospeche de él.

Los días pasaron y Teresita comenzaba a sentirse mal, tenía náuseas cada mañana, no le provocaba comer y una que otras veces se sentía mareada, así como ese día, estaba en la tienda poniendo en orden los perfumes junto a sus empleados, de un momento a otro se sintió mal casi al desmayo.

Sofia (empleada): Señora Solano, ¿se encuentra bien? (Pregunta al verla pálida)

Teresita: me siento muy mareada Sofía.

Sofía: debería ir al médico Señora.

Teresita: Si, pero debo tomar una cita.

Tania (empleada): tengo una prima que es Doctora, es Gineco-obstetra, pero puede ayudarla, si quiere le llamo para que la vea.

Teresita: Gracias Tania, sería bueno.

Tania llama a su prima quien contesta al segundo repique, estaba de suerte, ya que no había tenido muchos pacientes ese día, agendó la cita para su jefa, solo debía ir y sería atendida inmediatamente.

Teresita al recibir la noticia se dirigió a la clínica junto a sus guardaespaldas, una vez allí fue atendida por una recepcionista que le indico a que piso debía dirigirse, aun se sentía algo mareada y sin fuerzas, aun así se preocupó porque no es de enfermarse.

La Doctora la recibió con alegría y le indico que se sentará, después de hacerle varias preguntas tomo una muestra de sangre y envió a realizar los exámenes con urgencia, después de media hora los exámenes estaban sobre la mesa de la Doctora, esta los analiza con cautela y se le forma una sonrisa en sus labios.

Doctora: bien Señora Solano, no es algo por lo que alterarse, sus síntomas son normales.

Teresita: ¿cómo que son normales Doctora?

Doctora: Está usted embarazada...

Teresita: ¿Qué? (exclama sorprendida)

Doctora: es normal, está recién casada y me imagino no usaron protección.

Teresita: si, es cierto (menciona nerviosa)

Doctora: los síntomas que tienes son normales los primeros tres meses, ya después se van aliviando un poco y más si tomas vitaminas y calcios prenatales ¿Quieres ver de cuántos meses estás?

Teresita: si, por favor (dice aún en shock)

Le indica que se suba a la camilla, luego levanta su blusa y coloca un gel frío en su vientre que la hace respingar, suspira una vez coloca el aparato mientras la Doctora no deja de ver la pantalla y hace capturas.

Doctora: ¿Quieres oír su corazón?

Teresita: ¿puedo? (dice emocionalmente sorprendida)

Doctora: Sí, ya tienes casi dos meses, escucha.

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Las lágrimas comienzan a brotar de sus ojos, está muy contenta y sabe que Pedro Emilio también lo estará, lo que le preocupa es que ahora estará más pegado a ella y la sobreprotegerá por su bebé, pero está muy feliz de formar una familia con el mejor hombre del mundo.

La Doctora le da unas indicaciones y la lista de medicamentos que debe consumir, además de consejos y recomendaciones para llevar un embarazo sano, luego sale y se dirige a la farmacia, compra los medicamentos y piensa en como darle la noticia a su esposo.