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La Fuente Del Amor

La Fuente Del Amor

Status: En proceso
Genre:Romance / Traiciones y engaños / La Vida Después del Adiós
Popularitas:2.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Mar78

Tras la muerte de su padre, Violeta se enfrenta a una desgarradora decisión: regresar a la casa que heredó de él y lidiar con la última esposa de su padre, una mujer perversa que la someterá al dolor y la inseguridad. La convivencia con esta mujer, quien busca imponerse en la vida de Violeta, se tornará un infierno.
En medio de esta difícil situación, un ángel de carne y hueso se cruza en el camino de Violeta, alguien que no revelará sus verdaderas intenciones hasta que ella no sienta amor verdadero. ¿Podrá Violeta encontrar la fuerza para superar sus miedos y abrir su corazón al amor? ¿O sucumbirá ante la maldad que la rodea?
Esta es la historia de una joven que lucha por encontrar su camino en medio de la adversidad, una historia llena de emociones, secretos y un amor que lo cambiará todo.

Con gran admiración a todas las románticas que aman leer sobre: amor, emoción, algo de tragedia y misterio, intento regalarles una lectura que me encantó hacer y emocionarme junto a Violeta

NovelToon tiene autorización de Mar78 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El conejo

Eduardo estaba a punto de encargar el material para la obra, y Vita se había ofrecido a acompañarlo, ya que también necesitaba comprar algunas cosas. Ya estaba subida en la ranchera cuando Eduardo salió con una mueca de dolor y le anunció: "Máximo se encargará de los materiales, me ha dado un tirón en la espalda". Vita, con una mezcla de frustración y preocupación, respondió: "No hace falta que te molestes, iré sola". Se cambió al asiento del conductor y arrancó a toda velocidad, sin esperar a nadie.

Al tomar una curva cerrada, un conejo se cruzó en su camino. Vita, instintivamente, pisó el freno, pero la ranchera derrapó y se detuvo bruscamente. El corazón le latía con fuerza. "¡Maldito conejo!", pensó, aún temblando por el susto. Salió del vehículo y vio a Máximo pasar a toda velocidad. Se sentó en la hierba, tratando de calmarse.

"¡Oye, tú!", escuchó una voz. Levantó la cabeza y vio a Máximo acercándose. "¿Qué ha pasado?", preguntó él, bajándose del auto. "No pensé que llegarías tan lejos sin tu chofer. ¿Acaso chocaste?", dijo con una sonrisa burlona. La furia de Vita creció con cada palabra. Se puso de pie, lo miró a los ojos. Este ansioso le dijo "¿Vas a decirme qué pasó?".

Con una frialdad que helaba la sangre, le espetó: "Se me cruzó un conejo enorme". Máximo, soltando una carcajada burlona, respondió: "No, señorita, eso era una liebre". Vita, consumida por la furia ante la humillación, camino hacía él y le propinó una bofetada que dejó la marca de sus dedos en la mejilla de Máximo. Él, con la risa congelada en el rostro, se acercó aún más a ella, su mirada oscura y amenazante. "No me importa que tengas los millones que presumes, ni que seas mujer. Si vuelves a hacer eso, desearás no haber nacido", siseó.

Más allá de la amenaza, Vita se sintió abrumada por la cercanía de Máximo, su aliento fresco a menta, a pocos centímetros. Sin poder contenerse, exclamó: "No me amenaces. ¿Quién te crees que eres para hablarme así?". Antes de que pudiera terminar la frase, Máximo la tomó del brazo y la inmovilizó contra la ranchera. "Estás acostumbrada a tomar y hacer lo que quieres con todos. ¡Pero conmigo no te va a funcionar, señorita!", rugió, y se quedó mirando fijamente sus labios, un destello de deseo chispeo en sus ojos.

Vita, presa de un impulso irrefrenable, por el brillo en sus ojos que la impulsó a lanzarse sobre su boca. Máximo, con una firmeza ciega, la tomó por los hombros y la apartó, pronunciando unas palabras que resonaron con frialdad: "No es así como me relaciono con mis clientes. Y mucho menos con señoritas acostumbradas a la alfombra roja. No vuelvas a hacerlo. No me gustaría que pasaras vergüenza".

"Ahora, déjame ayudarte con tu vehículo". Se subió a la ranchera y, una vez que la dejó sobre la ruta, le dijo: "Sube, vayamos juntos. A la vuelta recogeré mi auto".

