Objetivo: Venganza

MATEO

Después de la revisión médica, el balance fue un corte en la cabeza, lo que requirió unos puntos y múltiples contusiones, algunos en la cara, pero por sobre todo en el torso del cuerpo. Afortunadamente, mis costillas estaban bien, aunque el dolor demorará un poco en desaparecer. 

-El doctor dice que me quede en observación por una noche, debido al golpe en la cabeza, pero que después puedo irme- los pongo al día a Elisa y a Noah, quienes entraron a verme hace unos momentos. 

-Por ahora tendrás que descansar hasta que te recuperes. No puedes ir a trabajar, sobre todo con Rodrigo allí- dice Elisa. 

-Pienso lo mismo- dice Noah. 

-Tengo que ir o de lo contrario estarás sola con Rodrigo y no sabemos qué puede hacerte- le digo a Elisa. 

-No te preocupes por eso, voy a presentar mi renuncia- declara, sin ninguna duda en su voz. -Esa era mi idea desde el principio. Además, no quiero estar por demasiado tiempo, en el lugar donde una vez ya me dieron la espalda. 

-¿Qué harás entonces?- pregunto, entendiendo que no es un lugar donde tenga buenos recuerdos para empezar y que es lo mejor para que esté lejos de Rodrigo. 

-Pienso pedirle trabajo a mis padres y aportar en la empresa familiar. Fue algo que mis padres siempre quisieron y yo también quiero hacerlo, a diferencia de cuando era más joven. 

-Me gusta. Te apoyaré en lo que necesites- ofresco, porque suena como que en realidad lo deseara. Pienso que sobre todo necesita estar cerca de sus padres, después de todo lo que vivió en la cárcel, donde no pudo verlos muy seguido y mucho menos abrazarlos o cosas así. -Por cierto, ¿qué sucedió? Llamé a Noah por si también Rodrigo iba por ti. 

-Tienes buenos instintos hermano, porque cuando llegué, estaba instalado en la casa de ella- me cuenta mi hermano. 

A continuación, nos relata Eli lo que sucedió y la advertencia que le dió sobre que está vigilando a sus padres. 

Maldito. Intenta retenerla con miedo, porque no la pudo manipular más con el romance.

Por mi parte, les cuento el mensaje que me mandó Rodrigo.

-Debemos solucionar esto más rápido de lo que pensábamos- digo. -Creo que está molesto porque no consiguió robarles nada, así que no sé qué pueda hacer en represalia.

-No te preocupes, lo haremos, pero primero tienes que descansar- declara Noah. 

-Estoy bien- digo, aunque en realidad me duele por todos lados.

-Eso dices, pero apuesto a que si te toco sólo un poco, lloraras de dolor- dice mi hermano, sabiendo la verdad. 

-No lo haré- bromeamos un poco más y Elisa se une. 

Luego de eso, les estoy diciendo que es hora de que vuelvan a casa, ya que debe ser tarde, cuando tocan la puerta. 

-Disculpe, viene la policía a tomar su declaración- dice una enfermera. 

-Ok- digo y ella los deja pasar. No hay motivo para retrasarlo. 

Sin embargo, algo extraño sucede. Elisa mira al par de policías entrando, un hombre y una mujer y casi inmediatamente se voltea hacia la cama, con una mirada entre sorprendida y horrorizada. 

La miro y abro la boca para preguntarle qué sucede, pero me calla con un pequeño movimiento de negación con la cabeza. 

-Soy la fiscal Rodríguez y este es el oficial Cartes, estamos aquí para tomar su declaración- dice la mujer. -Si los familiares pudieran dejarlo solo- pide, especialmente mirando a Elisa. 

Creo que me estoy perdiendo de algo. ¿Se conocen? 

Elisa la mira también, ahora con una expresión más compuesta. -Me gustaría estar presente. No molestaré en ningún momento- le responde ella. 

-Me temo que no es posible…- intenta negarse la fiscal, pero es detenida por mi hermano, quien deja salir todo su carisma. 

-Estaremos en silencio, tanto que ni siquiera un sonido saldrá de nosotros. Además, esperaremos en ese rincón- dice, apuntando a la esquina cercana a la puerta. -Mateo está demasiado traumatizado para que lo dejemos solo en este momento. ¿Traumatizado?

-Bien, si eso es así…- accede la fiscal, aunque de no muy buena gana. 

Por cierto, ¿Por qué hay una fiscal tomando declaración, en un caso poco importante como el mío? 

-Gracias- dice Noah y junto a Elisa se trasladan hacia donde él señaló.

-Entonces, empecemos- dice el oficial hombre, haciendo preguntas sobre el lugar en el que fui atacado, el número de personas y lo que dijeron. Cuando me preguntaron por esto último, Elisa hizo un gesto de que guardara silencio.

-No sé, lo único que recuerdo es que fui golpeado una y otra vez. El dolor me tenía la cabeza nublada, así que si dijeron algo, no puedo saberlo- digo, mintiendo descaradamente. -Pienso que estaban buscando a otro y se equivocaron de persona.

El oficial asiente y pregunta sobre si recuerdo sus caras y cuando le digo que vagamente, me preguntó si podría reconocerlos si veía sus fotos o los volvía a ver.

-¿Quizá? No estoy seguro. Todo fue muy rápido y me llegaron por la espalda. Puede que a uno de ellos, aunque no estoy del todo seguro... -respondo, siendo lo más vago que puedo.

-Bien, eso es todo por ahora. Por favor, si recuerda algo más, por poco importante que crea que sea, comuníquese conmigo. Aquí está mi tarjeta- dice la fiscal. Leo el nombre en la tarjeta y veo que se llama Karina Rodríguez.

-Eso haré. Muchas gracias por su tiempo- digo. Ellos se despiden, sin prestar atención a mi hermano o a Eli y salen rápidamente.

Ambos se acercan ahora que estamos solos.

-¿Quién es?- pregunto a Elisa.

-¿Qué fue eso?- pregunta Noah al mismo tiempo.

-A esa mujer la conozco- dice ella, sombríamente -Esa fue la persona que me mató.

Y con eso me sorprendo a más no poder y entiendo completamente su comportamiento.