En un mundo donde las diferencias sociales y familiares parecen insuperables, dos almas se sncuentran y se enamoran a pesar de las circuntancias.
juan, un joven de familia humilde, se enamora de Sofia, la hija de un poderoso empresario. A pesar de la oposicion de sus familias, deciden luchar por su amor, enfrentando secretos, mentiras y traiciones. Mientras tanto, la hermana de Juan, Maria se ve envuelta en un triangulo amoroso con dos hombres que la aman, pero con secretos que podrian destruir su felicidad.
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El mensaje~
Charlotte se quedó parada en la esquina, mirando el paquete que Luca le había dado. Era un pequeño sobre de papel marrón, con su nombre escrito en letra cursiva. Lo abrió y encontró una nota y una llave.
La nota decía: "Confía en ti misma. El libro te guiará. -L"
La llave parecía antigua, con intrincados grabados en su superficie. Charlotte se preguntó qué podría abrir.
De repente, recordó las palabras de Luca: "Los Cazadores del Libro no deben encontrarte". Se dio cuenta de que debía esconderse, y rápido.
Miró a su alrededor y vio una pequeña cafetería en la esquina opuesta. Entró y se sentó en un rincón, tratando de calmarse.
Mientras bebía un café, sacó el libro de su mochila y comenzó a hojearlo. Las páginas parecían brillar en la luz tenue de la cafetería.
De repente, se detuvo en una página que parecía diferente. Tenía un símbolo antiguo en el centro, rodeado de texto en una lengua desconocida.
Charlotte se sintió un escalofrío. ¿Qué significaba esto?
De repente, la puerta de la cafetería se abrió y un hombre alto y delgado entró. Tenía ojos oscuros y una sonrisa siniestra. Charlotte se sintió un escalofrío al verlo.
El hombre se acercó a su mesa y se sentó en la silla frente a ella. "Charlotte", dijo, con una voz baja y amenazante. "He estado buscándote".
Charlotte trató de mantener la calma. "¿Quién eres?" preguntó.
"Soy uno de los Cazadores del Libro", respondió el hombre. "Y tú tienes algo que nos pertenece".
Charlotte se dio cuenta de que debía actuar rápido. Tomó el libro y lo escondió en su mochila, tratando de parecer tranquila.
"No sé de qué hablas", dijo.
El hombre se rió. "No juegues conmigo, Charlotte. Sabemos que tienes el libro. Y lo queremos".
De repente, Charlotte recordó la llave que Luca le había dado. La sacó de su bolsillo y la miró. ¿Podría ser la clave para escapar?
Charlotte miró la llave y luego al hombre que la amenazaba. De repente, tuvo una idea. Se levantó y se dirigió hacia la puerta de la cafetería, como si fuera a salir.
El hombre se levantó y la siguió, creyendo que podía controlarla. Pero Charlotte tenía un plan. Cuando llegó a la puerta, giró rápidamente y se dirigió hacia el baño de la cafetería.
El hombre la siguió, pero Charlotte estaba preparada. Entró en el baño y cerró la puerta detrás de ella, apoyándose en la puerta para evitar que la abriera.
Luego, miró la llave y vio que encajaba perfectamente en una pequeña cerradura en la pared del baño. Giró la llave y se abrió un panel secreto.
¡Era una salida de emergencia! Charlotte no lo dudó y salió por la puerta, dejando al hombre atrás.
Charlotte salió a un callejón oscuro y estrecho, pero no se detuvo a pensarlo. Comenzó a correr, con el libro y la llave en su poder. No sabía hacia dónde iba, pero sabía que debía alejarse de los Cazadores del Libro.
Mientras corría, escuchó pasos detrás de ella. El hombre del baño la había seguido. Charlotte se esforzó por correr más rápido, pero sus piernas comenzaban a cansarse.
De repente, vio una luz al final del callejón. Era una pequeña tienda de antigüedades, con la puerta abierta. Charlotte se dirigió hacia ella, sin detenerse a pensarlo.
Entró en la tienda y cerró la puerta detrás de ella, apoyándose en la puerta para evitar que la abriera. Luego, miró a su alrededor y vio que estaba en una tienda llena de libros y objetos antiguos.
Un anciano con gafas y una barba larga la miró desde detrás del mostrador. "¿Puedo ayudarte?" preguntó.
Charlotte se detuvo a respirar. "Estoy siendo perseguida", dijo. "¿Puedo esconderme aquí?"
El anciano la miró con curiosidad. "¿Por qué te persiguen?" preguntó.
Charlotte dudó, pero algo en el anciano le hizo confiar. "Tengo un libro", dijo. "Un libro que los Cazadores del Libro quieren".
El anciano asintió. "Estás a salvo aquí", dijo. "Puedes esconder el libro y descansar un rato".
