Cadenas Invisibles.

Cap 22

El profesor sexy hizo una pequeña pausa, recorriendo con la mirada a todos los presentes en clase. Había algo en su expresión, una chispa de satisfacción, como si disfrutara lo que estaba a punto de decir.

—Ahora, me gustaría que miraran a la persona que tienen a su lado. Esa persona será su compañero de equipo durante todo el semestre. Trabajarán juntos en el Proyecto de Creación Artística y en otras actividades colaborativas que realicemos en clase. Es importante que establezcan una buena comunicación y cooperación, ya que el éxito de sus proyectos dependerá en gran medida de su capacidad para trabajar en equipo.

Un murmullo generalizado se apoderó del aula. Mis compañeros parecían satisfechos con esa instrucción. ¡Claro que lo estaban! Por eso habían elegido sentarse junto a sus amigos. Yo, en cambio, sentí una mezcla de nerviosismo y resignación. Había llegado tarde al reparto de compañeros.

—Para finalizar —continuó el profesor—, les recuerdo que mi objetivo es ayudarlos a descubrir y explorar su propia visión del arte. Estoy aquí para guiarlos y apoyarlos en este viaje, así que no duden en acercarse a mí con cualquier duda o inquietud. Estoy seguro de que, trabajando juntos, este semestre será una experiencia enriquecedora y memorable para todos. ¡Bienvenidos una vez más, y espero con ansias ver todo lo que podrán lograr! Saquen sus cosas y hablen con su compañero. Discutan cuáles son sus fortalezas y busquen la manera de fusionarlas para su primer trabajo.

Los murmullos se intensificaron mientras los estudiantes comenzaban a intercambiar ideas. El profesor, satisfecho con el revuelo que había causado, se acomodó en su escritorio y comenzó a ojear un libro cuya portada no alcanzaba a ver desde mi asiento.

Mi nuevo compañero, el chico de cabello largo y actitud intimidante, se acomodó en su asiento, cruzando los brazos y mirándome directamente. Sus ojos se fijaron en los míos con una intensidad que no esperaba. No parecía tan joven como los demás, tal vez uno o dos años mayor.

—Bien, compañera —dijo finalmente—. ¿Tienes un nombre? ¿Y qué te gusta del arte contemporáneo?

Me quedé en silencio por un momento, como si mi cerebro hubiera decidido congelarse en el peor momento posible. Era el primer chico que me dirigía la palabra con tanta soltura desde que había llegado, y mi reacción fue paralizarme como una idiota.

Él notó mi desconcierto y sonrió, golpeando suavemente su lápiz contra el borde de la mesa para romper el silencio.

—Cassandra —logré decir finalmente, sintiéndome aliviada por haber superado mi mutismo—. Me gusta dibujar o pintar, pero no soy muy buena en ello. Tampoco tengo mucha idea del arte contemporáneo, si soy honesta. ¿Y tú?

—Damon —respondió, relajándose un poco—. Soy bastante bueno pintando. —Hizo una pausa, observándome con curiosidad—. ¿Estás en esta clase por el profesor, como la mayoría de las chicas, o de verdad te interesa el arte? Porque he escuchado a muchas hablar sobre biología o arte, y bueno, ya sabes...

Le sonreí, sorprendida por su franqueza. No se andaba con rodeos, y eso me agradaba.

—Soy amiga del profesor de Biología, eso les da envidia a estas chicas y creo que por eso me ignoran y, para ser honesta, tomé esta materia por los puntos extra. No es que sea fanática del arte ni nada por el estilo, pero me interesa aprender algo nuevo de vez en cuando.

Damon asintió, pareciendo satisfecho con mi respuesta.

—Eso quiere decir que no tienes ni idea de dónde estás parada —dijo con una sonrisa. Su tono era juguetón, no crítico.— Pero no te preocupes, como tu compañero, me aseguraré de que ambos aprobemos. Si tú no apruebas, yo tampoco lo haré.

—No te daré problemas, te lo aseguro. —Sonreí, sintiéndome un poco más cómoda con él—. Por cierto, ¿Cuántos años tienes? Parecemos dos viejos en esta clase.

—Veintitrés —respondió, encogiéndose de hombros—. Me tomé mi tiempo antes de venir aquí. ¿Y tú?

Antes de que pudiera responder, el profesor comenzó a escribir en el pizarrón, interrumpiendo nuestra conversación. Los dos dirigimos nuestra atención hacia adelante, donde una serie de palabras aparecían bajo el título "Trabajos del semestre".

—Bien, supongo que ya conocen los gustos de su compañero. Esto es lo que tendrán que trabajar en conjunto —dijo el profesor al terminar de escribir.

Las letras en el pizarrón se desplegaron como un menú de desafíos.

Análisis de Obra: Cada uno de ustedes elegirá una obra de arte contemporáneo y realizará un análisis detallado, considerando su contexto histórico, técnica, mensaje y relevancia en el mundo actual. Este trabajo será presentado en clase.

Proyecto de Creación Artística: En parejas, deberán crear una obra de arte inspirada en uno de los movimientos que estudiaremos. Este proyecto les permitirá aplicar las técnicas y conceptos aprendidos y será expuesto en una muestra al final del semestre.

Ensayo Crítico: Redactarán un ensayo crítico sobre un tema específico del arte contemporáneo que les apasione. Deberán investigar a fondo y argumentar su posición de manera sólida.

Leí la lista en silencio, tratando de procesar lo que nos esperaba. Damon me miró de reojo, evaluando mi reacción.

—Parece que vamos a estar ocupados —dijo con una sonrisa.

—Eso parece —respondí, sintiéndome un poco abrumada, pero también emocionada. Este semestre prometía ser todo menos aburrido.

Participación en Debates: A lo largo del semestre, organizaremos debates sobre temas controvertidos en el mundo del arte. Su participación activa y fundamentada será crucial para estas actividades.

Genial, no me gustaba nada eso de estar exponiendo un carajo delante de nadie.

— ¿Algún problema? — Asentí, no quería hacerlo perder el tiempo.

—Creo que elegí mal la materia extra. — debí inscribiré en cualquier otra.

—¿Por qué lo dices? No soy tan mal compañero. —Soltó una sonrisita — pero, debo decir que esperaba que en esta universidad hubiera un taller de música o algo parecido, son taaaan estirados.

—¿Estirados? — Me disgusta ese término, antes y ahora.

Se ganó mi primera mala cara del día. Aun nos quedaban quince minutos de clase y ya había anotado lo que estaba en el pizarrón y quería largarme.

—No lo tomes a mal, soy de los pocos que no se siente cómodo en este lugar. —Puso cara de asco. — Pero, solo míralos a ellos y después mírame a mí. —Lo había hecho nada más entro y se sentó conmigo. — ¿Lo notas? No encajo aquí.

Hoy doble Actualización... Hagan la tarea! Me encantaría que apoyen esta historia tambien!