A Vita le sobraban motivos para odiar a ese ser detestable. Sin embargo, una extraña sensación la invadía. Eric habitaba su cuerpo, lo sabía con certeza, aunque no pudiera precisar dónde exactamente. Estaba ahí, presente, y esa certeza la llenaba de una confusa mezcla de temor y anhelo.

Se subió al asiento del copiloto y el silencio se hizo denso, casi palpable, durante todo el trayecto. Apenas se atrevía a mirarla, pero de reojo notó cómo las mejillas de Vita se teñían de un rojo carmesí, luego de un rosa suave, para finalmente recuperar su color habitual. Un escalofrío le recorrió la espalda al darse cuenta de lo cruel que había sido. ¿Pero qué otra opción tenía? No soportaba a las chicas sabelotodo, y menos aún a aquellas que, amparadas en una vida de lujos, se creían con derecho a pisotear los sentimientos ajenos. Y eso era Vita para él: una mujer engreída, millonaria y caprichosa, acostumbrada a salirse siempre con la suya. Pero él no se dejaría deslumbrar por su belleza, no le permitiría dominarlo. Y así lo demostró.

Mientras estaban en la tienda, Violeta se probó un par de vestidos, y Máximo recogió el resto de los materiales necesarios.

"Violeta, ya tengo el pedido. ¿Cuándo terminas para que podamos volver?" le preguntó Máximo justo cuando Violeta salió del probador, radiante de felicidad al ver que estaba recuperando su peso y sus curvas se acentuaban poco a poco. Máximo la vio salir, darse la vuelta frente al espejo grande, con una sonrisa de niña, como si sus padres le hubieran comprado el regalo soñado. Se quedó allí, embelesado, viéndola deslizar sus manos por el contorno de sus caderas, comprobando si su trasero se remarcaba. Llevaba un vestido rojo sencillo, pero que en ella lucía espectacular. Al darse cuenta de que Máximo la observaba, se sonrojó. Él lo notó y no pudo evitar aclarar su garganta, volviendo a preguntar: "¿Ya terminaste? ¿Nos vamos?".

"¿Podrías esperarme cinco minutitos más, por favor? Y, ya que estamos, necesito pedirte un consejo urgente."

"Ay, lo siento, de modas no sé nada", respondió, con la mirada clavada en el suelo, tímidamente.

"No es sobre modas", dijo ella con una sonrisa traviesa. "A ver, dime, si fuera a una cita, ¿me verías mejor con tacones o con chatitas?". Se puso un zapato de cada tipo y se pavoneó ante él, esperando su reacción.

¡Dios mío!, pensó él, con el corazón latiéndole a mil por hora. Si estuviera descalza, sería aún más hermosa. No podía apartar la vista de sus piernas, que terminaban en un vestido que apenas le llegaba a las rodillas.

"Deberías considerar la estatura de tu cita", sugirió con picardía. "Si es alto, esas chatitas te harán ver diminuta", añadió. Violeta se miró en el espejo, un destello de duda cruzando sus ojos, pero guardó silencio. "Vamos, Violeta, ¿cómo es el hombre?", insistió.

"No importa", respondió con una sonrisa enigmática. Caminó con determinación hacia Máximo y se detuvo a su lado. "¿Puedo?", preguntó, deslizando su mano por su brazo. "Tienes razón", dijo con una sonrisa radiante, "los tacones me dan la altura perfecta para estar a tu lado".

Máximo la miró y una sonrisa se dibujó en su rostro, pero al instante se tensó, sintiendo el calor de su mano. Se alejó suavemente y dijo: "Te espero afuera".

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Sylvia Ortega
Bueno
Mar: Gracias😊
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Guadalupe Olmedo
me parece muy hermosa me hizo llorar y odiar a la bruja de maria
Mar: Gracias, Guadalupe. Aprecio tus palabras. Lograr que sientas a los personajes, me dice que lo estoy haciendo bien.😍
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Guadalupe Olmedo
me encantó su novela, por favor actualice.
Rakka
Me engancho, ¿Habrá más pronto? 🤞
Mar: Claro que sí. 🙂
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Naruto Uzumaki
Me fascina lo que haces🥰
Mar: Gracias por decirlo, me anima tu comentario/Smile/
total 1 replies
kirom hasran
¿Cómo puedes dejarnos así? ¡Necesito saber qué pasa después! 😫
Mar: Gracias 🫶
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