La Loba Y El Dragón

Natacha jamás le pregunto a su nana si la señora se había regresado a su país o se había adaptado a vivir en Rusia como le había dicho, aun cuando cada tanto le picaba la curiosidad. Por suerte nadie hizo autopsia de nada y quedo como que los 5 japoneses y tres sirvientas del hotel murieron a causa del incendio, lo que siendo sinceros fue un gran alivio para la joven y para la señora Ming.

Mientras los días y meses pasaban, ambas mujeres suspiraban con complicidad por su suerte de no ser descubiertas. Aunque nunca se conoció porque el marido de la señora había intentado matarla, ya que como les comenté, Natacha no quiso volver a tocar el tema y su nana en agradecimiento día por medio le cocinaba su pastel favorito.

Esa tarde en particular, ya habiendo pasado dos años de esa misión, Natacha, Nizza y la nana estaban en la cocina terminando la decoración de unos muffings qué la señora había cocinado, cuando de repente unos gritos hicieron que las tres dejaran todo aquello que estaban haciendo y fueran corriendo al recibidor.

Podríamos llevar nuestro negocio al siguiente nivel, pero te empeñas en dejar que ella tome las decisiones- Diego peleaba acaloradamente con su padre, mientras su madre observaba todo desde las escaleras.

Nosotros no somos trigo limpio hijo, pero la trata de mujeres y niños es algo que jamás haremos- le dijo Ivana con tono autoritario.

No sabes nada, si metemos mujeres a trabajar de prostitutas en nuestros burdeles, aumentaremos las ganancias, es pensar a futuro- decía gritando.

Ya tenemos mujeres que se dedican a eso ¿por qué secuestrarias a otras? Las que están lo hacen porque quieren, no puedes hablar en serio de meter niñas cuando tienes hermanas- seguía diciendo su madre calmada.

No sé porque tú hablas aquí cuando somos nosotros los que hacemos los negocios- espeto con asco Diego.

No te atrevas a hablarle así a tu madre, sabes perfectamente nuestra tradición y ella tú guste o no tiene la última palabra. Aparte piensa un poco Diego, no puedes andar secuestrando mujeres y niñas y hacerlas trabajar de eso, es inmoral- le grito su padre ya exasperado.

Claro moral, seguro que la droga y las armas son muy moral padre- decía escupiendo enojo.

Si te molesta nuestro negocio, entonces no es necesario que te hagas cargo de él, tu hermana tiene mucha más capacidad y sé que esta locura de traficar mujeres y niñas jamás pasaría por su cabeza- sentenció Ivana.

¿qué quieres decir con eso?- pregunto colérico Diego.

sé que no dejaste de endeudarte con los juegos de mesa, sobre todo con el póquer, sé que debes demasiada plata que como siempre saldrá del bolsillo de tu padre o del mio, pero jamás del tuyo, sé que tienes visiones horribles de como manejar nuestro negocio y antes de que nuestro apellido caiga en desgracia, prefiero que pases esa puerta y jamás regreses- le dijo Ivana bajando los escalones faltantes y caminando hasta quedar frente a frente con su hijo.

¿Me estás echando, madre?- pregunto incrédulo.

Si- contesto sin una pizca de remordimiento en su voz.

Te vas a arrepentir de esto y vas a desear haberme matado en vez de arrojarme a la calle- la amenazó antes de voltearse y caminar hasta la puerta de entrada.

Una vez que Diego se fue del lugar, Ivana cayó de rodillas al piso llorando, sus dos hijas no tardaron nada en acortar la distancia y acercase a ella a abrazarla. Si bien su madre podía ser autoritaria, lo cierto es que amaba a sus hijos incondicionalmente, pero las decisiones de su hijo mayor y sus deudas habían llevado a que ellos tuviesen qué pagar todo antes de exponer a sus hijas a los matones que ya había ido en varias ocasiones a intentar secuestrarlas después del colegio. No había sido una decisión fácil, pero él no quería rehabilitarse y entre el consumo de drogas y los juegos del casino había puesto en riesgo a sus otros hijos y hasta a ellos mismos y ahora no solo se atrevía a levantarles la voz, sino que también esperaba poder empezar a secuestrar mujeres para venderlas o prostituirlas sabiendo que todos los que se había metido en ese negocio habían terminado muy mal. Aparte de que Ivana y Víctor jamás permitirían que su apellido esté asociado con esas atrocidades.

una vez que su llanto empezó a calmarse, Víctor se acercó a ella y la levanto estilo nupcial del piso, él más que nadie sabía como su mujer se había rotó al tomar esa decisión, decisión que él ya había tomado muchos años atrás cuando Diego había matado por diversión al hijo de una familia rival y la venganza casi le cuesta la vida de Nizza quien en ese tiempo recién tenía 5 años. Esa vez Víctor le había pegado de tal manera que lo había dejado inconsciente por casi dos días, pero jamás se arrepintió de sus acciones y siguió su vida como si nada. Desde hacía mucho tiempo tenía vigilancia para ver en que problemas se metía y era por eso que sus padres sabían que a pesar de estar yendo a rehabilitación nunca había dejado su obsesión por el juego.

Las niñas vieron como su padre subía las escaleras con su madre en brazos dirigiéndose seguramente hacia la habitación matrimonial, ese día quizás cenaran solas, pues la tristeza de su madre había quedado impregnada en el ambiente.

Volvieron a la cocina con la señora Ming en silencio, en la pequeña Nizza se notaba que las lágrimas seguían cayendo de sus ojos, mientras que Natacha era más fría al respecto.

Jamás vi a mamá de esa manera- decía en tres sollozos la niña.

Diego cruzó los límites Nizza, padre siempre dice que la familia es lo primero y aunque tú no te acuerdes, hace mucho tiempo por culpa de él casi te matan- le dijo su hermana mientras la abrazaba.

¿Pero dónde vivirá nuestro hermano? ¿Yo no quiero verlo en la calle?- correspondió al abrazo y se quedó llorando un rato más.

Él tiene su casa, tranquila estará bien, aparte dudo que padre y madre no le den plata para sobrevivir hasta que encuentre algo en que trabajar- le dijo acariciando su cabello.

Dudo que el señor Diego cambie su actitud y eso, mal o bien le dará demasiados problemas, prepararé un té para su madre- dijo Ming dejándolos la bandeja con muffings sobre la isla de la cocina y un té para cada una.

Gracias nana, yo cuidaré de Ni- contesto Natacha mientras sentaba a su hermana en una silla y la acercaba a la isla para merendar.

llevaré esto para la señora, pórtense bien niñas- les dijo dejando un dulce beso en sus frentes.

Había algo que se removía inquietamente dentro de Natacha, algo como si quisiera advertirle de un peligro no muy lejano. Algo en la voz de su hermano que le hacía creer que no había sido una simple amenaza y mientras miraba a su hermana tomando el té, ella decidía que a partir de ahora había que cuidar a la familia.